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El urólogo pediátrico catalán Rafael Gosálbez llevará a cabo este miércoles la primera fase de una operación en la que se reconstruirá el pene a un niño valenciano de dos años que nació solo con testículos y que padece afalia, una malformación muy rara cuya incidencia es de un caso por cada 30 millones de recién nacidos. El doctor Gosálbez, que es el jefe de urología pediátrica del Miami Children's Hospital, realizará la intervención en el Hospital Santa Elena.
-¿En qué consiste la operación que le van a hacer al niño?
-Consiste en crear una estructura fálica que de forma transitoria, durante la infancia y hasta la postadolescencia, le permita orinar desde la base de esa estructura. En los niños que nacen con afalia, la uretra se abre al recto y hay que extenderla hasta la estructura fálica que creamos. Eso, desde un punto de vista cosmético, les permite tener una apariencia más normal.
-¿El pequeño que van a intervenir nació sin pene y con testículos?
-Exacto. Sin pene y con testículos. Lo que le vamos a hacer es una reconstrucción de pene.
-Previamente, el paciente fue operado en Valencia. ¿Esa cirugía no fue bien o es que hay que intervenir varias veces para conseguir un buen resultado?
-En Valencia no intentaron reconstruirle el pene, sino que lo operaron para separar el tracto urinario del tracto fecal, ya que la uretra estaba abocada al recto. La operación no fue todo lo bien que tenía que ir. Ahora vamos a intentar resolver esas complicaciones para que el año que viene lo volvamos a traer y hagamos la reconstrucción del falo.
-La afalia congénita es una malformación muy rara, ¿verdad?
-Es algo muy poco frecuente, pero ocurre en todas las partes del mundo, en todos los continentes. Se da un caso cada 30 millones de recién nacidos. Se produce por la falta de desarrollo de lo que se llama el tubérculo genital. Esta malformación no está relacionada con ningún tipo de gen específico ni con un problema hormonal. Estos niños suelen tener también malformaciones cardiacas, vesicales y renales que no están asociadas a problemas endocrinológicos ni a cuestiones genéticas.
-Una cosa que deben conseguir con estas operaciones es que los niños logren orinar con normalidad.
-El pequeño de Valencia al que vamos a operar tiene la vejiga abierta (vesicostomía) y la uretra, cuando se la separaron del recto y se la intentaron abrir por detrás de los testículos, se le estrechó. Por eso, lleva una sonda permanente para orinar. Lo que queremos es resolverle el problema creándole una uretra que vaya por encima de escroto para que pueda orinar con un chorro normal, ya sea sentado o de pie, y que luego podamos cerrar la vesicostomía, es decir, la apertura de la vejiga, de manera que en la siguiente operación que le hagamos llevemos a cabo la faloplastia.
-Es decir, que en la operación de este miércoles se comenzará la reconstrucción del pene, pero que no será hasta una segunda intervención cuando se complete el proceso.
-Exactamente.
-¿Cuántas intervenciones de estas características ha hecho usted?
-Llevo hechas ya cinco operaciones de este tipo. Además, me consultan de muchos pacientes. Son enfermos muy complejos, que cuesta mucho poder trasladarlos a distintos sitios para hacer las reconstrucciones de pene.
-¿Es mejor operar a los pacientes de niños o ya de adultos?
-Las dos opciones están ahí. Para los pacientes es una situación muy difícil. A estos niños en el pasado, de una manera incorrecta, se les reconstruía y se les reasignaba el sexo femenino. Eso ya no se hace. Que un pequeño crezca sin una estructura fálica es muy estigmatizante y, tanto para él como para su familia, supone un problema psicológico muy importante. El niño se siente muy afectado psicológicamente por no tener pene. Lo que se intenta conseguir en estos pacientes infantiles es que, a través de una cirugía poco agresiva, que no perjudique para hacer otro tipo de faloplastias cuando han pasado la pubertad, tengan un apéndice fálico, algo que no los pone en riesgo de nada y que les permite crecer con un aspecto más masculino.
-¿Con la reconstrucción fálica se consigue que un futuro esos menores puedan tener relaciones sexuales?
-No, no. La reconstrucción no es una estructura funcional desde un punto de vista sexual.
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