Más de 9.100 alumnos ponen a prueba el protocolo anti-coronavirus de la Selectividad

Empieza a ser normal decir que nada es normal. Una madre da un abrazo a su hijo y le desea suerte. Para que quede constancia sumerge sus pulgares y hace dos puños con las manos que agita en el aire. Más tarde, se catalogaría a sí misma dentro del grupo de los «padres intensitos». Llega desde Alhaurín de la Torre y admite estar nerviosa.

De los coches salen adolescentes que se dirigen a la Facultad de Medicina o a la de Comunicación. Filosofía y Letras es otra de las diez sedes habilitadas en la capital. Los que vienen de los municipios de la Costa preguntan por el edificio Gerald Brenan. Todos llevan mascarilla. Las expresiones en las caras, por lo que se deja intuir a través de los ojos, son de buscar alivio. Hay tensión en el ambiente. Como a los deportistas de élite, a más de 9.100 jóvenes de la provincia de Málaga se les exigirá un rendimiento en punto y hora, después de semanas de preparación en las condiciones más adversas. Así empezó este martes en la provincia la Selectividad más insólita de la historia y casi un mes después de las fechas previstas.

Cinco horas de exámenes y tres materias troncales tachadas del plan de vuelo académico. Lengua y Literatura Castellana, Historia de España y Lengua Extranjera. Ese es el balance que dejó el lunes para unos alumnos que siguen hoy con las asignaturas específicas de cada rama de bachillerato.

Que la jornada acabara sin incidentes, según la propia Universidad de Málaga, es una noticia positiva cuando este año el reto organizativo discurre por partida doble: garantizar unas condiciones para que los alumnos puedan hacer su mejor Selectividad posible y crear las condiciones sanitarias que minimicen el riesgo de contagios.

Una Selectividad a distancia, con los asientos que no se deben ocupar marcados por 'post-it' en colores llamativos. En la que se ha duplicado el personal involucrado en el desarrollo de la Selectividad. Incluso se ha creado una figura nueva, la del denominado «profesor de apoyo».

Este lunes había uno en cada esquina, intentando evitar que se formaran aglomeraciones. Controlando y escoltando la marcha a los servicios. Evitando que se utilicen los ascensores. Carmen del Rocío es una de ellas. Con esta, es la quinta Selectividad en la que participa. «Nos han hecho mucho hincapié en que los alumnos no se junten mucho», dijo. ¿La experiencia por ahora? «Curiosa».

No siempre se pudieron evitar los corrillos, sobre todo entre examen y examen, cuando los alumnos hacían tiempo en una de las carpas montadas para proteger del calor. Pablo Lara, el decano de la Facultad de Medicina, afirmó que «nunca una Selectividad ha estado tan preparada como la de este año». «Todos los profesores han dado lo mejor de sí», añadió. Los alumnos consultados no temen peores notas. Al revés. La esperanza que tenían puesta en el modelo de preguntas flexibles estuvo justificada.