Ligeras perlas de sudor se deslizan por la nuca. El pelo se pega en la frente. La ropa no es estética ni rompedora, pero ... da igual porque lo que prima es la funcionalidad. Se escucha el cante de los pájaros. El sol y la sombra ofrecen un juego de luces agradable. Conviene distribuir bien el peso de la mochila para evitar dislocaciones dolorosas. El ascenso a los Montes de Málaga es como un tirachinas gigante, en el que la goma se estira hasta la rotonda de Fuente Olletas y luego rebota para catapultar en dirección a la Fuente de la Reina. Asegurar la hidratación es otro mandamiento, encontrar agua potable en la montaña es como buscar sombra en el desierto.
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El mote de Pirineos de la Costa del Sol se justifica aquí, donde el olor a vegetación se da la mano con unas vistas al litoral que parecen sacadas de una postal. Si el senderismo es el 'slow food' de los deportes, ahora mismo es uno de los platos preferidos de los malagueños. Junto al ciclismo, representa la actividad al aire libre que más ha crecido desde la irrupción de una calamidad llamada coronavirus. Ha sido y es un antidepresivo natural para una población hastiada y un calmante para amortiguar el descalabro del turismo activo, muy tocado por la ausencia de extranjeros, sobre todo procedentes de países centroeuropeos.
Acaban de dar las diez de la mañana y los senderos que vertebran los Montes de Málaga parecen pequeñas venas coronarias. Este espacio protegido siempre ha sido un lugar atractivo para practicar deporte al aire libre, pero el tirón del momento salta a la vista. Hay numerosos coches aparcados en una de las ventas que se encuentra a pocos metros del mirador que marca la mitad del ascenso. Una de las mejores vistas a la bahía malagueña se regala aquí. Como si fueran hormigas en busca de alimento, los senderistas se adentran en la montaña y al ruido del arrastre de los bastones se une el traqueteo de los ciclistas al cambiar de plato. El aire tiene sabor a puro.
157 Clubes de montañismo en la provincia de Málaga.
774 Clubes en Andalucía.
1.410 Los kilómetros que suman los senderos reglados en Málaga.
Grandes senderos de la provincia: GR El Chorro-Valle del Abdalajís, GR Senda del Mediterráneo, GR Gran Senda de la Serranía de Ronda, GR Sierra Tejeda-Almijara, GR Sendero Sierra de las Nieves, GR Gran Senda del Guadalhorce, GR Gran Senda de Málaga.
6.600 Es el número de senderistas federados en Málaga.
20% El aumento de fichas federativas que se prevé para 2021.
Hay indicadores claros que van más allá de la mera percepción de unos senderos transitados y de intrépidos pelotones escalando puertos. Los fabricantes de bicicletas o de ropa funcional están viviendo una época dorada. Alejandro Ruiz es el responsable de la tienda de Trek en Málaga y todavía se sorprende de lo vivido hace justo un año: «Cuando volvimos después del confinamiento fue una locura. Todos los días había colas en la entrada de la tienda. El teléfono no dejaba de sonar. En pocas semanas nos quedamos sin bicicletas y sin material».
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En la tienda de Alejandro hay bicicletas que van desde los 500 euros hasta los 12.000. Al contrario que en otros sectores, nunca ha habido en estos meses un problema de demanda. Al revés. El problema era que no se sabía cómo satisfacerla. «Primero vendimos las bicicletas por debajo de 1.000 euros, luego las que estaban por debajo de 2.000 y así sucesivamente. Para que te hagas una idea de cómo está la cosa: hemos hecho pedidos a fábrica en 2020 que tienen fecha de llegada para 2022, incluso 2023», señala y se encoge de hombros.
El anhelo por una bicicleta arrolló a las tiendas especializadas, pero también ha modulado el propio consumo. «Es curioso, pero estamos vendiendo más modelos de gama alta que nunca. No me preguntes de dónde saca la gente el dinero», dice Alejandro. Una vía es el pago a plazos. En estos momentos se están financiando más bicicletas que nunca.
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Otros aprovechan el auge del mercado de segunda mano. Porque aquí está otro de los efectos constatados: bicicleta que se pone a la venta en Wallapop o en una de las muchas plataformas similares, bicicleta que sale a los pocos días. «El mercado de segunda mano está inflado, ahora puedes vender tu bicicleta a un precio muy similar al precio de compra», sostiene Alejandro.
Los ciclistas comparten hábitat con senderistas. Que la llamada de la naturaleza es fuerte, más en estos tiempos de pandemia, lo confirma también Julio Perea. Es el presidente de la Federación Andaluza de Montañsimo (FAM). Lleva casi 40 años practicando deporte en la alta montaña. Tanta afición como ahora, asegura, no había visto nunca. «El alpinismo, la escalada y el montañismo son los clásicos, pero en el senderismo apreciamos un verdadero boom. Podemos decir que el senderismo es la disciplina estrella porque es la más practicada. Con las restricciones que hemos tenido es normal que la gente haya aprovechado para hacer más deporte al aire libre. La gran ventaja del senderismo está en que no requiere una preparación especial», explica.
