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Un total de 204 días después Ignacio López (PSOE), Guillermo Díaz (Ciudadanos), Pablo Montesinos (PP), Alberto Garzón (Unidas Podemos) y Patricia Rueda (Vox) volvieron a verse anoche las caras en un debate electoral a cinco emitido simultáneamente por 101TV y SUR.es y moderado por el director de este periódico, Manuel Castillo. El escenario político ha cambiado desde aquel 11 de abril en el que confrontaron sus posiciones cara a los comicios generales del 28 de ese mes y en este periodo quedó constatada la incapacidad de los partidos para llegar a acuerdos que permitieran formar un Gobierno, lo que ha llevado a la repetición de las elecciones el 10 de noviembre. Una cita con las urnas cuya campaña –reducida a ocho días– abrieron anoche los cabezas de lista por Málaga al Congreso de los partidos que tienen representación en las Cortes Generales en algo más de hora y media de un debate dinámico e incisivo, donde el quinteto de aspirantes intercambió duros reproches y donde López, al representar a la formación que actualmente está al frente de La Moncloa, se convirtió en el blanco de las críticas y los ataques tanto desde su teórico aliado de izquierdas como desde sus oponentes de derecha.
En este primer debate a cinco de la campaña, los candidatos malagueños no despejaron la incógnita de cuál será la política de pactos de sus partidos tras el 10-N que permita desbloquear la situación y que se forme un nuevo Ejecutivo. Sólo Díaz insistió en sus intervenciones en ofrecer el apoyo de Ciudadanos a PP y PSOE para formar una gran coalición en base a un decálogo de propuestas en materia de políticas sociales, fiscalidad, empleo, modelo territorial, reforma electoral o regeneración.
El socialista López y el popular Montesinos apelaron al voto útil de la izquierda y la derecha, respectivamente, para lograr un amplio respaldo que les permita gobernar. Garzón tendió la mano a los socialistas para consensuar un programa de gobierno basado en medidas de izquierdas e instó a Pedro Sánchez a no mirar tanto a la derecha, mientras que Rueda no desveló las intenciones del partido de Santiago Abascal en cuanto a alianzas, aunque puso como ejemplo Andalucía (donde apoyaron parlamentariamente el bipartito de PP y Ciudadanos) y agregó que han venido a la política «a cambiar las cosas». En lo único en lo que coincidieron todos es que no hay riesgo de unas terceras elecciones.
Al igual que ocurrió hace seis meses, aunque ahora con un nuevo clima político y social tras la sentencia del 'procés' y los disturbios violentos de las últimas semanas en Cataluña, la cuestión catalana elevó la tensión, la polarización y los reproches entre los candidatos. En este sentido, Ignacio López sostuvo que el de Cataluña es «un problema de convivencia» entre los catalanes y para solucionarlo «hay que rebajar la tensión». El cabeza de lista socialista se mostró especialmente crítico con el PP y Ciudadanos, a los que acusó de no tener voluntad de solucionar el problema sino que abogan por «engordarlo porque les da votos». Además, reprochó a los populares la «dejación de funciones» en Cataluña y a los liberales les recordó que su líder autonómica catalana, Inés Arrimadas, «se fue de Cataluña» tras ganar los comicios regionales.
Alberto Garzón apeló a la «templanza y el diálogo» para encontrar una solución en Cataluña que, a su juicio, debe pasar por una permanencia de esta comunidad en España bajo la «república federal». El cabeza de lista de Unidas Podemos sostuvo que la solución no pasa «por los incendiarios de un lado y otro» y acusó a los tres partidos de la derecha «reaccionaria» de estar echando «más leña al fuego ante la inacción del PSOE».
Desde el bloque del centro-derecha, Guillermo Díaz reprochó a los socialistas que defienden una España unida pero desigual al aceptar la propuesta del líder del PSC, Miquel Iceta, de un federalismo asimétrico que, a su juicio, conduce a una España «a dos velocidades». El candidato de Ciudadanos emplazó, una vez más, al PSOE a dejar de pactar con Otegui en Navarra y seguir entregando competencias a partidos nacionalistas como Compromís, y alinearse con los partidos que representan a todos los españoles.
«Pedro Sánchez es rehén de los separatistas», sostuvo Pablo Montesinos, quien instó a López a pronunciarse sobre si comparte que el PSC gobierne gracias a los votos de los partidos independentistas en la Diputación de Barcelona o en unos cuarenta ayuntamientos catalanes. El cabeza de lista del PP defendió que el suyo es un partido «serio y con sentido de Estado» que si estuviera en el Gobierno no permitiría que Quim Torra, presidente de la Generalidad de Cataluña, siguiera al frente de los Mossos. En este sentido, lamentó que Sánchez no hubiera activado la Ley de Seguridad Nacional.
Patricia Rueda, que agradeció el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Cataluña, acusó a PP, PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos de ser «cómplices» de la situación política y social catalana y defendió la aplicación del artículo 155 de la Constitución e incluso la ilegalización de los partidos independentistas.
