El XII Congreso Notarial Español, que aborda el envejecimiento de la población desde una perspectiva multidisciplinar, ha puesto este jueves sobre la mesa un asunto candente. Porque con unas previsiones demográficas que auguran que, en el año 2050, un 30% de la población española será ... mayor de 65 años, el asunto suscita preocupación y exige un plan. Y este pasa por valorar al colectivo de mayores como personas productivas, que aún pueden aportar a la sociedad siempre y cuando se haga de forma regulada y flexible.
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Así lo han manifestado los cuatro expertos que han participado este jueves en uno de los 17 debates que se celebrarán en el hotel Nh. Enrique Féas, economista del Estado e investigador del Real Instituto Elcano; Manuel Hidalgo, profesor de Economía de la Universidad Pablo de Olavide; Inmaculada Ordiales, economista del Consejo Económico y Social, y Sara Baliña, subdirectora de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de la Presidencia del Gobierno, ha respondido a la cuestión: '¿Es sostenible una economía de servicios en una sociedad envejecida?'. Esa ha sido la pregunta de partida y aunque de entrada los cuatro ponentes han coincidido en una respuesta afirmativa, posteriormente cada uno ha puesto sus matices.
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En este sentido, Ordiales ha subrayado que si una economía crece gracias a la productividad, podrá ser sostenible la economía de servicios en una sociedad envejecida, «aunque eso no significa que no pueda ser emprendedora». Sobre este aspecto ha abundado Manuel Hidalgo, quien ha defendido las oportunidades de empleabilidad que puede tener este colectivo. «Hay empresas que demandan habilidades cognitivas, que el candidato sepa liderar, sea responsable y eso un trabajador con cierta edad puede hacerlo muy bien».
Aunque de acuerdo con este planteamiento, Enrique Féas se ha mostrado escéptico con la formación y la preparación que puedan tener: «la tecnología es oportunidad, pero también puede agudizar la brecha entre los que están formados y los que no». Sara Baliña ha coincidido en que puede haber gente con 65 años que quiera seguir en activo, pero siempre y cuando pueda haber una flexibilidad que ahora no existe.
Los ponentes se han referido también a la tasa de emprendimiento entre los mayores, donde es de un 3% frente al 8% de los jóvenes. Sin embargo, Inmaculada Ordiales ha manifestado que emprender a cierta edad puede tener sus ventajas: capital acumulado o conciliar mejor el tiempo. «Es cierto que el riesgo es el mismo para todos, aunque los mayores tienen un hándicap: «la rentabilidad es a largo plazo y eso cuando se tiene una edad ya no es tan compatible».
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