Secciones
Servicios
Destacamos
La Junta de Andalucía ha vuelto a poner en la agenda la vieja aspiración para unos y el proyecto de gran impacto para otros de regular el río Grande. Este jueves durante el Foro 'Málaga, cómo plantar cara a la sequía', organizado por SUR, el director general de Infraestructuras del Agua hizo el anuncio de que se va a encargar un estudio de alternativas. Álvaro Real fue claro: hay que aumentar la capacidad de embalse, regular los ríos. Defendió además dejar en manos de técnicos y científicos las decisiones en la materia.
La propuesta del estudio fue especialmente apoyada en dicho foro por la concejala de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga, Penélope Gómez, que abogó por llevar esta infraestructura a su máxima capacidad (50 hm3). Antonio Luque, presidente de DCOOP, y Baldomero Bellido, de Asaja, también se mostraron proclives.
Noticias relacionadas
Y es que regular y aprovechar los caudales del río Grande, que nace en la Sierra de las Nieves y desemboca en el Guadalhorce, lleva décadas en el debate. Ahora sólo se puede aprovechar una ínfima parte gracias al azud de Aljaima, una derivación que carga agua a la red de Málaga capital pero que no puede almacenar. En los cinco años de sequía ha dejado de aprovechar agua para más de un año. SUR hizo los cálculos con registros oficiales y el agua que corrió río abajo fueron 51 hm3. El caudal aprovechado no llegó a 14.
El pantano es una propuesta de los 90. Tenía una capacidad de entre 45 y 50 hm3 y se situaría en los términos de Guaro y Coín. Tuvo mucha contestación política y de colectivos agrícolas y ecologistas por sus afecciones. Hubo manifestaciones y tractoradas y se desinfló la presa, que evolucionó en forma de un nuevo azud para 20 hm3 anuales. Llevaría una gran conducción de 38 kilómetros hasta Málaga. También se aparcó.
Pulsar las diversas opiniones suscita hasta controversias internas en los partidos porque, por ejemplo en PP y PSOE, las sensibilidades varían en función de si los dirigentes pertenecen a la comarca o no. Hasta tal punto que este periódico no ha podido recabar una «posición de partido» por parte del PSOE, según admiten las fuentes consultadas. Su alcalde más destacado en la provincia, Jorge Gallardo, sí contesta claramente: «A favor de hacer no un azud, sino tres o cuatro pequeños de 8 ó 10 hm3 a lo largo del río, de forma que se pueda ir acumulando el agua en diferentes puntos. Será más costoso pero conseguimos tener el agua en varios embalses; que el agua sobrante siga corriendo; crear diferentes zonas naturales con esos pequeños embalses que se van a ir dando a lo largo de todo el cauce; que todo el ecosistema de alrededor pueda subsistir, y crear nueva fauna. Hay que regular el agua para el área metropolitana y no sólo para Málaga».
En Coín, el alcalde, Francisco Santos, ve precipitado hacer una valoración porque la única información que tienen es la solicitud del citado estudio. Hasta que no tenga la certeza de la viabilidad o no del proyecto, de su ubicación, las posibles afecciones y también qué beneficios puede tener para el municipio, prefiere no posicionarse.
En Guaro, donde históricamente se armó una gran resistencia de la mano del entonces alcalde Sebastián Rueda (PSOE), el regidor, Antonio Carabantes, evita atender a SUR pese a la insistencia durante más de una semana. Desde su equipo dejan claro que sólo el alcalde (PP) fija postura.
En Monda, la alcaldesa, Remedios Fernández, (Con Andalucía) cree que no habría afecciones a su término, pero no está a favor: «Siempre apostaría por una solución sostenible y en equilibrio con el ecosistema, tanto del Guadalhorce como de la Sierra de las Nieves».
Marisa Casal, de la Asociación Valle Natural Río Grande, defiende con pasión los valores naturales del río y rechaza cualquier intervención. Habla con preocupación del futuro: «El río está amenazado por todos los lados. Vamos a luchar hasta el final. Tenemos titanes en frente y somos una entidad sin ánimo de lucro, de voluntarios. Nos oponemos a la presa y al azud, a cualquier forma de construcción artificial. Aporta agua de calidad al paraje del Guadalhorce y eso ayuda al mantenimiento de este espacio protegido».
Para Casal, la ubicación de la presa, entre Guaro y Coín, afectaría al espacio LIC de Fahala y Pereilas y a zonas como La Jara: «Hay una gran biodiversidad y con especies amenazadas, todo eso desaparecería», abunda, al tiempo que recuerda que hay comunidades de regantes muy antiguas que también ser verían afectadas. «No tiene sentido explotar más este río. Málaga y Cártama ya se llevan agua desde Aljaima», apostila y refiere las amenazas de grandes parques de energías renovables y añade a Ecologistas en Acción, a la Red Nueva Cultura del Agua o la Asociación Ambiental Jara como ejemplos de movimientos que se oponen, algo que confirman voces como Antonio Amarillo o Rafael Yus.
Precisamente Yus recuerda su oposición histórica y destaca que es un río que no está represado y sus valores de biodiversidad. «Tenemos nutrias, peces como el barbo gitano y otras que en los ríos represados se han perdido. Hay una sauceda de las más importantes de la provincia», incide, al tiempo que también pone el foco en el citado LIC. Además, opina que la falta de recursos no debe afrontarse con más presas, trasvases o desaladoras, sino gestionando los consumos y los modelos de expansión. «Hay que dejar en paz a los ecosistemas acuáticos, a los que no se les concede a veces ni la miseria del caudal ecológico», concluye.
El secretario general del PP, José Ramón Carmona, insiste en la tesis del director de Agua: las decisiones hidráulicas deben ser científicas y técnicas. «El PP en la Junta, la Diputación y ayuntamientos ha demostrado su compromiso firme en materia de agua, con la aprobación de cuatro decretos de sequía y 400 millones de euros invertidos en la provincia sólo por parte del Gobierno andaluz. Siempre hemos priorizado el interés general. Sobre el río Grande, habrá que escuchar también a los técnicos. Hay que valorar qué opción es la más adecuada, y eso debe ser una decisión eminentemente técnica», asegura.
Francisco José Enríquez, coordinador en el Guadalhorce: «Es el único y último gran río vivo (no apresado) de Málaga. Sus avenidas mantienen vivo el Paraje de la Desembocadura del Guadalhorce. Las avenidas son necesarias para evitar acumulaciones de sedimentos que elevan el nivel de los cauces y facilitan las inundaciones y proveen de arena al litoral. Desde que tenemos presas hay que gastarse un dineral en aportar arena de forma artificial. Las avenidas dan alimento a boquerones, sardinas y demás peces que forman parte de la gastronomía típica nuestra. Hay que parar de depredar los recursos naturales. Quizá ya hemos pasado un punto de 'no retorno'. Querer actuaciones como ésta nos conduce al precipicio».
La parlamentaria de VOX por Málaga Purificación Fernández deja entrever el apoyo a ir a más en el río, aunque ve como prioritaria la presa de Gibralmedina, entre Cádiz y Málaga (100 hm3, en fase de proyecto): «El azud de Aljaima revela lo que denunciamos desde hace muchos años, la necesidad urgente de un Plan Nacional de Agua que no solo la lleve desde donde sobra a donde falta de manera que ningún rincón de España pase sed, sino que aproveche hasta la última gota que cae del cielo. Este azud ha servicio para abastecer de agua a la capital durante mucho tiempo y así debe de seguir siendo. Pero no puede ser la solución definitiva, es solo un grano de arena más para aprovechar cada gota y que no acabe en el mar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.