Javier Imbroda, el consejero que sacó la política de la educación

Entre los logros de su gestión no se puede olvidar la Ley de Autoridad del Docente, los acuerdos con todas las organizaciones sindicales, de la enseñanza pública y concertada y con la patronal de la privada, la extensión del Bachillerato internacional o el compromiso ya firme de alcanzar una equiparación salarial con el resto de docentes españoles. Y una histórica reducción del abandono escolar temprano, que este año por primera vez en Andalucía bajó del 20 por ciento (un 17,7% en la última Encuesta de Población Activa). La apuesta por la Formación Profesional se ha materializado en estos años en el crecimiento sostenido de plazas públicas, nuevos ciclos o los novedosos cursos de especialización, el máster en FP.

Muchos lo recibieron con escepticismo, pensando que su intención era desmantelar el sistema público, pero los hechos, tras algo más de tres años de legislatura, muestran una enseñanza pública fortalecida, compatible con la libertad de elección de los padres, otra de las máximas de Imbroda al frente de la Consejería de Educación.

La modernización de las aulas y la formación permanente del profesorado han sido otra constante de la legislatura, que la pandemia aceleró. Desde la Consejería se entregaron portátiles y tabletas a alumnos y profesores, como ayuda a las clases a distancia por el confinamiento. En esta misma línea, se ha llegado a un acuerdo con Google y Microsoft para que tanto el profesorado como el alumnado andaluz puedan acceder a servicios de videoconferencia, de almacenamiento de archivos y trabajo colaborativo, entre otros.

En ese propósito de acercar la educación a la mayor parte de la población, la Consejería abordó la descentralización de la enseñanza a distancia, hasta ahora centralizada en Sevilla y que ha pasado a impartirse a través de una red de centros por todas las provincias.

Javier Imbroda ha conseguido en este tiempo una paz social inédita hasta ahora en la enseñanza andaluza. Aunque han sido varias las huelgas en estos años, la más importante contra el nuevo decreto de escolarización y otras convocadas por Marea Verde o sindicatos de estudiantes, quedó atrás la conflictividad social de años anteriores. Los sindicatos de la enseñanza pública y concertada han coincidido en lamentar la gran pérdida que supone su fallecimiento y valoraban su capacidad de diálogo y consenso. La federación de padres CONCAPA agradeció su «comprensión hacia todas las sensibilidades», mientras que la patronal Escuelas Católicas de Andalucía destacó «el diálogo y la permanente comunicación».

Por primera vez en la serie histórica, Andalucía ha conseguido bajar del 20 por ciento la tasa de abandono escolar temprano (jóvenes de 18 a 24 años que deja los estudios sin haber conseguido al menos un título de Bachillerato o de FP). Al mismo tiempo, se ha incrementado la tasa de titulados en Secundaria. Parte de este éxito puede radicar en unos presupuestos en Educación que han crecido año tras año, hasta los 7.400 millones en este ejercicio y una plantilla que también hace historia: 109.000 maestros y profesores (en 2018 eran 101.000).

En estos años también se han mejorado las condiciones laborales de los monitores escolares y se ha firmado el primer convenio laboral para los profesores de Religión. Imbroda ha materializado su promesa de internacionalizar la educación, de manera que se ha pasado de un centro con Bachillerato internacional (en Sevilla) a 10 en toda Andalucía (dos en Málaga).

Una de las cuestiones que levantó más polémica y enfrentamiento con los sindicatos de la enseñanza pública fue el nuevo decreto de escolarización, aprobado en febrero de 2020, en el que se garantiza a las familias la libre elección de centro, ya sea público o concertado, para lo que se ampliaron las zonas de influencia de estos últimos y además a las familias se les da la misma puntuación para optar a un concertado que no esté en su zona de influencia. Este decreto fue contestado con una huelga convocada por los sindicatos de la enseñanza pública (Comisiones Obreras, CSIF, FSP-UGT, ANPE y USTEA) y criticado también por parte de la Asociación de Directores de Institutos de Andalucía. ADIAN, una de las asociaciones que los agrupa.

Al mismo tiempo, y como muestra de la centralidad política de la que hacía gala, se opuso a implantar en Andalucía el 'pin parental', algo que sí consiguió Vox en otras comunidades.

La pandemia fue una prueba de fuego para toda la sociedad española y andaluza, incluidos los responsables políticos encargados de gestionar una situación hasta entonces inédita. De un día para otro cerraron colegios e institutos y la formación pasó a ser a distancia. Se hicieron inversiones millonarias en portátiles, tabletas y tarjetas SIM para facilitar la conectividad de los estudiantes. Imbroda fue uno de los consejeros que se negó a la vuelta a clase a finales de curso, como se hizo en otras comunidades. Y afrontó un inicio de curso 2020/21 marcado por las dudas e incertidumbres y alguna huelga de asociaciones que se resistían a llevar a sus hijos al colegio, temerosos de infecciones masivas. Pero nada de eso sucedió y el curso se desarrolló con bastante normalidad.

En público y en privado, Javier Imbroda calificó en más de una ocasión de «indecente» el elevado paro juvenil en Andalucía. Con un 52% de desempleo entre los menores de 25 años no encontraba explicación a la falta de mano de obra en muchas profesiones. O sí: su diagnóstico lo llevaba al ámbito de la educación y en concreto a la falta de plazas para estudiar Formación Profesional. Por esto, la FP ha sido una de las grandes 'mimadas' de la Consejería. Al comienzo de la legislatura un 35% de los solicitantes no lograban una plaza, y este curso ese porcentaje se ha reducido al 27%. De 122.938 puestos en FP, la oferta ha pasado a 151.231 plazas en 185 titulaciones diferentes.

Además, en estos dos últimos cursos se han impulsado los cursos de especialización, los considerados 'máster' en FP, que ofrecen formación muy específica en cuestiones de actualidad, como el 'big data', panadería artesanal o videojuegos.

Javier Imbroda también ha hecho posible que Málaga sea sede del primer centro de innovación en la Formación Profesional, con sede en el Parque Tecnológico, cuyo objetivo es mejorar la competitividad del tejido productivo andaluz a través del impulso continuo de la FP, fomentando la creatividad, la investigación, la innovación, el emprendimiento y la mejora de la cualificación profesional.