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Las infraestructuras históricas para doblegar a la sequía estructural se conocen y acumulan décadas de retrasos y desidia. Si hubiera una sola que señalar, los ... especialistas apuntan a la desaladora de la Axarquía, que será capaz de producir 25 hectómetros cúbicos de agua de mar desalada al año, la mitad para riego, mitad para suministro doméstico. A pesar de la urgencia, esta infraestructura avanza con demasiada parsimonia en los despachos. Está en fase de anteproyecto y son realmente los agricultores y Axaragua quienes se han puesto las pilas.
Pero hay otras obras que hay que iniciar o continuar acometiendo. Hoy, a la vista de los tristes desembalses, especialmente desde La Concepción, cobra una especial importancia la conocida como «autovía del agua», para permitir una interconexión real y de alta capacidad entre las cuencas oriental y occidental.
El debe general también incluye la segunda desalinizadora de la Costa Occidental; así como nuevos embalses como el de Gibralmedina, en el río Guadiaro, en el que la Junta ya avanza, con un proyecto redactado que fija el coste en 780 millones, aunque le falta el impulso del Gobierno central. Y retomar la de Cerro Blanco, para aprovechar las crecidas del río Grande.
Completa este apartado el aprovechamiento del agua reciclada por ciclo terciario en las depuradoras, para llevarla hasta el campo y otros usos urbanos como riegos y baldeos. Aquí ocurre lo contrario, hay obras y capacidad pero la normativa para ampliar usos y la burocracia constituyen todo un lastre. Dos tercios de lo producido al año en agua regenerada van hoy en día al mar.
Ángel García Vidal es el representante en Málaga del Colegio de Ingeniero de Caminos, y su valoración es tajante: «Con la desaladora de la Axarquía ya vamos tarde». A renglón seguido se refiere la segunda desalobradora de la Costa del Sol, que se llegó a adjudicar en un contrato de proyecto y obra: «Se hizo el proyecto y cuando iba a empezar se desestimó por circunstancias ambientales», recuerda. «Eso no quita para que sea necesaria, tanto como la ampliación que se ha hecho de la de Marbella».
La siguiente parada del ingeniero es «la famosa autopista del agua, para conectar con el Campo de Gibraltar». Dentro de este ámbito, pasa por la presa de Gibralmedina, «que tampoco se puede parar». García Vidal también aboga por retomar la de Cerro Blanco, para aumentar las reservas con las crecidas del río Grande y, de paso, reducir el riesgo de inundaciones en el curso bajo del Guadalhorce. «Estas son actuaciones que hay que llevar a cabo, sí o sí».
Y eso sólo en lo que se refiere al suministro del agua en alta; pero el representante de los ingenieros de Caminos tampoco pierde de vista las medidas de ahorro, sobre todo a cargo de los ayuntamientos. «Hay que digitalizar las redes de abastecimiento, para hacer una gestión más eficiente en función de la demanda, los tramos horarios y la estacionalidad, además de detectar rápido las pérdidas, que conlleva ahorro».
Manuel Olmedo Checa, académico, investigador y uno de los mayores especialistas en la aguas de Málaga, coincide en la necesidad de compensar la baja pluviometría mediante el «trasvase entre cuencas», para evitar que La Concepción tenga que desaguar como está haciendo.
Al tiempo, recalca la importancia de construir nuevas presas, sobre todo la de Cerro Blanco: «Es una obra imprescindible para nuestra provincia: ojalá que algún día pueda formar parte de nuestro sistema de embalses».
La delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, pone sobre la mesa un escenario de lluvias torrenciales cada vez más recurrentes, donde «también necesitamos infraestructuras para prevenir inundaciones, que se pueden sustituir por una mayor capacidad de almacenaje para ganar músculo en los periodos de vacas flacas».
Navarro recuerda que las grandes infraestructuras «para hacer frente a la siguiente sequía dependen del Gobierno central, porque son obras de interés general», caso de la desaladora de la Axarquía, la nueva que se tiene que hacer en la Costa occidental y los embalses de Gibralmedina y Cerro Blanco. «Estas dos infraestructuras son imprescindibles para prevenir avenidas y almacenar mucha más agua, ya q ahora tenemos que estar desembalsando y despreciando recursos hídricos». «Hay que pedirle el mismo compromiso que tiene la Junta al resto de administraciones, para conseguir mayores recursos hídricos».
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