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Salado intercambia un saludo rápido con Cassá y Maldonado. Marcos Álvarez
La Diputación aprueba sus presupuestos para 2022 con el «sí» de Maldonado y Cassá

La Diputación aprueba sus presupuestos para 2022 con el «sí» de Maldonado y Cassá

Las cuentas de la institución provincial sortean así la tormenta política desatada tras la salida del vicepresidente de Cs. El PSOE se abstiene a cambio del compromiso de poder negociar alegaciones e IU vota en contra

Viernes, 26 de noviembre 2021, 18:15

La Diputación pudo aprobar este viernes sus cuentas para 2022, cerrando una semana cargada de polémicas, acusaciones cruzadas y con ecos de desbandada aún resonando, la protagonizada por el que sigue siendo vicepresidente de la institución provincial, Juan Carlos Maldonado, que abandonó a Ciudadanos después de argumentar que el partido que le facilitó el acceso al actual cargo que ostenta ya no le representa. Esta nueva orfandad política, sin embargo, no provocó que se tumben las cuentas que el equipo de gobierno de la Diputación traía al salón plenario. En la votación pertinente, tanto Maldonado como Juan Cassá, los dos diputados sin insignia de partido con representación en la Diputación, votaron a favor de los presupuestos que entrarán en vigor a partir del año que viene.

En el turno de palabras, el portavoz del PSOE, José Bernal, ofreció la abstención de su grupo si a cambio el presidente de la Diputación, Francisco Salado, le ofrecía la garantía de que los socialistas puedan negociar con el equipo de gobierno alegaciones en el periodo que se abre desde hoy hasta que los presupuestos salgan publicados de manera definitiva en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). Finalmente, los presupuestos contaron con 17 votos a favor (PP, Maldonado y Cassá), 13 abstenciones (PSOE) y dos votos en contra (Izquierda Unida).

Con la tranquilidad ceremoniosa que se le presume a un pleno extraordinario convocado un viernes a las cuatro de la tarde, en plena hora de sobremesa. Así discurrió esta sesión atípica en la calle Pacífico, que fue inaugurada por la intervención del presidente de la Diputación, Francisco Salado, que volvió a incidir en que las cuentas que traía el equipo de gobierno para su aprobación están enfocadas de lleno y en redondo para impulsar la recuperación económica en la provincia, después de que la pandemia haya hecho estragos en las cuentas de empresas y ayuntamientos.

«Se trata de un presupuesto marcado por el covid y la crisis generada por la pandemia. La Diputación ni puede ni debe ser ajena a los problemas causados. La Diputación quiere ser el principal aliado de la recuperación económica, ligado a políticas sociales y de empleo. Con esa ambición traemos estas cuentas», explicó Salado para abrir una sesión que también miraba de reojo al comportamiento de Maldonado. Al igual que hizo en el pleno ordinario del miércoles, su participación se limitó a levantar el brazo para votar a favor de los presupuestos.

Por lo demás, ocupó su asiento de vicepresidente, al lado de Salado, e intercambió algunas breves palabras y un abrazo diputados sueltos del PP en el habitual 'pasilleo' anterior al pleno. Si el amparo solicitado a Génova tanto por él como por Cassá se puede leer como invectiva al equipo de gobierno de Salado, este viernes no se asestó ningún golpe al mentón.

Siguiendo la sesión monográfica, con la aprobación de los presupuestos como único punto en el orden del día, hizo uso de su turno de palabra el portavoz de los socialistas en la Diputación. Bernal, que afeó en reiteradas ocasiones a Salado una nula capacidad para consensuar aspectos tan importantes como unos presupuestos con los partidos de la oposición, le pidió que hiciera, dada «la inestabilidad que vive el equipo de gobierno», un acto de contrición y se sienta en una mesa para negociar y incluir algunas de las alegaciones que tiene preparado su grupo a las cuentas. «Nosotros le vamos a ofrecer la abstención con la mano tendida. Apueste por la estabilidad y no por la incertidumbre», apeló Bernal en cliché de generosidad.

Salado, que volvió a insistir en que las cuentas son las mejores posibles en estos momentos de dificultad, aceptó la propuesta de Bernal y le brindó su compromiso de tratar de acercar posturas durante los próximos días en los que se integra el periodo de alegaciones. Pero pidió «sentido común» a la bancada socialista y que no conviertan las venideras negociaciones en un crucigrama imposible de resolver. «Aquí hay muchos diputados que manejan bien los números y saben la maniobrabiabilidad de la que disponemos. Luego, por favor, no vengan y pidan la Luna», expuso.

Por parte de Izquierda Unida, la encargada de defender el «no» a las cuentas fue Teresa Sánchez. Argumentó que se tratan de unos «presupuestos insolidarios» y que no están volcados los suficiente en tratar de combatir las desigualdades sociales que bañan a muchos lugares de la provincia.

Sánchez también se mostró crítica con la actual situación política que se vive en la Diputación. Tenemos por delante unos presupuestos que están rodeados de un ambiente enrarecido por pactos oscuros, descalificaciones y faltas de respeto. Es un debate anómalo, cuanto menos. Son unos presupuestos marcados por la crisis interna del equipo de gobierno», dijo.

En cifras, el presupuesto consolidado que se ha aprobado hoy asciende a 352 millones de euros, lo que supone un aumento del 16 por ciento con respecto a las cuentas del actual 2021.

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