El balón parado ya da puntos al Málaga

Ante el Girona lo consiguió, y además desbloqueó el reto de hacerlo de cabeza, su especialidad (así hizo un total de hasya siete goles la camapaña pasada en el Numancia). Un motivo de satisfacción para el defensa, y para el cuerpo técnico, que en todo este tiempo ha trabajado con obsesión las jugadas de estrategia, conscientes de que son fundamentales para desiquilibrar la máxima igualdad que impera en muchos partidos de la categoría. Así lo ha repetido varias veces el preparador malaguista, Pellicer.

No es el primer tanto que el Málaga consigue así, porque el primero lo consiguió Juande en la pasada jornada. Pero este sí es el primero que sirve para sumar puntos. En total tres que ponen al club blanquiazul con 21 en la clasificación, acercándose a la mitad de objetivo (la permanencia se suele conseguir con 50 puntos). Resulta curioso también que ambos goles a balón parado del Málaga hayan sido como Manolo Sánchez, el segundo entrenador, como técnico en la banda por la sanción de Pellicer (que volverá a su lugar ante el Lugo) porque es precisamente el ayudante del castellonense quien prepara y vive con obsesión las jugadas a balón parado.

De la acción en Girona, que fue esta vez un saque de esquina, reluce otra vez la figura de Rahmani. El franco-argelino es el máximo asistente del Málaga y uno de los mejores de segunda. Ya suma cuatro asistencias de gol, a cual más trascendente. Sumando también la de la jornada pasada, en el gol de Juande, que ofreció un servicio tenso y directo al segundo palo para la aparición del defensa. Esto le ha convertido en el lanzador por excelencia de este tipo de jugadas, además de lo que ya aporta en transiciones (colocó dos centros idénticos hace unas jornadas para los goles de Chavarría). El peso de Rahmani en el equipo sigue aumentando.

A nivel defensivo, donde el Málaga también sufría mucho en balones aéreos y centro, el equipo también mejoró en varias facetas. Primero, en la defensa de los córnes o las faltas laterales, donde siempre ganaron los duelos ante el Girona. Y segundo, en los centros laterales en movimiento, donde la línea de cuatro se alineó varias veces con precisión para marcar la línea del fuera de juego, algo que resultaba más complejo en defensa de tres centrales con uno ejerciendo de coche escoba.