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El clima mediterráneo es así: Tras una sequía prolongada, bastan dos episodios de lluvias para compensar la situación. Además, con el cambio climático, los meteorólogos ... y los investigadores del clima coinciden en que los episodios torrenciales, como los dos recientes, serán cada vez más frecuentes.
Muchos malagueños, después de las dos danas consecutivas que han inundado la provincia (a finales de octubre y esta semana) se hacen la misma pregunta: '¿Se ha acabado ya la sequía?' La respuesta se puede resumir así: la situación va bien, pero no se pueden lanzar las campanas al vuelo. Para responder, hay que tomar como referencia el pluviómetro oficial de Málaga a efectos estadísticos, el del aeropuerto.
Tanto en este enclave estratégico como a nivel provincial, del 1 de enero al 31 octubre ya ha llovido lo que se considera normal, mientras que hasta septiembre el déficit era del 50%. Además, en lo que va de este año hidrológico (que comienza siempre el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre del siguiente) ya estamos por encima de lo normal.
En octubre, lo habitual es que se recojan 61 litros por metro cuadrado, y este año van 131. Mientras que el aguacero del pasado miércoles dejó en el aeródromo 68 l/m2. «Es casi lo normal de todo el mes de noviembre (79 l/m2), en un sólo día», afirma el director de Aemet, Jesús Riesco. Y este no ha sido ni de lejos el pluviómetro con mejores datos, pero es el que se utiliza a efectos estadísticos para medir la evolución en Málaga por parte de Aemet.
Por tanto, en lo que va de otoño se han recogido 192 l/m2, lo que supone que ya se ha sumado el 34% de los 561,5 litros por metro cuadrado que deberían llover a lo largo de todo el año hidrológico para que sea considerado «normal». No es un mal comienzo, desde luego, mucho mejor que los años anteriores, pero todavía queda mucho recorrido y varios meses por delante de los considerados «húmedos», en especial diciembre, enero, febrero y marzo. Con los resultados de estos en cuanto a precipitaciones, se podrá valorar si la situación de sequía comienza verdaderamente a remitir, o si, por el contrario, este ha sido sólo un espejismo.
Otra cuestión que no se puede obviar es que las lluvias abundantes han venido de la mano de dos danas, que son fenómenos caprichosos y que no reparten lluvias homogéneas y generalizadas por el territorio. Según el meteorólogo, las dos han sido similares, con trayectorias parecidas, sólo que la primera afectó más porque «hizo el camino de ida y vuelta». Mientras que la segunda, tras el descuelgue, se transformó en una Baja Fría Aislada (BFA) que se ha manifestado como una borrasca en superficie. Pero en los dos casos, factores como la elevada temperatura del agua del mar en Alborán han hecho que estos fenómenos sean más peligrosos y descarguen más precipitación. En realidad, para paliar la sequía debería llegar un tren de borrascas profundas, con lluvias continuadas durante varios días (como ocurrió el pasado marzo y abril), que son las que permiten recargar los embalses y los acuíferos.
Y como también muchos se lo preguntan: al menos hasta donde se ve (la mitad de la semana que viene), no se ve nada significativo en cuanto a la venida de nuevas precipitaciones de importancia. Al contrario, lo que se ve de momento es un anticiclón con viento del norte, que puede dejar en Málaga terral frío de invierno.
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