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Ignacio López Cano es diputado del PSOE por Málaga y portavoz de movilidad sostenible de su grupo en la Comisión de Transporte y Movilidad del Congreso. Por tanto, está en primera línea del debate sobre las infraestructuras necesarias en la provincia.
–El transporte público ... roza ya los 100 millones de viajeros, un dato histórico. Pero los malagueños no ven una apuesta del Gobierno por llegar a nuevos destinos.
–Hemos conseguido incrementar el uso del transporte público. Ese incremento brutal es gracias a las bonificaciones y la gratuidad que puso en marcha Pedro Sánchez, por cierto, con la oposición del PP y de Vox. Había una necesidad de recuperar usuarios tras el Covid y lo hemos conseguido. En la red de Cercanías ha sido un éxito brutal. Pero también es necesario amoldar la infraestructura a esa demanda. La apuesta del Gobierno es clara: la gran apuesta del transporte de la legislatura es el Cercanías, para incrementar su capacidad en torno a un 20%. Es una línea que está casi al límite, pero hay margen para que algunos tramos donde hay una vía única pasarla a dos, que haría factible una mayor frecuencia en las horas punta, para pasar de 20 a 15 minutos.
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–¿Cuándo vamos a ver obras de Adif en la vía del Cercanías?
–Las nuevas infraestructuras son lentas. No es recomendable ponerle fechas, hay que ser prudentes porque va a depender de los proyectos y cómo se pueden llevar a cabo. Confío en que antes de que la legislatura acabe podamos tenerla terminada para tener esa frecuencia. Con el margen de la prudencia, la esperanza es que esta legislatura podamos disponer de esa frecuencia nueva.
–¿Es un compromiso?
–No es un compromiso porque yo no me puedo comprometer, no soy Renfe ni Adif. Espero que en cuatro años podamos disponer de esas obras. Por las conversaciones creo que podemos estar así y confío en que así sea.
–Este iba a ser el Gobierno de la sostenibilidad, pero buena parte de la segunda provincia que más crece de España no tiene derecho al tren. ¿Qué va pasar con el proyecto de Marbella?
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Antonio M. Romero
–Las infraestructuras de ferrocarril son caras y la prioridad para el Gobierno ahora es potenciar la línea C1. Cuando compruebas el déficit que sienten las 52 provincias en cuanto a transporte sacas la conclusión de que Málaga, en general, a pesar de las necesidades no satisfechas, está en el top de las infraestructuras. El aeropuerto es la palanca económica, y fue Magdalena Álvarez (exministra malagueña de Fomento) la que llevó a cabo la renovación. La llegada del AVE, el aeropuerto, la segunda ronda... En Málaga algunas de las grandes inversiones ya se han hecho, pero en otros muchos sitios no. Aspiramos a una segunda ronda de nuevas infraestructuras, pero a corto plazo la prioridad es el Cercanías, que mueve a 15 millones de usuarios.
–Las estadísticas del INE dicen que Málaga crece más que el resto de provincias, por tanto necesitamos más infraestructuras.
–Igual es porque no se le hicieron en su momento las infraestructuras que hacían falta y se priorizaron otros sitios. Málaga recibió en la primera década de este siglo muchas grandes infraestructuras que se están dotando ahora en otras provincias. Por supuesto que la aspiración a la mejora de las infraestructuras en la Costa del Sol es legítima y nosotros aspiramos a ellas. Pero tenemos que ser conscientes de que serían inversiones gigantescas, por lo que tendremos que esperar a que nuestro nuevo momento llegue. Mientras, vamos a conseguir las inversiones para que la red de Cercanías mejore. Siempre está bien aspirar a lo que no tienes, pero también ser conscientes de lo que tienes y puedes mejorar. Quiero que los malagueños entiendan que la preocupación por el transporte en Málaga por parte del Gobierno y del PSOE existe, y vamos a ir dando pasos a corto, a medio y a largo plazo.
–Habla de justicia social de otros territorios, pero yo le pregunto: ¿Dónde queda la justicia social de Marbella? Es la ciudad de España más grande sin tren y ni está ni se le espera...
–Del tren de la Costa del Sol llevo escuchando hablar desde siempre. Marbella se ha podido desarrollar bien sin necesidad del tren, lo que no quita que estaría bien tenerlo, claro que sí.
–Si es en términos de país sostenible, ahora depende exclusivamente de las carreteras.
