Un gol en el descuento deja al Málaga sin un triunfo que mereció en una gran segunda parte (2-2)

Muy pronto se adelantó el Celta B, si bien el Málaga, siempre apoyado por cerca de un millar de seguidores, buscó siempre la meta contraria, disponiendo de claras oportunidades que no se llegaron a transformar inicialmente. Pero la reacción en la reanudación permitió a Genaro y Roberto, de penalti, darle la vuelta al marcador y arrinconar al conjunto local en varias oportunidades que pudieron sentenciar el encuentro. Al final, sin embargo, no podrá llegar el cuadro blanquiazul con la eliminatoria encarrilada, pero las sensaciones fueron positivas y muy esperanzadoras.

Con este marcador, el Málaga tendría cierta ventaja por su mejor clasificación en el partido de La Rosaleda, pues un empate al final del choque y de la prórroga, sin penaltis, le daría el pase a la final por el ascenso. Aunque el Celta B también demostró su excelente calidad y capacidad ofensiva, lo que convierte en un gran peligro también para el choque de vuelta. Aunque los blanquiazules deberán mantener su buena racha para seguir adelante.

Pellicer apenas sorprendió de entrada con un once reconocible, con mínimos retoques. Apostó por los esperados, el bloque en el que más estaba confiando, manteniendo a Puga en el lateral derecho. Y el arranque fue el previsible, con un Málaga que ejercía una fuerte presión en todas las líneas, intentando apagar a los jóvenes valores locales. El plan del entrenador estaba funcionado al comienzo, pero el Celta B iba avanzando poco a poco sus líneas gracias a su movilidad y verticalidad, llevando cada vez más peligro.

Hasta que en una acción bien organizada, dejando el Málaga libre la banda izquierda, Alfon llevó el ataque, recortó a un Larrubia que resbaló y batió a Herrero ante el asombro del cuadro de Martiricos. Aparecieron los temidos desajustes frente a un rival muy joven, pero con calidad para resolver con cierta facilidad. Las previsiones, de esta manera, se fueron al traste y era imprescindible redoblar los esfuerzos para cambiar la dinámica del encuentro.

Y así ocurrió. Desde el gol, el Málaga dominó por completo el encuentro y dispuso de oportunidades para marcar el empate, pero la pegada y el acierto no acaban de llegar a los hombres de Pellicer. Dos opciones seguidas, una más de Genaro clara y, sobre todo, el disparo a uno de los palos de Larrubia tras un gran pase de Dani Lorenzo. En una segunda acción, Roberto también pudo igualar el marcador en un remate de cabeza después del centro de Víctor. Pero no llegaba el gol, lo que animaba al filial del Celta a recomponerse tras el paso atrás observado.

El paso por el vestuario, sin embargo, permitió a los blanquiazules reaccionar colocando una marcha más en su ritmo de juego, lo que le permitió volcarse por completo sobre la meta contraria gracias a unos retoques tácticos. Y de inmediato apareció el deseado empate en una jugada por la derecha, con el centro de Manu Molina y golazo de cabeza de un Genaro que remató solo. Era un marcador justo por lo visto en uno y otro equipo, con un Málaga lanzado, sin complejos y dispuesto a mostrar su jerarquía.

Tras una ocasión local en una acción individual, mostrando los filiales su calidad, el Málaga seguía insistiendo una y otra vez con opciones para Genaro de nuevo y Larrubia. La ambición visitante era máxima, lo que permitió que Roberto, en una de sus exhibiciones de trabajo y lucha, se llevó el balón y se plantó solo frente al portero, que lo arrolló en su salida, haciendo un claro penalti (el delantero había tocado el balón). Y fue el propio atacante el que se encargaría de transformar la pena máxima de una forma clara, con mucho nivel. Era el paso deseado, lo que buscaba un equipo que necesita ascender.

Al Málaga sólo le quedaba aguantar y llegar hasta el final con este marcador, a la espera de que el joven Celta apretara algo más en los minutos finales, como así ocurrió. Y Pellicer se mantuvo fiel a sus principios y le dio minutos a varios jugadores con los que quiere contar siempre: Sangalli, Dioni, Gabilondo, Juanpe o Kevin. Y así buscaron el final del choque con el apoyo incondicional de sus aficionados desplazados, pero nadie podía pensar que al final llegaría el empate, un gol en el descuento de Pablo Durán que llevaba la decepción a los visitantes, que ya contaban con el triunfo. Ahora queda la vuelta en La Rosaleda con la vista en el pase a la final de los 'play-off'.