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Como ya sucediera durante la primera ola de la pandemia, el abastecimiento de pescados y mariscos frescos, así como de frutas y verduras sigue estando ... garantizado en Málaga. De hecho, según datos de Mercamálaga, el gran mercado mayorista de Andalucía oriental, a pesar de la crisis del coronavirus y con el sector de la hostelería bajo mínimo, la previsión es que este años el centro incremente las ventas de frutas y hortalizas respecto al ejercicio anterior. Sólo entre enero y noviembre de este año Mercamálaga ha comercializado 40.880 toneladas más que en todo el ejercicio de 2019 (226.806 toneladas) de frutas y hortalizas, lo que significan unas 267.806 toneladas. No sucede lo mismo en cambio en el mercado de pescados y mariscos frescos, cuyas entradas de productos se prevé que sufran un descenso de entre un 17 y un 14% durante este año. Sólo hasta noviembre han entrado a Mercamálaga 5.442 toneladas menos de pescado fresco y unas 483 menos de mariscos, también frescos.
Para el director general de Mercamálaga, Jaime Touchard, los datos a cierre de noviembre de 2020 arrojan un balance que confirma el incremento en la entrada de mercancías en comparación con los últimos años, principalmente en frutas y hortalizas, aunque no tanto en el mercado de pescados y mariscos. Touchard ha destacado la gran capacidad que están teniendo los profesionales y las empresas instaladas en el principal mercado mayorista de la capital malagueña para adaptarse a la situación derivada del Covid, adaptando permanentemente su oferta de productos a la demanda en cada momento.
Actualmente, debido a la crisis sanitaria, es el comercio minorista el que está manteniendo la actividad en Mercamálaga, según confirman los propios mayoristas.
«Nuestra oferta es la misma de siempre, aunque sabemos que son las familias, las amas de casa, que acuden a las fruterías y los mercados, las que están tirando del consumo. Ello nos obliga a priorizar a este sector, que lo que demanda son productos básicos, más económicos, en lugar de lo premium, aunque sin descuidar el resto», explica Andrés Rojas, gerente de Málaga Natural.
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Manuel López Beltrán es titular del puesto Manu Fruta en el mercado de frutas y verduras de Mercámalaga. Abrió sus puertas hace apenas año y medio. A pesar de este corto tiempo de funcionamiento, ha podido comprobar cómo el cierre casi total de los hoteles en la Costa del Sol ha provocado una caída de ventas de productos de importación, más demandados tradicionalmente por la hostelería.
«Un ejemplo son las piñas, todo un clásico en las navidades. En los hoteles no suele faltar, pero con la inmensa mayoría de los establecimiento hoteleros cerrados, su venta ha caído mucho y con ello también han descendido los precios. Si hace justo un años estábamos hablando de un precio de entre 1,10 y 1,20 euros el kilo, ahora oscilan entre 0,45 y 0,65, lo que supone un 50% menos. Lo mismo ocurre con el melón de importación, otro clásico de la hostelería en estas fiestas, que ha pasado de 1,50 a 1,10 euros el kilo, o las cerezas, que han pasado de los 19 euros el kilo de hace un año a los 15 actuales, con el agravante de que las ventas han bajado considerablemente», explica López.
Según Pedro Machuca, dueño del puesto Cofruma y presidente de la asociación de empresarios mayoristas de mercado de frutas y verduras de Mercamálaga, diciembre ha comenzado muy tranquilo en ventas, a pesar de que los precios son algo más bajos. «Nos estamos ajustando cada día a la situación que marca la pandemia. La gente ha dejado de comprar productos de importación, mientras que se consumen más verduras básicas. También la cuarta gama -ensaladas, frutas troceadas y elaborados-, muy demanda por la hostelería, ha desaparecido casi por completo», declara Machuca.
«A pasar de todo tenemos que mantener la oferta de fruta de terceros países, porque hay sectores de la población que la siguen demandando», afirma este empresario, que menciona los casos del pomelo chino (1,90 euros el kilo), el litchi por avión de Madagascar (entre 2,5 y 3,8 euros el kilo).
«Aunque es pronto, pensamos que habrá una gran demanda de uvas. Ahora estamos con la nacional y otra de Italia, pero tendremos que empezar a importar de Sudamérica. De momento, los precios se mantienen en los niveles de todos los años, entre 1,60 para la variedad Dominga nacional y los 3,5 euros el kilo para la sin hueso de importación», señala.
Otro producto cuyas ventas se están viendo afectadas por la pandemia y las preferencias de las amas de casa es la fresa, en parte porque mantiene una cotización alta, entre 6 y 7 euros el kilo, según Rojas. «El descenso de las temperaturas ha bajado la producción, reduciendo la oferta, lo que ha provocado que suba su precio. Hace unas semanas, debido al calor, hubo más producción y los precios de la fresa bajaron a los 5 y 4 euros el kilo», relata Rojas, que habla de «incertidumbre» a la hora de hacer de previsiones de cara a Navidad y Año Nuevo.
«Es muy difícil avanzar qué productos se van a demandar más. El mercado cambia a diario y este año es muy posible que las compras se dejen para el último momento. Habrá que ver qué restricciones se podrán para las reuniones familiares. De todos modos, creemos que las frutas más demandas serán las de temporada», declara.
Un producto que confía en que atraiga el consumo es la nuez pecana del Guadalhorce, según la experiencia de otros años. «Las nuevas se están poniendo a la venta en 8,50 euros el kilo, precio mayorista», indica Rojas.
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