Hasta el rabo todo es toro

El partido, en mala hora y en mala fecha a poco tiempo antes de que se disputara la final de la Champions, sin que nadie pusiera pie en pared al capricho de un equipo filial, se presentaba complicado, no por nada, sino porque no hay ni un sólo filial que no sorprenda (salvo el Atlético Malagueño). Uno a uno de la plantilla, no hay duda: el Málaga debía superar la eliminatoria se quiera o no, porque la diferencia por puesto, por nombres y por lo que ustedes quieran es abismal. Pero el fútbol es una caja de sorpresas y puede pasar cualquier cosa. Teníamos (y tenemos) a favor el factor campo y el factor empate. Eso que parece algo simple no es moco de pavo. El Málaga en Balaídos, ante una escasa concurrencia y una fiel militancia malacitana consiguió un buen resultado que no puede confiarnos, y la 'faena' hay que rematarla en Martiricos, donde La Rosaleda va a ser una olla a presión. Tenemos una afición que no nos la merecemos... Bueno, sí se la merece la ciudad y el club pero no los que nos han hundido en este pozo del que luchamos para salir. Hemos comenzado con buen pie, pero no podemos ni debemos confiarnos. Hay que salir de esta categoría como sea, y estamos en el buen camino. Pero no hemos conseguido aún nada. No lo olvidemos. Hasta el rabo todo es toro. ¡Que sí, que vamos a ascender!