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CRISTINA PINTO
Jueves, 10 de marzo 2022, 00:57
Hace una semana que David Argüelles preguntaba a conocidos y amigos si sabían de familias ucranianas de Málaga que necesitasen traer a algún familiar para España. Lo que este profesor de secundaria malagueño estaba pensando es en coger la furgoneta y emprender el camino para ... salvar a parte de esas personas afectadas por la invasión de Rusia a Ucrania. «Llamé a una amiga enfermera por si se venía conmigo y entre los dos contactamos con una asociación gaditana. Al final somos 10 furgonetas y las que se vayan sumando por el camino». Esto cuenta Argüelles el miércoles 9 de marzo a eso de las cinco de la tarde, mientras hacen parada por Valencia para repostar.
Junto a él, un gran grupo de personas solidarias que se han unido a la causa por solidaridad con el pueblo ucraniano. Entre ellos, dos malagueños más: Noelia García, enfermera, y Rafael Cabello, que conduce otra de las furgonetas que ponen rumbo a Polonia. Eran las cinco de la madrugada cuando la furgoneta de David Argüelles salía de Málaga en dirección a Herrera (Sevilla), punto de encuentro donde habían quedado el resto de vehículos para salir en «caravana solidaria» hacia Polonia. Estos vehículos van llenos de alimentos, medicamentos, productos de higiene y ropa de abrigo, donados por ellos mismos y con la colaboración de Cáritas. Y a la vuelta vendrán con alrededor de setenta ucranianos que estarán en Cracovia y Varsovia deseando con esperanza que estos españoles lleguen para sacarles del infierno que están viviendo.
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Van parando a repostar y los turnos de conducción son cada cuatro horas. Noelia García y David Argüelles van juntos en este viaje, donde ellos mismos también llevan la comida preparada para no perder tiempo en llegar a por las familias que les están esperando. Ellos llevan en su coche material médico, comida, pilas, generador eléctrico de diésel y motosierra, entre otras cosas. Y de vuelta traen a dos madres con sus dos bebés y un joven de 15 años al que su padre ucraniano espera en Málaga. «Una de las madres que vamos a recoger lleva varios días durmiendo con su bebé en la estación de tren. La abuela es con la que hemos contactado, que vive aquí en Málaga, y cuando le confirmamos que traíamos a su nieta no dejaba de emocionarse», recuerda David Argüelles.
Son 3.400 kilómetros de ida y otros mismos de vuelta, más el tiempo que estén entre Varsovia y Cracovia recogiendo a los refugiados, aunque esperan citarlos a todos en un mismo lugar para hacer más ágil la recogida. Y menos dolorosa, ya que los ucranianos se lanzan a estos vehículos intentando poder subir en alguno para salir de allí.
«Nuria García, que es la mujer de Cádiz que se ha encargado de organizar todo junto a su marido, lleva años ayudando a pequeños de Ucrania con su asociación. Nos están asesorando e informando de lo duro que es, porque intentarán meterse familias en las furgonetas. Es una sensación agridulce, nos sentimos tristes por un lado y contentos por otro, sabes que te traes a unos cuantos, pero allí se queda la gran mayoría», reconoce el voluntario malagueño.
Será mañana viernes a mediodía, si todo va como calculan, cuando lleguen a recoger a las familias ucranianas y la vuelta a Málaga estiman que será el próximo lunes. Y la idea es volver a repetir el viaje: «Yo quiero volver a hacerlo más veces, vamos a ver como sale esta, pero la idea es hacer más viajes», asegura Argüelles. Cuando lleguen a Málaga, estos refugiados tendrán un hogar a salvo con sus familias ucranianas de la provincia. Este viaje de solidaridad se puede seguir desde redes sociales como Instagram bajo el nombre @caravanahumana, donde los 28 conductores van actualizando la recogida. La caravana humanitaria viaja a Ucrania para salvar vidas.
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