Álvaro Real, Manuel Cardeña, Penélope Gómez y José Mª García Urbano, en la mesa moderada por Chus Heredia (en el centro), ayer. Salvador Salas

La Junta ya trabaja en la segunda desaladora de la Costa y retoma la idea de una presa en el Grande

Se podría ubicar en Mijas o Fuengirola y se sumaría a la pequeña de Estepona y a la prevista en la Axarquía. Habrá un estudio de alternativas para abordar la presa y la redacción del pantano del Guadiaro encara su fase final

Viernes, 19 de abril 2024, 00:24

La Junta de Andalucía planea a medio plazo una segunda gran desaladora para la Costa del Sol Occidental, que se sumaría a la de Marbella y a la prevista en la Axarquía para la que pide al Gobierno central rapidez, dado que es quien tiene ... que impulsar el proyecto y las obras. Y, a largo, vuelve a poner en la agenda la regulación del río Grande y pide acelerar los trámites para la presa de Gibralmedina, para aprovechar los caudales del Guadiaro. Son algunas de las principales conclusiones del Foro del Agua 'Málaga: cómo plantar cara la sequía', organizado por SUR y que congregó a una veintena de expertos en la materia.

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El encuentro, patrocinado por Cajasur, con la colaboración de Aqualia, Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, Dcoop, Hidralia, Diputación de Mága y el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria, contó con la ponencia inaugural del director general de Infraestructuras de la Junta, Álvaro Real, que fue claro: hay que aumentar la capacidad de embalse, regular los ríos. Y nombró dos actuaciones prioritarias. Una es la presa de Gibralmedina, cuyo proyecto se está ultimando para regular el río Guadiaro y aportar, desde una ubicación entre Cádiz y Málaga, 100 hectómetros cúbicos, de los que 15 vendrán la Costa del Sol y otros 85 se repartirán entre regadíos y el Campo de Gibraltar. Ese proyecto se cederá al Estado en fechas próximas para que lo ejecute.

Embalse en el Grande

La otra es la de Cerro Blanco, situada entre Guaro y Coín, que en su proyecto inicial tenía una capacidad de 45 hectómetros: una actuación que se planteó en los años 90 y no ha progresado hasta ahora, entre otros motivos por la fuerte contestación que tuvo desde posiciones ecologistas y políticas. Incluso se llegó a plantear una opción intermedia, menos ambiciosa, en forma de azud. «Vamos a apoyar al Estado impulsando un estudio de alternativas para ver cuál es la más beneficiosa», anunció Real.

Carlos Sesmero, responsable de Banca de Empresas de Cajasur en Málaga, intervino como patrocinador. Salvador Salas

Esta propuesta fue especialmente apoyada por la concejala de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Málaga, Penélope Gómez, que abogó por llevar esta infraestructura a su máxima capacidad posible (50 hm3), misma cuestión que planteó par la de Gibralmedina.

Mijas-Fuengirola, como opción ideal

Real es partidario de dar respuesta con recursos a los crecimientos económicos y demográficos de la provincia. Y, en esa línea está también la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental. Su presidente, Manuel Cardeña, avanzó durante una de las mesas del foro que hay que dotar de una segunda desaladora a la Costa. La de Marbella está siendo renovada para cuperar su capacidad en dos fases con inversiones de la Consejería de Agricultura. La primera de ellas, ya terminada, ha permitido pasar de 6 a 12 hm3 al año. La segunda, subirá a 20. Y ese es el límite de su potencial, como recalcó también la consejera delegada de Acosol, Matilde Mancha.

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El director de SUR, Manolo Castillo, se dirige a la concurrencia para dar la bienvenida al foro y explicar la apuesta editorial por las informaciones de agua. Salvador Salas

«Se está trabajando en una solución, conjuntamente con la junta, para una segunda desaladora en la Costa del Sol, que se está diseñando y viendo la mejor ubicación», afirmó Cardeña.

«Será una desaladora de unas dimensiones más grandes y la idea es que dé soluciones a los municipios más pegados a Málaga», avanzó. Admitió que la ubicación ideal a priori sería en los municipios de Mijas y Fuengirola, «aunque técnicamente se está buscando la mejor ubicación». «Buscamos retomar ese antiguo proyecto de la desaladora de Mijas, que había un convenio firmado con Acuamed y con la Junta para poner una segunda fuente en el circuito, que dé estabilidad a los municipios más pegados a la zona de Málaga y tener otra fuente más en servicio».

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Por tanto, Cardeña confió en que gracias a esta planta, junto a la prevista en Estepona y a la que ya existe en Marbella (que se está ampliando al máximo de su capacidad), «al final tendremos una solución garantizada para la Costa del Sol, porque nos jugamos 19.000 millones de ingresos por turismo y una gran cantidad de empleos, y no podemos estar dependiendo de mirar al cielo».

Tanto la concejala de Málaga como el vicepresidente de la Diputación, Cristóbal Ortega subrayaron la importancia de la desaladora de la Axarquía, que se ubicará en el entorno del centro comercial El Ingenio, en Vélez.

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Estepona se moja: permitirá llenar las piscinas este verano

«No encontramos nunca justificación para que unas piscinas estén abiertas y otras no. En Estepona tenemos claro que sí se van a autorizar las piscinas», ha sido la contundente respuesta de su alcalde, José María García Urbano, al ser preguntado por esta cuestión. El regidor también anunció hoy en el foro del agua de SUR que trabaja en una etiqueta ecológica, de manera que aquellas que tengan toldos, depuradoras con recuperación de agua, etc, tendrán la categoría de «piscina sostenible» y en estos periodos de sequía tendrían garantizado el uso.

Por su parte, Penélope Gómez, concejala de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga dijo que en el caso de la capital, aunque se está calculando qué supone, las comunitarias en principio estarán autorizadas, mientras que para las privadas la decisión se tomará en consenso con los vecinos.

Manuel Cardeña, presidente de la Mancomunidad de municipios de la Costa del Sol Occidental, abogó por una solución «conjunta, consensuada y con trato igualitario». Mientras que Cristóbal Ortega, vicepresidente de la Diputación, dijo que el aspecto clave es el número de litros por persona y día que se permiten (200). «Si el consumo está controlado y no se pasa del máximo, usarla para la piscina o para regar los jardines es lo de menos, lo que hay que utilizar los recursos dentro de los límites».

Por su parte, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas, Manuel Jiménez Caro, también entró de lleno. Al respecto, el líder colegial pidió «claridad» a las administraciones competentes para fijar unas normas «que sean coherentes y que los ciudadanos puedan entender y asumir».

«Se va a dejar en manos de los ayuntamientos y eso tiene riesgos. No le vemos sentido a que tengamos unas medidas en una parte de la costa y otras en otra; o a que dentro de una misma zona haya ayuntamientos que digan que las piscinas se pueden llenar con cubas de agua, otros permitan usar agua de suministro y otros prohíban el llenado. Eso provoca problemas y tensiones en las comunidades de vecinos», explicó.

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