El 20% de los locales de los ÑITO SALAS
Crisis del Covid

La recuperación en Málaga no va por barrios

El cambio de hábitos de los consumidores y la menor renta disponible golpea al comercio tradicional en las barriadas, en donde se acumulan los locales vacíos

Juan Soto

Málaga

Domingo, 17 de octubre 2021, 00:33

El pequeño comercio que regenta Salva Egea en la plaza Conde de Ferrería, en plena barriada de Martiricos, se asemeja a un oasis en mitad de un desierto de locales cerrados. La tienda de tu barrio, que es como se llama su negocio de ultramarinos, ... parece hacerle honor al nombre al ser uno de los pocos establecimientos que permanece con las persianas levantadas en la zona tras el Covid. Como cualquier día laborable, Salva espera paciente en la puerta la llegada de clientes, pero la calle se encuentra prácticamente muda durante el horario comercial. «La cosa está muy floja; apenas nos llega para pagar el alquiler», lamenta.

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Aunque el inicio de las restricciones le insufló un poco de aire fresco y las ventas se multiplicaron, sobre todo por el temor de la gente a comprar lejos de casa, la vuelta a la normalidad le ha golpeado con dureza. El auge del comercio online, el elevado número de personas que continúan en ERTE y la disminución del dinero disponible por el aumento del precio de servicios básicos han completado un cóctel endiablado que impide que la ansiada recuperación llegue a los barrios. «Ha subido todo, la luz, el gas, el paro.... y eso se nota».

El caso de Salva no es excepcional. El número de locales vacíos y negocios que llegan a duras penas a final de mes se cuentan por cientos en toda la ciudad. Aunque no existe un censo exacto, se estima que alrededor del 20 por ciento de los locales de barrio permanecen cerrados y que desde que se inició la pandemia han cesado su actividad cerca de un millar de establecimientos. La primera estimación la realizan la Cámara de Comercio y la federación Comercio Málaga, en donde también aseguran que el 70 por ciento de los empresarios no han recuperado las ventas previas a la crisis. El de cierres lo apunta el Ayuntamiento al comprobar el número de empresas que han dejado de pagar la tasa municipal de basuras y se encuentran cerradas, al menos de forma temporal.

Sobre las causas que se esconden tras estas preocupantes cifras opina el presidente de la Cámara de Comercio, Sergio Cuberos. Con cierto pesar, señala que durante los últimos meses han variado los hábitos de los consumidores, que se han acostumbrado a la comodidad de la venta online, y han podido acudir a los centros comerciales todos los días de la semana, domingos incluidos. Por si fuera poco, reseña el aumento de costes y del precio de servicios básicos como la electricidad o la gasolina, que impide a los pequeños negocios de barrio competir en precios contra los grandes.

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Aunque confía en que la situación vaya mejorando poco a poco, Cuberos reconoce que los comercios que han podido aguantar el chaparrón del Covid se encuentran en una situación económica muy delicada y dice que necesitarán realizar muchas ventas durante los próximos meses para recuperar cierta normalidad. «No se puede decir que la situación ya haya remontado; los negocios necesitan mucha facturación para poder remontar de verdad», sentencia. «La recuperación va a ser muy lenta y se necesitará el apoyo de las administraciones públicas», añade.

También tratan de poner en contexto los datos desde la federación Comercio Málaga. Su presidente, Salvador Pérez, señala que el Covid ha supuesto un duro golpe para todos, aunque la situación del comercio de barrio ya era complicada antes incluso del inicio de la pandemia. «Hemos estado un año y pico sin comprar nada y eso lo nota cualquier empresario». A su juicio, el comercio de barrio está tratando de reinventarse y de generar un relevo generacional que le permita atraer a nuevos clientes. «En las barriadas se augura ilusión, ganas y superación».