–Desde que soy diputado del PSOE la gente me habla del tren. Y yo les pregunto: ¿Pero qué tren? Porque no es lo mismo tener un Cercanías que uno de altas prestaciones. La provincia no ha definido todavía qué tren quiere. Hay mucho discurso con poco fondo. En 2018, Íñigo de la Serna (exministro de Fomento del PP) vino a presentar un plano con un Cercanías que valía 2.500 millones desde Fuengirola a Marbella, para transportar a 5,5 millones de viajeros. El PP aplaudió eso. Y ahora resulta que Cercanías no, que tiene que ser de altas prestaciones. La primera pregunta que la provincia tiene que resolver es qué tren quiere, porque no lo tiene claro. Ahora tenemos el estudio del Ayuntamiento y la Diputación. Ese estudio plantea un tren de prestaciones altas, y el Ministerio (de Transportes) lo está valorando. Pero fíjese: el corredor ferroviario de la Costa fue una iniciativa de la Junta en el año 2003, no del Gobierno central, y decayó por la crisis. Luego vino el Cercanías y ahora volvemos otra vez a un tren de prestaciones altas... Un lío que el PP tiene montado, que se apunta a lo que sea con tal de dañar al Gobierno. ¿Y dónde está la Junta, no tiene nada que decir? Es muy llamativo que no diga nada. Además, tan verdad es que no hay tren a Marbella como que no hay sitio para hacerlo, porque hemos alicatado la Costa. En los últimos meses hemos visto proyectos de viaducto, y soterrado y hasta llevarlo por Coín... Si tiene que ir soterrado, sería la mayor infraestructura ferroviaria en España tras el túnel de Pajares. Podrían ser más de 5.000 millones, una inversión gigantesca.
–El subdelegado del Gobierno en una entrevista en SUR dijo que lo tenía que hacer la Junta.
–Es que es verdad que el corredor ferroviario fue una iniciativa de la Junta, que pidió ayuda al Estado. La Junta está escondida porque sabe que igual le toca, y por eso se pone de perfil. No tienen nada nuevo para Málaga, están ejecutando lo que planteamos nosotros. Escucho al PP decir que estamos desmantelando el Cercanías, después de haber arreglado las estaciones de Torremolinos y Fuengirola. El PP en temas de infraestructuras es poco serio y muy mentiroso: cuando está en la oposición dice que hace falta más, y cuando está en el gobierno no es que haga poco, es que recorta.
–Seguimos en la Costa, y el PP lanza la idea de hacer gratuita la autopista AP-7. ¿Qué le parece?
–Es de un cinismo... Quien vota en contra de la gratuidad del tren pide ahora la gratuidad de la autopista, a costa del Estado. Son ganas de sacar un titular sin ningún fondo, saben perfectamente que eso no es posible por el coste, y si estuvieran gobernando ellos no lo harían, no es ni planteable. Sobre todo, dicho por el PP, es una falacia. El problema es el coste de mantenimiento de las infraestructuras, porque las de este país están entre las mejores del mundo. Nos vamos a gastar este año 1.400 millones y la UE nos está pidiendo el pago por uso.
–Entonces, tienen ustedes un problema interno, porque el PSOE en la Diputación votó a favor.
–Votó a favor de que se mejoraran muchas cosas, porque es aspiracional. Soy consciente de que la Costa tiene un problema, porque estamos creciendo más allá de la capacidad. Esa reflexión hay que hacerla: están alicatando el suelo sin dejar sitio para nada más, el PGOU de Marbella ya ha dejado sin suelo para que llegue el tren.
–Cambio de tercio, vamos con las colas en la zona Este, ¿qué tiene el Ministerio de Transportes previsto para estos vecinos?
–Efectivamente, tenemos un problema en la A-7, que se ha acuciado en los últimos años, y que tiene mucho que ver con la actividad económica y el desplazamiento de gente a vivir de Málaga a Rincón y su entorno. Esto provoca un aumento del tráfico y en el momento en que hay un accidente se producen retenciones. Se está estudiando qué posibilidades hay, con un estudio serio, de más de 700.000 euros. Vamos a esperar a que termine y que los ingenieros nos digan cuál es la mejor solución. El PP ya pide el tercer carril, pero habrá que estudiarlo. Francis Salado tiene un problema ahí: ¿Por qué no se preocupa la Junta en estudiar en profundidad llevar el metro? Es que ni siquiera han sacado un estudio.
