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La distribución comercial es uno de los sectores más competitivos de la economía. Compiten grandes con pequeños y medianos y entre distintos formatos comerciales, además de con el comercio electrónico, de modo que el consumidor dispone de una oferta muy amplia. Esto, que es buenísimo ... para los consumidores, es para las cadenas de distribución un constante desafío, según una de las grandes asociaciones del sector, la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), de la que forman parte Carrefour, El Corte Inglés, Eroski, Simply (Alcampo) y Lidl.
Ante esta situación, las empresas están obligadas a ser competitivas incidiendo cada una de ellas en sus factores de competitividad (precios, cercanía, servicios, surtido, calidad, trato al cliente o fidelización, entre otros, como son las cuestiones ambientales y saludables).
«Además, ha aparecido un nuevo operador que es Internet, que ofrece lo que no podemos ofrecer los demás, ya que la venta online está abierta las 24 horas los 365 días de año. La regulación no permite abrir todo el año a las cadenas», señala el presidente de ACES, Aurelio del Pino.
Para esta asociación, los cambios en el modelo de hogar como unidades decisión de compra y la irrupción del comercio electrónico están marcando en parte del camino de las grandes cadenas de alimentación de cara al futuro. «Al consumidor ya no le vendemos productos, sino soluciones de alimentación que se adecuan a su ritmo de vida», explica Del Pino.
«Hace 20 años la mayoría de las familias eran muy homogéneas. Era la familia tradiciones de una madre, un padre y tres hijos, donde una persona decidía lo que comía y todos comían lo mismo. Ahora, con los datos del censo de población, más de la mitad de los hogares están compuestos por una o dos personas. Los hogares de una pareja o de una persona que vive sola son más del 50% del total de hogares, lo que quiere decir que las decisiones son muy individuales y las cadenas deben desarrollar soluciones de conveniencia, cosas que solucionen un problema concreto en un momento concreto, como por ejemplo comprar una comida preparada en el supermercado porque no nos ha dado tiempo a preparar nada en casa o nos quedamos a trabajar en la oficina y compro una ensalada de V Gama», señala Del Pino.
Paralelamente, las cadenas están atendiendo cada vez más exigencias que parten del consumidor, como es el compromiso social y medioambiental.
«Las empresas, antes de que lo decida la legislación, estamos muy metidas para mejorar la reducción de desperdicios alimentarios, colaboración con los bancos de alimentos; tratamos de contribuir al desarrollo de las zonas en las que estamos, trabajando con los agricultores y ganaderos para mejorar las condiciones de producción y, al mismo tiempo, reduciendo el impacto medioambiental a través de medidas que podemos tomar con nuestra propia actividad y trabajando con los proveedores», según Del Pino.
En este panorama, las empresas están decidiendo dónde son más competitivas. Además, en un mundo tecnológico como el actual, las TIC están impactando en muchas cuestiones. «Lo están haciendo en las cadenas de suministro. Se está incorporando tecnología a la logística para que sea cada vez más eficiente, para conseguir los mejores resultados con los menores costes; en la eficiencia energética, la eficiencia ambiental gestionando los residuos y trabajando con los proveedores en cuestiones como la trazabilidad», explica Del Pino.
Según ACES, las TIC se están utilizando cada vez más para lograr un mayor conocimiento del cliente y el comportamiento del consumidor.
«Cada vez existen más herramientas disponibles para poder prever sus demandas y así adaptar los surtidos, conocer más las tendencias de consumo. Las TIC suponen además un canal directo para los consumidores puedan dirigirse a las empresas y que hablen entre sí, es decir, pueden decirle a otros lo que le gusta o lo que no. Esto permite que la dirección de las cadenas conozca sin intermediarios lo que está pasando en la percepción de sus clientes de su actividad. Las TIC son una herramienta potentísima y en los próximos años, seguramente, se va a ver un desarrollo importante», prevé Del Pino.
Sobre el comercio electrónico, el presidente de ACES señala que las empresas están además hoy gestionando todos los canales para relacionarse con el consumidor, porque ya hay clientes que realizan una parte de su compra por Internet, como es la compra «de carga» (la leche, el azúcar y otros), y otra en la tienda, como es la más personas y diferentes (productos frescos, gourmet o por atención al cliente).
«Casi todas las cadenas están modificando sus modelos de presentación. Cada vez son tiendas mucho más amigables, en las que hay más producto fresco, horneados, oferta de preparados... Las tiendas se están transformando en lugares agradables donde hacer la compra y se encuentren cosas y soluciones que antes no se buscaban en el supermercado», puntualiza Del Pino.
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