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A pesar de la situación tan dura que están atravesando y de la cantidad de locales vacíos que se observan en todas las barriadas, Salvador Pérez advierte sobre la importancia de estos negocios, que «están sabiendo dar respuesta a las necesidades de los clientes» y «es lo único que nos hace diferentes en un mundo globalizado».

Reclaman medidas de apoyo para incentivar las ventas

Con independencia del efecto que ha tenido la pandemia, los principales responsables del sector creen que las administraciones públicas deberían apostar un poco más por los distritos y realizar campañas para incentivar el consumo local. El presidente de la Cámara de Comercio, Sergio Cuberos, cree que fundamental apoyar a los centros comerciales abiertos y a los empresarios.

Sobre este asunto, la concejala de Comercio en el Ayuntamiento de Málaga, Elisa Pérez de Siles, recuerda que el número de empresas no se ha reducido y que ellos han puesto en marcha un proyecto junto a la Universidad para incentivar el comercio tradicional. Inicialmente están elaborando un inventario para, posteriormente, establecer ayudas.

La Confederación de Empresarios de Málaga analiza la situación actual del comercio de barrio mirando al futuro. La secretaria general del colectivo, Natalia Sánchez, cree que los empresarios deben apostar por mejorar la experiencia de compra y por integrar la venta online. «Es cuestión de ponerle voluntad y actitud para reaccionar ante lo que está sucediendo», razona.

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A pesar de este panorama, desde la consultora Savills Aguirre Newman sostienen que las rentas se mantienen estables desde hace tres años y que el elevado número de locales cerrados no ha tenido influencia en los precios. Por contra, dicen que la demanda por instalarse en las principales calles de los barrios ha crecido tras el confinamiento, ya que el teletrabajo ha propiciado un aumento del interés en detrimento de las calles más céntricas.

Mar de persianas bajadas

En un amplio recorrido por los barrios más comerciales de la ciudad se observan demasiados locales cerrados y poco movimiento de compras por las calles. La situación reseñada al inicio del artículo en la zona de Martiricos se repite en numerosas calles de la ciudad, y salvo las principales vías de cada barriada –que es en donde mejor se mantiene el tipo–, las secundarias muestran un paisaje casi apocalíptico lleno de persianas bajadas, muchas incluso desde hace años.

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En otra zona de Málaga, en Cruz de Humilladero, Ana Hinojosa reconoce que prácticamente van al día. La responsable de la Perfumería Hinojosa ha notado una importante bajada de las ventas y no se atreve ni siquiera a hablar de futuro. «Mientras salgan los números, seguiremos aquí, pero…», deja en el aire. En plena Cruz de Humilladero, uno de los barrios más comerciales de la ciudad, lamenta que las ventas han bajado mucho y lo achaca a que las familias tienen menos dinero disponible. «Muchos abuelos están tirando de los hijos y los nietos».

En la zona oeste, en el barrio de la Luz, la situación no es muy diferente. La plaza principal se encuentra rodeada de calles con numerosos carteles de 'se vende' o 'se alquila'. Sólo en Berruguete se contabilizan hasta siete locales con las persianas bajadas. Y precisamente en esta vía trabaja María Ángeles Luque, que se ha convertido en una suerte de superviviente del Titanic. Desde su Salón Nuevo Estilo comprueba con preocupación la situación de sus vecinos y se consuela reconociendo que ella no se puede quejar. «Las clientas fijas han vuelto poco a poco y no nos podemos quejar».

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En el otro extremo de la ciudad, Carmen Caballero puntualiza que la recuperación efectiva sólo ha llegado a la hostelería. La presidenta de la asociación de comerciantes Zona Este lamenta que el comercio online les está haciendo mucho daño y que hay muchos locales que han tenido que cerrar porque se han quedado sin recursos. No obstante, sostiene que no todos los sectores están funcionando igual, y que la alimentación y los relacionados con el hogar se mantienen mejor que otros. «A la gente le interesa el trato humano». Al menos a eso se aferra el comercio para seguir resistiendo.

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