El momento de mayor tensión del debate se vivió a cuenta de la violencia de género y tuvo como protagonistas a Ignacio López y Patricia Rueda. Cuando se estaba abordando el bloque sobre las políticas económicas y sociales, Pablo Montesinos contrarrestó «la parálisis» de Pedro Sánchez con el modelo de Juanma Moreno en la Junta. Respondió, el cabeza de lista socialista sosteniendo que el modelo andaluz es el de Vox que «niega la violencia machista» y acusó al partido de Abascal de ser la «extrema derecha». Unas afirmaciones que hicieron saltar a la candidata de Vox, que, algo poco habitual en ella, elevó el tono de voz para espetar a López que no le diera a ella lecciones de igualdad y recordar que es la única mujer que encabeza una lista de los principales partidos. Rueda sostuvo que «la violencia no tiene género y desde Vox queremos defender a todos: hombres, mujeres, niños y mayores», recordó que de los 43 millones de euros destinados a lucha contra la violencia de género en el último mandato socialista en la Junta «el 3% fue a laS víctimas y el 97% se quedó en los chiringuitos (en alusión a organizaciones feministas)» y dijo que no le iba a consentir al dirigente socialista que intentara desacreditar a su partido etiquetándolo como de extrema derecha.
En este rifirrafe, Guillermo Díaz recordó que el PSOE en la Junta dejó sin gastar el 75% del presupuesto en lucha contra la violencia de género; Pablo Montesinos sostuvo que el PP va a estar siempre en la lucha «contra esta lacra» y «el ruido en esta cuestión sobra». Por su parte, Alberto Garzón defendió una España «feminista» y apeló a la movilización del electorado para evitar «el riesgo» del papel protagonista que, a su juicio, juega «la extrema derecha» en la política en Andalucía.
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Uno de los asuntos que el moderador del debate puso sobre la mesa fue la exhumación de Franco del Valle de los Caídos y preguntó su opinión a los cinco candidatos. Desde la izquierda saludaron efusivamente esta exhumación. «Era una razón de justicia y somos una mejor democracia», afirmó López; «Es algo positivo y una victoria de todos los que lucharon contra el franquismo», añadió Garzón.
Más tibieza hubo en el bloque de la derecha. «Sólo quiero que los muertos descansen en paz y no se abran heridas», sostuvo Rueda; Montesinos dijo respetar las decisiones judiciales y acusó al PSOE de utilizar este hecho como estrategia electoral pero no aclaró si le parecía bien o mal que se hubiera sacado al dictador de su tumba. Díaz dijo que estaban a favor de que los dictadores no tuvieran un mausoleo pero criticó que por «electoralismo» la exhumación se hubiera convertido en «un espectáculo, una parodia».
En materia de política económica y social, Ignacio López defendió que el Gobierno de Pedro Sánchez «ha hecho los deberes» y afirmó que «las tres derechas cuando no suman, bloquean la formación de Gobierno y cuando gobiernan, recortan como están haciendo en Andalucía». Alberto Garzón, por su parte, abogó por una mayor inversión pública para garantizar los servicios públicos y los derechos de las familias trabajadoras, derogar la reforma laboral y acabar con las políticas neoliberales. «La mayoría de los españoles no ha salido de la crisis», dijo el cabeza de lista de Unidas Podemos, quien acusó a los partidos de derecha de beneficiar cuando gobiernan «a los de siempre, a los que se han ido de rositas en esta crisis económica».
«El PP es un valor seguro en página económica», subrayó Pablo Montesinos, quien situó la generación de empleo, las ayudas a los autónomos y la bajada de impuestos como ejes de sus propuestas económicas. El candidato popular acusó al PSOE de «no hacer nada» en cuestiones económicas y presentó a su partido como el garante para que España pueda «recuperar el rumbo» en esta materia. Guillermo Díaz defendió su decálogo para una gran coalición con medias como ayudas fiscales a la natalidad, un pacto por la educación, una tarjeta sanitaria única para todo el país, la bajada de impuestos, garantizar las pensiones y luchar contra la corrupción, mientras que Patricia Rueda aseguró que Vox ha venido a «garantizar» el Estado del Bienestar y entre sus medidas económicas remarcó las ayudas a las familias numerosas y bajar un 10% el precio de la luz.
En clave local, Díaz se acordó de los parados malagueños y defendió llevar el Cercanías al PTA; y Montesinos tendió de nuevo la mano a un pacto por Málaga que desbloquee las infraestructuras.
En el minuto de oro, los candidatos lanzaron sus mensajes clave. «Necesitamos una victoria clara y contundente. Pido un apoyo fuerte para el PSOE para que haya un Gobierno coherente y sólido para los próximos años que trabaje por la sostenibilidad de las pensiones, la igualdad y un proyecto común de España», remarcó Ignacio López. «Es importante que Ciudadanos salga fuerte de estas elecciones para que un centro reformista tenga las llaves del Gobierno. Si no es así, serán los extremos los que tengan la llave. Menos Franco, menos Otegui y menos Torra y más Málaga y más España», afirmó Díaz.
«Por Málaga y por España tenemos que unificar el voto en torno al PP para pasar del bloqueo al impulso reformista. A todo votante de centro-derecha y socialista descontento les pido que si apuestan por el PP todos conseguiremos que España vuelva a estar en el lugar que se merece», aseveró Montesinos. «Cuanto más fuerte sea Unidas Podemos mejor se visualizarán unas políticas diferentes a las que nos han llevado a la crisis», dijo Garzón. Mientras que Rueda presentó a Vox como «la alternativa»: «Somos el partido de todos, somos gente de bien que venimos a defender la unidad de España, el empleo y la familia».
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