La bajada de presión del agua por la sequía multiplica en Málaga las obras en edificios y comunidades

Las bajadas de presión son la medida más utilizada por las empresas suministradoras de agua y los ayuntamientos por un doble motivo: evitan el acopio masivo utilizando todo tipo de recipientes y, además, sirven para evitar bolsas de aire y roturas en las tuberías. Las bajadas de presión se aplican de manera diversa y se notan de un modo muy diferente. En Málaga capital, por ejemplo, Emasa ya las aplica en un 20% de la ciudad (la bajada es de hasta un 50% con la instalación de válvulas y sistemas de telegestión). En la Costa, los 11 ayuntamientos entre Torremolinos y Manilva siguen desde hace días y bajan la presión de manera drástica durante la noche, a excepción de los sábados (para aliviar la afección al ocio y hostelería). En ese caso, tanto desde el CAF como desde Servihogar, indican que la demanda se ha disparado especialmente.

Los grupos de presión son rebombeos, que según recuerdan desde Emasa, son obligatorios en edificios a partir de cuatro plantas. Es en bloques altos y zonas elevadas de la ciudad donde las bajadas de presión se acusan en mayor medida. La empresa de aguas ha mantenido un contacto estrecho y formativo con los Administradores de Fincas, según confirman desde el propio órgano colegial.

Existen, según Martín, tres casos diferentes, con sus diferentes presupuestos. En primer lugar, los grupos de rebombeo pueden estar rotos. Ponerlos en marcha puede suponer unos 2.000 euros.

Puede ocurrir también que los grupos estén puenteados o con un baipás porque en su día los propietarios quisieron ahorrar costes de electricidad. En ese caso, depende de en qué condiciones se interrumpiera el servicio en su momento, pero la reparación puede aproximarse a los 3.000 euros porque puede hacer falta sustituir motores.

El tercer caso es el de los inmuebles sin estos dispositivos. El coste se puede ir a una horquilla de entre 5.000 y 7.000 euros. «Hay que tener en cuenta que no esto incluye tuberías, cuadros eléctricos, depósitos... La cosa se puede complicar incluso más si las comunidades no tienen espacio físico y hay que presupuestar soluciones más complejas acudiendo a ingenieros», incide Martín, que agrega que las bajadas de presión aún no se han notado mucho en Málaga, pero ya existe un factor psicológico a raíz de las informaciones publicadas en los medios de comunicación y las divulgadas por las instituciones públicas.

¿Qué se puede notar en las casas? Este profesional explica que en las plantas altas, a partir de la cuarta o quinta, con termo de gas se multiplican los problemas: «Con un hilo de agua no arranca y tienen agua caliente».

En todas estas operaciones, también suele ser necesaria la limpieza de aljibes, una demanda que también se está multiplicando.

La regulación de presión en la ciudad de Málaga ya opera las zonas de Churriana, Cortijo Mazas, El Olivar, Campanillas, Guadalmar, zona comercial de Plaza Mayor y alrededores, barriada de la Princesa y la Isla, La Araña, zona baja de Pedregalejo (desde Baños del Carmen hasta Playa Virginia), Palmilla, Paseo Marítimo de Pacífico y alrededores, polígono del Guadalhorce y alrededores de Héroe de Sostoa.

En total, por ahora, se ha bajado la presión en más de 360 kilómetros de los 1.900 kilómetros de la red. Dicho de otra forma, el 20% de la ciudad está regulada. Desde Emasa, indican a aquellos vecinos que noten alguna incidencia sin que esta medida haya sido aún implantada aún en su zona a que revisen sus instalaciones interiores.

En la Axarquía y algunos puntos del interior de la provincia, lo que hay son mayoritariamente cortes de suministro nocturnos (se producen en 13 localidades) y, en la Costa, los municipios afectados por la bajada de presión nocturna son Torremolinos, Benalmádena, Mijas, Fuengirola, Marbella, Casares, Ojén, Istán, Benahavís, Manilva y Estepona.