José María Páez. Magistrado. Miembro del Consejo General del Poder Judicial
«Entiendo que haya gente que crea que la justicia no es igual para todos; hay cosas difíciles de explicar»Secciones
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José María Páez. Magistrado. Miembro del Consejo General del Poder Judicial
«Entiendo que haya gente que crea que la justicia no es igual para todos; hay cosas difíciles de explicar»–Muy buenas. Por cierto, ¿qué tratamiento tiene usted ahora?
–Muy buenas. Pues el tratamiento que tienen los vocales del Consejo General del Poder Judicial, excelentísimo señor.
–Entonces, ¿me tengo que dirigir a usted como excelentísimo?
–Yo le ruego que se dirija ... a mí como siempre, porque, realmente, yo soy el mismo.
–Lo sé. Bueno, ¿qué tal se ha adaptado allí, en el Consejo?
–Creo que me he adaptado bien. Es una nueva etapa que, verdaderamente, sí exige un sacrificio personal importante, porque son muchos cambios, cambios de trabajo, de ciudad. Esto es una perspectiva diferente, porque ya sales de la jurisdicción y estás plenamente en un órgano constitucional que se va a encargar de regir la vida de los jueces. Ha sido un hito, después de cinco años, que se hayan producido estos nombramientos.
–Y una de las tareas principales es precisamente los nombramientos en los órganos que están vacantes. ¿Se está haciendo ya o no?
–Lo que había que hacer es constituir el Consejo, que pasaba por tomar posesión y elegir al presidente, cosa que se ha hecho. El siguiente paso era elegir al vicepresidente y poner en funcionamiento las comisiones legales y reglamentarias. Eso es en lo que hemos estado trabajando este verano.
–Por cierto, ¿apoya usted la norma que aprobó el Gobierno de restar competencias al Consejo?
–Yo no la apoyo, nunca la he apoyado. El Consejo del Poder Judicial es un órgano constitucional que tiene sus competencias establecidas y creo que no era oportuno haberle privado de esas competencias en función ni de las mayorías, ni de pretender que se renovara el Consejo utilizando otras vías. Cada órgano tiene sus competencias y había que haberlas respetado. El resultado es que hemos estado cinco años sin renovar puestos muy importantes de la carrera judicial.
–¿Usted tiene la sensación de que hay dos equipos en el Consejo?
–Bueno nosotros hemos hablado de esto ya muchas veces y la primera medida que nos hemos puesto como objetivo es que el Consejo no sea un reflejo de la situación en la que se encuentra la sociedad española en la actualidad, de una absoluta polarización. Hemos llegado a un punto que hasta personas que podían hablar tranquilamente de lo que fuera no lo pueden hacer por esa polarización en la que se ha caído. El 'o eres de los míos o estás contra mí'.
–¿Está hablando dentro del propio Consejo?
–No, estoy hablando de la sociedad en general, pero lo que digo es que el Consejo no puede ser un reflejo de eso, al revés, tiene que ser todo lo contrario. Y, además, no porque lo diga yo, sino por absoluta necesidad, porque es que, usted lo ha comentado, son 10 y 10 nombrados por los partidos políticos, por el Parlamento, mejor dicho. A todos nos han nombrado el Parlamento, el Congreso de los Diputados y el Senado. Y nos tenemos que poner de acuerdo sí o sí, porque aquí no cabe como cuando estamos en los tribunales que dice oye, mira, no estoy de acuerdo contigo y, como no nos hemos puesto de acuerdo, voy a hacer un voto particular y aquí se ha acabado la discusión. No, aquí si los asuntos tienen que salir, nos tenemos que poner de acuerdo sí o sí. Eso significa que esos bloques no pueden ser impermeables.
–Una de las tareas, si no me equivoco, es que ustedes planteen cómo se deben elegir los jueces en el futuro. ¿Usted es partidario de que sean los jueces los que elijan a doce vocales?
–Por supuesto.
–¿Pero con un voto directo o a través de asociaciones?
–Eso es lo que vamos a hacer, plantear una ley que contemple esas posibilidades. Usted sabe que yo he sido miembro de la Asociación Profesional de la Magistratura. Al ser vocal del Consejo tienes que dejar de serlo, pero sigo creyendo en lo mismo que creía antes, no he cambiado de opinión ni he dicho lo contrario. La única participación que tienen los jueces posible, en los aspectos que les afectan, son las asociaciones judiciales, es lo que está previsto legalmente para que los jueces puedan participar. Estoy totalmente en desacuerdo con demonizar a las asociaciones, que son el cauce natural de participación en las cosas que nos interesan. Tendrán que tener una posibilidad de participación en este tema, y también habrá que establecer un cauce para que los jueces que no quieren estar asociados, por las razones que sean, también puedan participar. Pero al final debe ser una votación directa.
