Muchos ríos de la provincia están prácticamente secos en pleno invierno. Salvador Salas

«En estos 30 años no hemos aprendido lo suficiente sobre la escasez de agua en Málaga»

SUR pide a un panel de expertos que compare la sequía actual con la de 1995, que ha sido, hasta ahora, la peor de la historia reciente en la provincia

Domingo, 21 de enero 2024, 00:41

¿Es esta la peor sequía que ha vivido la provincia en época reciente? ¿O fue más intensa la de 1995? SUR le ha hecho esta pregunta a un panel de expertos malagueños, que han vivido ambos episodios, y hay disparidad de opiniones, aunque, en ... líneas generales, hay cierto acuerdo en que los dos momentos tienen características similares.

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Bartolomé Andreo es catedrático de Geodinámica Externa, director del Centro de Hidrogeología y vicerrector de la UMA, además de asesor en esta materia de la Junta. A su juicio, la situación de déficit es parecida ahora y entonces. «Las dos han sido sequías intensas, pero no hemos aprendido lo suficiente».

Recuerda que en aquella época los acuíferos ayudaron, pero no se han mantenido bien. «30 años después, otra vez tenemos una situación comprometida por la falta de lluvia y de agua en los embalses, y volvemos a recurrir a las aguas subterráneas, pero los pozos que se hicieron están en desuso o abandonados, no hemos terminado de aprender».

«30 años después, otra vez tenemos una situación comprometida por la falta de lluvia, no hemos terminado de aprender»

Bartolomé Andreo

Catedrático y vicerrector de la UMA

En cambio, reconoce que en este episodio hay más infraestructuras y medios, pero a la vez, ha aumentado mucho la demanda de agua, «que tiene que ser sostenida, no puede haber crecimientos urbanísticos desproporcionados, y meditar mucho los proyectos que afectan a acuíferos porque en épocas como esta son difíciles de sostener».

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También los regadíos de la Axarquía han aumentado mucho, y aunque generan riqueza, también tienen que ser proporcionados a la disponibilidad de los recursos. «En esta sequía ha irrumpido la reutilización de agua reciclada de las depuradoras: hay que usar el agua regenerada para el riego, y liberar agua de Tejeda y Almijara, que es de muy buena calidad, para abastecimiento urbano, compatibilizar los usos».

Como conclusión, Andreo advierte de que la demanda actual está «claramente por encima de la disponibilidad, y en momentos de sequía lo pasaremos mal». «El uso tiene que ser muy responsable, hay que controlar las fugas en las canalizaciones municipales, las sequías se previenen cuando hay agua, como los incendios en invierno». Entre las principales propuestas de cara a próximos episodios, defiende la recarga artificial y gestionada de acuíferos en las épocas en que haya excedentes, como Acosol está estudiando ya en Edar de La Víbora, en Marbella; y también se puede acometer en el Guadalhorce, en el Vélez y Estepona.

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El Conde, seco

Juan Antonio Rodríguez Arribas, quien fue director técnico de la Confederación Hidrográfica del Sur en los años secos de la década de los 90, coincide en que ambas son similares ambas; aunque se inclina por que la de hace tres décadas fue peor que esta. «Fue angustioso, dejó vacío el embalse Conde de Guadalhorce, y en esta eso todavía no ha ocurrido». El veterano técnico recuerda medidas extremas, como la de conectar un manantial de Serrato con una tubería para transportar el agua a la presa del Guadalteba, «pero los regantes a los que les pillaba por el camino se la llevaban...»

«La situación de 1995 fue angustiosa, dejó vacío el embalse Conde de Guadalhorce, y en esta eso todavía no ha ocurrido»

Juan Antonio Rodríguez Arribas

Exdirector técnico de la Confederación Hidrográfica del Sur

Por su parte, Manuel Olmedo, ingeniero técnico industrial y miembro de la Academia Malagueña de Ciencias, opina: «La sequía de 1995 no fue tan seria como esta. En aquel año uno de los problemas era que el canal del Guadalhorce venía con agua muy salobre, por lo que no era potable, y no estaba cubierto. La sequía de ahora es peor pero las infraestructuras son mejores».

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Olmedo rememora la relación de Málaga con el agua, donde a grandes periodos de sequía le suceden trombas, inundaciones y gotas frías. En este punto, reseña las crecidas históricas del Guadalmedina. «El clima cambia constantemente. En el 82 hubo una sequía muy seria. Sugerí abrir pozos en el arroyo de Teatinos», explica, al tiempo que recuerda otra de gran crudeza a comienzos de los 70. « La antigua Confederación Hidrográfica construyó unos pozos inéditos en la margen izquierda del Guadalhorce, con el sistema Ranney, que son muy profundos».

«La sequía de 1995 no fue tan seria como esta; la de ahora es peor pero las infraestructuras son mejores»

Manuel Olmedo

Ingeniero técnico industrial y miembro de la Academia Malagueña de Ciencias

Calentamiento y evaporación

Enrique Salvo, botánico, profesor, investigador y director de la Cátedra sobre Cambio Climático de la UMA, ve que ahora estamos peor que entonces, y aporta varios argumentos. En primer lugar, recuerda que los acuíferos son clave para el suministro urbano y la agricultura, y están en una situación «muy negativa».

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«El aumento de las temperaturas hace que la evaporación en las presas sea muy elevada, y se multiplicará este verano»

Enrique Salvo

Botánico, profesor y director de la Cátedra sobre Cambio Climático de la UMA

En segundo, advierte de que la intensidad de la sequía es más potente ahora por el aumento de las temperaturas, que hace que la evaporación de los embalses sea muy elevada, y ello se multiplicará este verano; mientras que en 1995, la estación estival no fue tan calurosa como los últimos años. «Lo poco que llueva se va a evaporar en cuanto haga más calor». Por eso, reitera la necesidad de más vegetación. Y todo ello, en el contexto de un aumento de la población «descomunal».

«Si no llueve bien de aquí a verano, a finales de agosto estaremos igual o peor que estuvimos entonces»

José Luis Escudero

Experto en la meteorología malagueña

Por último, José Luis Escudero, experto en la meteorología malagueña y responsable del blog Tormentas y Rayos, sostiene que en 1995 se llegó a cortar el agua en la capital, algo que todavía no ha ocurrido este año. «Las principales presas en esas fechas estaban en torno al 9%, frente al 16% actual. Pero si no llueve bien de aquí a verano, a finales de agosto estarán igual o peor que estuvimos entonces». Con todo, Escudero no pierde de vista que la situación es muy mala... Y tampoco tiene visos de mejorar.

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