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En la FAM estiman que el auge del senderismo se mantendrá, incluso se habla de que «la pandemia ha colocado a las actividades al aire libre en lo más alto del orden de prioridades». Las restricciones del coronavirus no decaerán de un día para otro y el senderismo también será una opción para las vacaciones de verano. Las normas sanitarias y de distancia pueden respetarse con especial facilidad en la montaña. Y no se sabe cuál es la principal ventaja que ofrece Málaga: si es la diversidad que ofrecen sus senderos o el contraste entre los pequeños municipios del interior y las zonas de litoral.
«A Málaga siempre se le recuerda por la playa, pero es una de las provincias más montañosas de Andalucía», explica Julio. La orografía de Málaga convierte a la provincia en una meca para el senderismo. Sumando grandes, pequeños y senderos locales, hay un total de 1.410 kilómetros de recorrido reglado. «Los grandes senderos son aquellos que superan los 50 kilómetros. En Málaga destaca la Gran Senda», precisa Julio.
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Alrededor de estos senderos, se ha ido tejiendo en los últimos años una gran telaraña asociativa. En la provincia de Málaga hay en estos momentos 157 clubes de montañismo. Están presentes en 51 municipios de la provincia. Si se suma su población, salen 1,5 millones de habitantes. Es decir, el 94% de las personas de la provincia de Málaga cuentan con al menos un club de montañismo en su municipio, según la FAM.
Málaga lidera el ranking a nivel andaluz. Y el aluvión que están experimentando estos clubes no tiene precedentes. «No pasa un día en el que no demos de alta una nueva ficha federativa. En cuanto a licencias nuevas, a estas alturas, hemos superado todas las nuevas del año pasado», destaca Julio. En la provincia de Málaga hay ahora 6.600 senderistas federados. La FAM prevé que para finales de 2021 sean 8.000, un crecimiento del 20% con respecto al año anterior. «Hay una clara corriente social hacia la práctica del senderismo que se ha producido a raíz de la pandemia».
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Para poner más contexto: solo en la provincia de Málaga hay más clubes de montañismo que en toda la Comunidad de Madrid o que en Galicia.
Dolores Lozano, a la que todo el mundo llama Loli, es una de estas aficionadas al noble arte de poner un pie por delante de otro. Tiene 53 años y vive en Coín. Lleva casi dos décadas recorriéndose los pueblos de la provincia y del resto de Andalucía. Lo que empezó como algo para rellenar un vacío existencial se ha convertido en su gran pasión. «Siempre estaba muy pendiente de mis hijos. Cuando se hicieron mayores y se destetaron, como yo digo, tenía más tiempo libre y una amiga me comentó lo del senderismo», recuerda. Eso fue hace trece años. Los mismos que Loli figura como socia en la Asociación Deportiva Grupo Integral Senderismo de Coín. Dos veces por semana organizan excursiones, que ahora se han limitado a diez personas por la pandemia. «Todos los martes nos recoge un autobús y nos lleva a pie de sendero. Los jueves hacemos un recorrido cerca del pueblo», comenta.
Loli, que recuerda que lo único realmente imprescindible es un buen calzado, es una convencida de que su actividad preferida también es ideal para mejorar la salud mental en estos tiempos: «Hacer senderismo permite olvidarte del coronavirus».
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«La pandemia ha servido para que muchos malagueños descubran que no solo se puede disfrutar de la Costa, que en los pueblos del interior hay maravillas por descubrir». Estas palabras son de Jorge Martínez, alcalde de Canillas de Albaida. Cada fin de semana, cuando ve como van llegando los coches con visitantes de fuera, se le ilumina la cara.
El caso de Canillas de Albaida es paradigmático para otros muchos pequeños pueblos que en los últimos años habían logrado revitalizar su economía gracias al turismo activo. Solo cuenta 770 habitantes, pero tiene cuatro hoteles y un aparcamiento gigante para caravanas. El concepto de combinar vacaciones con la práctica deportiva se define aquí, a 576 metros de altitud, entre las laderas de las sierras de Tejada y Almijara. «Teníamos muchos turistas extranjeros. Con la pandemia, claro, se nos cayeron todos. Pero hemos constatado un verdadero auge del senderismo que nos está salvando del desastre», reconoce el alcalde. «Cada fin de semana esto se llena de gente que viene a recorrer algún sendero y luego come en alguno de nuestros restaurantes».
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Cuantificar el impacto económico que tienen la práctica del senderismo y ciclismo en la economía de la provincia es complicado. Los estudios que existen al respecto son imprecisos o están desfasados en el tiempo. Con Elías Bendodo aún como presidente, la Diputación publicó un trabajo sobre la Gran Senda en el que se estimó una generación de 40 millones de euros para la economía de la provincia. Pero la pandemia ha sido como una cascada fatídica para el turismo, que también ha borrado las certezas que había y exige hacer nuevas previsiones acorde a un contexto muy veleidoso.
Sí se sabe a estas alturas que el turismo activo no se ha salvado de la quema, pero que está resistiendo mejor. «Si no fuera por los ciclistas y los senderistas no podría abrir ni los fines de semana. Gracias a ellos, digamos, hemos estado entretenidos», expone Queco Fernández, el gerente de La Garganta, uno de los complejos de turismo rural más emblemáticos de la provincia. «Entre semana seguimos cerrados, de viernes a domingo estamos en un 80% de ocupación», dice.
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Paso a paso, como el movimiento natural del senderista, espera que las reservas avancen con la vacunación. Cuando los extranjeros hayan vuelto, en eso confía, la afición por el senderismo y el ciclismo seguirá ahí.
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