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–Pero el sector más progresista dice que la carrera en general, no sé si será cierto o no, tiende a ser muy conservadora. ¿Se podría dar el caso de que los 12 elegidos tuvieran un cariz conservador, o habría que tener mecanismos correctores?
–Bueno, habrá que estudiar eso. Lo que habrá que ver es que haya una representación de todas las tendencias. Si la ley está bien hecha, eso se producirá. Lo que tampoco es normal es que haya una sobrerepresentación. Si tú tienes un determinado número de asociados, lo que no puede ser es que tengas más representantes que asociados. Lo único que estamos pidiendo, yo desde luego, es que, por lo menos, los jueces que haya en el Consejo sean los que quieren los jueces y no sean otros. En la carrera judicial, aunque somos un colectivo de unos 6.000 jueces, aproximadamente, todo el mundo va conociendo quién es quién. Oye, a lo mejor ya son otros criterios los que harían que los jueces votasen a un determinado magistrado o no, y no el tema político.
–Usted participó en concentraciones contra la ley de amnistía.
–No contra la ley de amnistía, sino contra el acuerdo que se decía que en España existía el 'lawfare', que eso es una cuestión muy diferente, porque es que se está acusando a los jueces de prevaricación. Eso es lo que significa el 'lawfare', es decir, que un juez se presta a realizar una actividad judicial, pero con fines políticos, con objeto de desgastar al contrario. Y eso es gravísimo.
–Y usted, públicamente, en televisión, en el programa 'La Alameda', dijo que la ley de amnistía era inconstitucional.
–Bueno, también le tengo que precisar, siempre que he acudido a hablar con los medios de comunicación he sido muy cuidadoso en los términos que empleo. Yo siempre he hablado de la institución de la amnistía, todavía no había ley. Entonces yo como jurista, como ciudadano, manifesté que yo estaba en contra de la amnistía, creo que es una figura que no encaja en la Constitución española. Se planteó en su día, se rechazó, y, desde luego hay muchos argumentos que lo confirman así. En sentido contrario lo que hemos oído son muchas consignas, pero argumentos, ninguno.
–¿Pero usted ahora qué piensa?
–Hay una ley que se está interpretando y ahora ya no me puedo pronunciar sobre esta ley, yo me manifesté sobre la institución de la amnistía.
–O sea, la amnistía en general cree que es inconstitucional.
–Absolutamente, después ya dirá el Constitucional si esta ley, en concreto, puede encajar en la Constitución o no, y ya dirá el Tribunal Europeo si es así o no, también. O sea, estaremos a respetar lo que diga todo el proceso.
–¿Qué le parece que haya ministros del Gobierno que estén atacando al juez Peinado, incluso el titular de Justicia?
–Pues no me parece nada bien. Yo creo que hay que respetar. El ministro de Justicia unas veces dice una cosa, después dice que hay que respetar, y espero que se quede con esta segunda manifestación que hace. Yo considero que esta situación resulta insoportable, estamos oyendo cosas que resultan, repito, insoportables.
–¿A usted le gustaría estar en la piel del juez Peinado?
–Bueno, a mí no me gustaría estar en la piel de nadie, porque tengo la mía, pero realmente le ha tocado este asunto, seguro que él no lo ha elegido. Yo he estado muchos años repartiendo asuntos entre los jueces y sé que no es una cosa agradable, pero tiene que cumplir su función y lo estará haciendo lo mejor que él considere. Además, se le está mirando absolutamente con lupa y, por lo tanto, esta es la grandeza y la miseria de este trabajo. El problema es que cuando hay un procedimiento de este tipo tendrá que esperarse el resultado y nada más, no queda otra. Y si el juez que tiene su responsabilidad comete un error tendrá que ser responsable de sus errores.
–¿Pero cree que le están sometiendo a mucha presión?
–Hombre, hay una presión evidente, no es que lo diga yo o lo opine, es que lo estamos viendo todos los días en los medios de comunicación. En este país puede haber un millón y pico de asuntos que se investigan y, sin embargo, solo vemos este. ¿Por qué?, porque afecta a determinadas personas y tiene su trascendencia mediática. Se puede opinar de las cosas que se hacen en los tribunales, pero lo que hay que hacer es respetarlo. Tú puedes opinar siempre con respeto, y, desde luego, no injuriando, no calumniando, y, desde luego, no poniendo piedras en el camino ni tratando de que las cosas no vayan adelante.
