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Acumulación de cañas en las playas de Guadalmar, en una imagen de este mismo jueves. Salvador Salas
La invasión de cañas atora cauces y embalses y provoca daños en las playas de Málaga

La invasión de cañas atora cauces y embalses y provoca daños en las playas de Málaga

La Junta estudia medidas junto a los ambientólogos para combatir esta especie invasora, que amenaza los ecosistemas de los ríos

Ignacio Lillo

Málaga

Jueves, 27 de marzo 2025, 12:13

La sucesión de lluvias fuertes, a causa de dos danas, primero, y de un tren de borrascas este marzo, ha sacado a relucir el problema ambiental que supone la invasión de la caña brava en los cauces de los ríos y arroyos de Málaga. Se trata de una especie exótica invasora que se ha expandido hasta colonizar prácticamente las riberas. Además de la pérdida de biodiversidad que estos supone, los daños son cuantiosos y se manifiestan ahora en varias formas.

Primero, porque esta especie se desprende fácilmente con las avenidas de agua y produce atascos que ya se dejan notar, no sólo en la pérdida de capacidad de evacuación, sino también en atoros en los embalses como los que se han visto en Casasola y El Limonero. Por no hablar de los daños en las playas, donde los ayuntamientos del litoral se ven obligados a invertir millones de euros en limpieza de las toneladas de residuos vegetales, de los que la inmensa mayoría son, precisamente, cañas.

Este es uno de los problemas ambientales que trae el calentamiento global, y que se está abordando hoy en el Congreso Andaluz de Ciencias Ambientales, que se está celebrando en el Palacio de Ferias de Málaga. «Es un tema complejo porque es una de las derivaciones que tiene el cambio climático en Andalucía: la presencia cada vez mayor de especies invasoras de todo tipo, animales y vegetales, como pasa con las algas», afirma Rosario Vargas, presidenta del Colegio de Ambientólogos (Coamba).

«Hay que trabajar mucho en pensar soluciones que no vayan a introducir más elementos de distorsión en los ecosistemas, pero que permitan ver cómo sacar esa planta exótica; y también hay que trabajar en ver cómo manejarla, porque van a continuar con nosotros. Es un tema que a los profesionales de las ciencias ambientales nos preocupa bastante y hay muchos compañeros trabajando en esta materia, pero no es sencillo», añade esta experta.

«La eliminación no es fácil, el camino es el control y una estrategia para evitar una mayor propagación»

Catalina García

Consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta

Por su parte, la consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, quien ha inaugurado este foro, ha puesto de relieve que su departamento está trabajando junto con la Consejería de Agricultura para una planificación estratégica: «La eliminación no es fácil, el camino es el control y una estrategia para que no exista una mayor propagación. Ese es el camino en el que estamos trabajando ahora mismo».

¿Cómo es la caña brava?

Enrique Salvo, director de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga (UMA), y su equipo han estudiado en profundidad el problema de las cañas bravas (Arundo donax), una especie que proviene del Mediterráneo oriental y que prolifera cada vez más. «Actualmente, ya aparece distribuida prácticamente por todo el mundo, y aquí ha sido en los últimos 40 años cuando ha ido progresando, vinculado a los ríos y arroyos, a medida que el impacto humano ha sido cada vez más fuerte sobre los bordes de estos».

Esta especie desplaza a la vegetación autóctona, como la adelfa, el taraje y el chopo blanco, sobre todo en las partes más cercanas al litoral. «El ser humano, bien por la agricultura o bien por otras necesidades, ha ido eliminando la vegetación de los bordes de los arroyos y a consecuencia ha dejado un hueco». «En ecología, cualquier cualquier hueco tiende a llenarse, y lo ha ocupado esta planta que tiene una estrategia para poder extenderse por su flotabilidad».

«Hay que trabajar mucho en soluciones que no introduzcan más elementos de distorsión en los ecosistemas, pero que permitan sacar esa planta exótica»

Rosario Vargas

Presidenta del Colegio de Ambientólogos

De manera que en el momento en que hay agua de aluvión, las cañas se dejan ir y terminan causando un efecto de represa en los ojos de los puentes, fundamentalmente. «En buena parte de las inundaciones que hemos visto a lo largo de este año han tenido mucho que ver», añade, al tiempo que advierte sobre sus implicaciones en el atoro de la presa de Casasola.

Además, es muy competidora y expulsa a todo lo que tiene alrededor. «La inflorescencia, los penachos o plumeros que tiene en la parte superior excretan una sustancia que es alelopática, que evita precisamente la germinación de otras semillas a su alrededor, con lo cual la colonización está garantizada».

Vías para erradicarla

Con todos estos elementos, no es precisamente una plaga fácil de erradicar, porque su extensión es muy rápida y extensa. Enrique Salvo propone eliminarla y, al mismo tiempo, hacer una restauración inmediata de las riberas con especies autóctonas. A su juicio, debe ser un proceso de eliminación casi manual, pero que no deje el vacío sino que sea repuesto con rapidez para evitar una reinvasión.

«En ecología, cualquier cualquier hueco tiende a llenarse, y lo ha ocupado esta planta que tiene una estrategia para extenderse por su flotabilidad»

Enrique Salvo

Director de la Cátedra de Cambio Climático de la UMA

A ello, añade la necesidad de crear escolleras con las plantas autóctonas propias de este tipo de ecosistemas, empezando por las zonas más altas de los cauces, hacia abajo. «Y hay que evitar, sobre todo, que sigan progresando».

En paralelo, se están estudiando posibles usos comerciales de las cañas, para hacer cañizos para las terrazas de los chiringuitos y como biocombustible, aunque con resultados poco efectivos hasta el momento.

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