–El crecimiento de la Gran Málaga deriva de la falta de vivienda asequible. ¿Va a apoyar el Gobierno la promoción de VPO?
–Con el problema habitacional que tenemos, no hemos hablado de vivienda pública y asequible hasta que llegó Pedro Sánchez. Casi todas las viviendas públicas que se están haciendo vienen impulsadas por el Gobierno de España. Si no hay vivienda en Málaga es porque no ha habido planificación para que la haya, y eso corresponde a su Ayuntamiento. ¿Para qué quieren que la gente venga a vivir a Málaga si no hay casas? Salvo que lo que se pretenda es un proceso de sustitución y que la clase media y trabajadora tenga que irse. No sé si es intencionado o no, pero sé que el Ayuntamiento es el responsable de la planificación urbanística, que no ha puesto suelo para vivienda asequible. Málaga no puede vender algo que no tiene, salvo que el plan sea que la gente que no tiene 300.000 euros para una casa se vaya, que es lo que está pasando: la expulsión de la clase media y trabajadora. Cada vez más gente se va a tener que ir, y eso es destrozarles la vida. La imposibilidad de vivir en Málaga es la conversación pública de la gente, no el tren a Marbella, y para el alcalde es como si no fuera con él.
–En ese contexto supuestamente tan negativo, sobre todo para los jóvenes, su partido en la capital no hace más que perder apoyo ciudadano. Es paradójico.
–Igual la gente no ha percibido que la responsabilidad es del alcalde. No es que el mercado funcione así, la planificación urbanística es la principal función de un ayuntamiento, que en Málaga es un desastre. Ese mensaje está calando...
–En las últimas elecciones, el alcalde arrasó con mayoría absoluta y el PSOE fue en caída libre...
–Las últimas municipales tuvieron un condicionante muy emocional por otras cuestiones. Cuando la gente vota, decide y tiene todos mis respetos. De mi compañero José Andrés Torres Mora aprendí que en unas elecciones no se dilucida quién tiene razón, sino quién tiene el poder. La responsabilidad de la vivienda es del Ayuntamiento y de la Junta, que son los competentes, y tenemos que ponerlo de manifiesto.
–Entonces, a la oposición, o no la escuchan o no se la creen.
–A la ciudadanía le quiero decir que la falta de vivienda tiene un responsable, y que si vendes más de lo que tienes, al final tienes este problema. El dinamismo tiene mucho que ver con el ecosistema empresarial, universitario y del PTA de los últimos 20 años, pero no es una isla, hay muchas ciudades en ese entorno. La fundación Ciedes ha estudiado por qué viene la gente, y destacan las infraestructuras y el clima. Pues las primeras tienen firma socialista, aunque le duela a algunos. Sin Magdalena Álvarez y sin Manuel Chaves no se entendería el AVE, el metro, el aeropuerto, la segunda ronda ni el puerto. Todas tienen sello PSOE. Pero nos falta industria, y no veo a la Junta ni al alcalde preocupados por eso, sólo por el turismo. Que vengan grandes tecnológicas como IMEC (referencia mundial en microchips) tiene mucho que ver con el Gobierno de España, que le va bien a Málaga.
–Ese PSOE del que habla está en retroceso y con un liderazgo cuestionado a nivel interno. ¿Cómo ve la figura de Dani Pérez?
–Dani Pérez está trabajando mucho, está dándolo todo por reivindicarse como una alternativa. Las últimas elecciones municipales no salieron bien en la provincia, peor que nunca, eso es objetivo. Pero había un condicionante: el ataque brutal de toda la derecha mediática para provocar un cambio de ciclo político en el país, y tanto fue así que el propio Pedro Sánchez convocó elecciones al día siguiente. Dani Pérez está trabajando para ser una alternativa, y para 2027 ya veremos porque todavía queda bastante.
–¿Lo veremos?
–Veremos qué sucede. Acabamos de terminar las elecciones municipales. El PSOE es un partido que está en permanente conversación sobre su futuro, incluso cuando electoralmente nos iba bien. Los órganos del partido son los que deciden, tienen sus tiempos y tomarán las decisiones con el conjunto de la militancia, pero ahora están dedicados al proceso electoral catalán, vasco y europeo. Yo confío en que en Málaga pronto se pueda producir un cambio que corrija los desequilibrios y las desigualdades. Cuando hablamos de éxito, pregunto: Éxito, ¿para quién? Hay gente que sale ganando pero muchos otros pierden.
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