–¿Qué opina cuando la gente dice que la justicia no es igual para todos?
–Yo tengo que luchar contra esa afirmación, porque he estado 34 años siendo juez...
–¿Pero la entiende?
–Hombre, claro que la entiendo, la entiendo porque, verdaderamente, en ocasiones hay cosas que son difíciles de explicar, pero seguro que, si entramos, vamos a encontrar la explicación correcta.
–Pero ante los indultos, la amnistía…
–Hemos vivido una etapa verdaderamente complicada en España, una etapa insólita, porque los que tenían responsabilidad decían una cosa y al día siguiente era la contraria. Usted me estaba preguntando antes sobre la constitucionalidad de la amnistía. Decían una cosa, ahora dicen lo contrario, entonces, ¿realmente la justicia es igual para todos? Pues, mire, yo he sido juez de vigilancia penitenciaria varios años, en Cataluña precisamente, y las personas que estaban cumpliendo allí condenas, pues las tenían que cumplir sí o sí, y ahí no había indultos. Pero eso es un instrumento que está previsto en la ley, y a otras personas también se les han concedido.
–¿Es igual para todos o no?
–Tiene que serlo, nosotros estamos ahí para intentar que lo sea. Ahora, después, hay circunstancias en la vida y otros mecanismos que, a veces, pueden dar esa impresión.
–¿Las motivaciones de los indultos?
–Claro, por eso lo digo. Sinceramente, ¿qué se le puede decir a una persona que ha cumplido su condena íntegramente y que te dice... y a mí, ¿por qué no? Bueno, pues eso lo tendrá usted que preguntar al que se lo ha dado al otro, yo tendría que actuar siempre conforme a la ley, y si lo hago así no tendría ningún problema en explicárselo. Ya después, cada uno que sea responsable de las acciones que comete. Lo que no se puede hacer es que se le pidan explicaciones al Poder Judicial de acciones y de cosas que no están en nuestra mano, sino que son responsabilidad de otros. ¿Cuál es el resultado final? ¿Que se puede pensar que la justicia no es igual para todos? Pues, es posible, pero, bueno, esto ocurre, tenemos una sociedad que lo que tratamos es de mejorarla, entonces, también podría usted decirme bueno es que la justicia para los ricos es distinta, porque tienen los mejores equipos de abogados... Bueno, eso es una evidencia, ¿no? Lo que nosotros tenemos que tratar de conseguir es que eso no ocurra de esa manera.
–¿Cómo están los jueces? ¿Cuánto gana un juez cuando empieza en su primer destino?
–Un juez gana mil y pico euros cuando aprueba la oposición, y durante los dos años que está en la Escuela Judicial de Barcelona. Creo que son mil quinientos. Incluso muchos tienen que vivir juntos, porque la vivienda es un problema allí, y con mil quinientos euros… Después, cuando ya obtienen su primer destino, pues pasan a ganar unos dos mil doscientos, más o menos, con la problemática de que tienen que cambiar radicalmente de ciudad. No puedes pensar en comprarte ni siquiera una vivienda en tu casa, porque, claro, tienes que irte a otro sitio, tienes que pagar alquiler...
–¿Usted cree que los jueces deberían ganar más dinero?
–Hombre, yo estoy convencido.
–¿Van a luchar por eso?
–Seguiremos luchando por mejorar cualquier condición económica de los jueces, es decir, somos conscientes del problema que hay en la sociedad, de la problemática de la vivienda... No es que los jueces estén muertos de hambre tampoco, somos conscientes de ello, pero la preparación que tiene un juez, el sacrificio que se exige para ser juez, y la vida diaria de los jueces está muy alejada de lo que mucha gente piensa, porque al final cobra algo más que un funcionario, pero tiene que cambiar de destino, no puede comprarse una vivienda en su lugar de residencia, puesto que hay que ir a diferentes puntos de la geografía nacional. El presupuesto del Ministerio de Justicia es el que es, no sé si esto se sabe, pero bueno, si usted comprueba cuál es el presupuesto general del Estado, que se sitúa aproximadamente en unos 386.000 millones, el presupuesto del Ministerio de Justicia son 2.000 millones, o sea que es un ministerio que algún día precisará una revisión de por qué está la justicia que tenemos, cómo está, y todas estas circunstancias que tanto tiempo venimos reivindicando.
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