La concentración en repulsa del asesinato machista de Lina, en la plaza de la Constitución, este martes. Salvador Salas

La concentración en repulsa del asesinato de Lina clama: «¡Basta ya de justicia patriarcal!»

Vecinos de Benalmádena y el portavoz de la familia de la víctima se acercan también a la Plaza de la Constitución para demandar el fin de la violencia machista

Martes, 11 de febrero 2025

«Se ha normalizado la violencia machista, los asesinatos. Raro es el día que no hay alguna noticia. Hay que trabajar desde la base, con cultura, con educación. Pero las nuevas generaciones vienen igual o peor. Y, mira, aquí somos sólo un puñadito de personas», lamentaba Beatriz Cañas, una de las mujeres que se ha concentrado en la tarde de este jueves en repulsa del último asesinato machista, el de Lina, este mismo domingo en Benalmádena. Eran unas decenas, cerca de dos centenares.

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Este crimen, además, tiene algo de singular, lo que se desprende de las consignas que gritaron las mujeres en la Plaza de la Constitución de Málaga: sienten que la justicia, que el sistema, les ha fallado: «¡Jueces y fiscales también son culpables!», «¡Basta ya de justicia patriarcal!», «¡Denuncia archivada, mujer asesinada!». Eso clamaban.

Carmen Martín, presidenta de la Plataforma Contra las Violencias Machistas-Violencia Cero, la organización convocante de la protesta, explicaba en declaraciones a los medios: «La jueza no vio razones para poner en marcha la orden de alejamiento. Nosotras entendemos que ha habido una negligencia, desafortunadamente, de las muchas que ocurren, lo que pasa es que no todas tienen este final tan trágico, tan tremendo».

Martín apuntó, asimismo, que lo que está fallando es «la formación de los operadores jurídicos» y abundó: «Un cursito de treinta horas no sirve para concienciar y saber lo que es la violencia hacia las mujeres. Es una violencia con unas características totalmente diferentes. No es lo mismo cuando vas por la calle y te dan un tirón de bolso y automáticamente interpones una denuncia. Estamos hablando de una denuncia que interpone una mujer contra el hombre con el que está compartiendo su vida, con el que tiene hijos en común, con el que probablemente tenta una relación de dependencia económica. Hay una serie de factores que hay que tener en cuenta a la hora de intervenir y se necesita formación. Si los operadores jurídicos no tienen formación ocurre lo que está ocurriendo: que no nos creen a las mujeres y se toman a cachondeo a veces las denuncias que estamos poniendo».

Carmen Martín también fue la encargada de leer el manifiesto al término de la concentración: «Nos asesinan, nos silencian, nos quitan la vida y el sistema mira hacia otro lado (...)», ese sistema que, denunció, mira a las mujeres «con indiferencia y desprecio». «No es un caso aislado. El sistema nos falla a las mujeres porque no nos cree y nos culpabiliza. La violencia machista también es el abandono y la violencia institucional. Se toman decisiones sin perspectiva feminista», continuó.

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Agradecimiento del portavoz de la familia

Entre los concentrados se encontraba el portavoz de la familia de Lina, Daniel Ríos Martín, que declaró a este periódico que suscribe plenamente el manifiesto leído en la capital malagueña y dio las gracias por la solidaridad mostrada. «El sistema ha fallado», insistió.

Entre las personas congregadas, también Ana, Elena y Alicia, profesoras del colegio Jacaranda de Benalmádena, el centro al que acuden los hijos de la víctima del crimen machista. Transmiten la sensación de que todos «han fallado» y que «va a costar superarlo». «Si te remueve cuando no te toca de cerca, imagínate cuando la veías todos los días», afirman. Se junta al grupo una vecina del pueblo, que vivía muy cerca de Lina, Ana Cascado: «Estamos hechos polvo. Era una mujer muy buena. Y muy buena madre».

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Las maestras también revelan que ayer acudió al centro un grupo de psicólogos para explicar a tutores y maestros cómo explicar a los niños lo sucedido: «Nos dijeron que hay que decirles la verdad, no ocultarlo, llamar a las cosas por su nombre, y cuando vuelvan los hijos de Lina, que hay que darles mucho cariño, pero sin remover el tema y sin hacerles preguntas». «Ya no se puede hacer nada, antes se tenía que haber actuado», dicen estas maestras. Pero ellas tienen un arma poderosíma en sus manos, la educación, para cambiar el mundo.

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