Isaac Benzaquén: «El legado sefardí y el holocausto tienen que entrar en las aulas»

–¿Qué significa ser judío?

–Significa pertenecer a un pueblo, a una cultura y tener unas tradiciones muy concretas. Eso implica ser consciente de una responsabilidad por la continuidad de una herencia que hemos recibido por parte de nuestros antepasados.

–La autobiografía de Daniel Cohn-Benit, uno de los políticos judíos más conocidos en el ámbito europeo, comienza con una escena llamativa en la que se dirige a su madre de la siguiente manera: «A ti te debo todo este follón». ¿Hay siempre una crisis de identidad en ser judío?

–No. En absoluto. Pertenecer al judaísmo para nosotros es un orgullo y un honor. Eso no quiere decir que esa sensación no exista. En España, en ningún momento me he sentido marginado o diferente a los demás. Pero hay países en los que esa marginación sí se vive. Antes que naciese el pueblo judío, el odio y la muerte ya nos estaba esperando.

–¿Eso significa que el destino del pueblo judío siempre va a estar unido al de un pueblo que ha tenido que huir para sobrevivir?

–Eso es una realidad que no podemos obviar. Hace 30 años, en Marruecos, había una población de judíos que podía rondar los 30.000. Había una convivencia perfecta. En estos momentos, existen muy pocos. Con lo cual, de alguna forma, esa continuidad de ir buscando lo mejor para nuestra sociedad nos acompaña.

–¿El pueblo judío es el más difícil de comprender para alguien que no pertenece a él?

–No diría eso. La mayoría de las veces, me encuentro con personas a las que les encanta el judaísmo, que quieren conocer más de él, y que ven el judaísmo como algo que aporta valores culturales que trascienden a lo religioso. Aunque también me he encontrado con los que no quieren saber nada, claro.

–¿No cree que durante todo este tiempo se ha fomentado un hermetismo excesivo por parte de la comunidad judía en España?

–Aquí tenemos que hacer autocrítica. Sí que ha sido así en el pasado. Lo que pretendemos con la Federación es poner en valor al judío de ahora, el del presente. No se ha hablado de lo que somos los judíos hoy, aquí en España. Creo que eso ha sido un error. Por eso ahora queremos caminar por otro sitio distinto. No hemos sido capaces de hacer entender a la sociedad lo mucho que podemos aportar.

–¿Persiste el miedo a identificarse como un judío?

–En absoluto.

–¿Eso significa que la etiqueta de judío ya no puede traer consigo problemas?

–Depende de en qué países. En Europa está habiendo movimientos antisemita muy importantes. Lamentablemente, identificarte como judío te puede traer problemas. Por ejemplo, que te ataquen por el mero hecho de llevar puesta la kipá.

–¿Cuántos judíos viven en España y, concretamente, en la provincia de Málaga?

–Con los últimos datos que tenemos, son unos 45.000 judíos. En la provincia de Málaga son en torno a 5.000. Son comunidades ortodoxas.

–Poco o nada se conoce entre la población general del patrimonio sefardí que hay en España. ¿Qué está fallando?

–Un poco lo que hemos hablado antes. No se ha incidido mucho en poner en valor este patrimonio. Por otro lado, sin el apoyo de las instituciones no se va a poder mostrar nuestro legado. El legado realmente importante está en Madrid, aunque en Málaga también existe.

–¿El antisemitismo sigue existiendo o está erradicado?

–El antisemitismo es un problema que sigue existiendo y, lamentablemente, va a más. Vemos como emergen de nuevo los partidos de extrema derecha. También hay inmigrantes que llegan aquí y luego se radicalizan a través del islam. Entendemos también que la llegada de la izquierda radical, tan a favor de Palestina y siempre en contra de Israel, fomenta ese antisemitismo.

–¿Qué papel juegan en esto los populismos?

–Con su crecimiento aumenta también el antisemitismo. Siempre es más fácil culpar a alguien. En esto del coronavirus, también hay quien nos ha culpado a nosotros. Hay muchos estereotipos sobre el judío, que si tiene mucho dinero, mucho poder... En el fondo, no es más que una falta tremenda de información.

–Usted ha nacido en Melilla. ¿Cuál es su relación con el Estado de Israel? ¿Qué significa?

–Hay que remontarse al holocausto. El pueblo judío no tenía ningún lugar en el que sentirse protegido. Esa fue la principal causa de la creación del Estado de Israel. El hecho de que haya un lugar en el que tú puedas pensar como un judío era muy importante. Para mí, la existencia de Israel es un orgullo y un soporte para el judaísmo del resto del mundo.

–En los colegios alemanes es obligatorio que los niños visiten un campo de concentración. ¿Falta pedagogía en las aulas españolas?

–Falta mucha pedagogía. Es necesario introducir en las aulas el conocimiento del legado judío y sefardí, y el estudio del holocausto. El holocausto tiene que estar en los libros de la ESO y de bachillerato de forma objetiva para que los adolescentes tengan un conocimiento objetivo. Habría que revisar los libros porque muchos no dicen la verdad. Yo creo que esto es una obligación que deben tener las administraciones.

–¿Hay voluntad por parte del Ministerio de Educación?

–Ese tema lo he tratado con el director adjunto la semana pasada. La verdad, ha sido muy receptivo a la idea y nos ha prometido que se va a seguir trabajando en este tema.

–¿Cuántos jóvenes españoles no saben lo que es el holocausto?

–Las estadísticas dicen que el desconocimiento hasta los 17 años está en el 80%. El holocausto le ocurrió al pueblo judío. Pero nadie te dice que eso no se pueda repetir. Y esa es la llama que tenemos que tener encendida para que situaciones así no vuelvan a ocurrir nunca. Para eso, la educación es fundamental.