Málaga se prepara para el veto a los coches contaminantes

Desde hace unas semanas, dos cámaras asoman sobre uno de los semáforos de la calle Pacífico situado a la altura de la plaza que da a la trasera de la antigua Tabacalera. A priori, se podría pensar que forman son una ampliación de la red de 78 dispositivos que el Ayuntamiento de Málaga tiene desplegados por la ciudad para controlar la circulación, de esas que permiten al Centro de Gestión del Tráfico conocer en tiempo real el estado de la red viaria de la capital pero que no se utilizan para multar. También se podría apuntar a un nuevo radar. Pero nada más lejos de la realidad.

Estas dos cámaras están en fase de pruebas y forman parte del centenar de aparatos de lectura automática de matrículas que se instalarán en los próximos meses en Málaga como paso previo a la puesta en marcha de la zona de bajas emisiones (ZBE) que limitará la circulación de los vehículos más contaminantes por todo el entorno del Centro. ¿Y qué hacen entonces en la calle Pacífico?

La razón es bien sencilla y responde únicamente a una cuestión de proximidad a las dependencias del Área de Movilidad, que se encuentran en uno de los módulos de Tabacalera. «Estas cámaras no controlan nada, simplemente están para hacer las pruebas de las que controlarán la ZBE. Se han instalado ahí al estar cerca de Movilidad y así ser más eficientes a la hora de realizar las pruebas, verificaciones y modificaciones de los sistemas», indican desde el Ayuntamiento.

Una vez se corrobore que el funcionamiento es correcto será cuando comience la instalación del centenar de dispositivos, proyecto que fue contratado por el Consistorio en octubre del año pasado con un presupuesto de 3,1 millones de euros, financiados por los fondos europeos Next Generation a través del programa de ayudas del Ministerio de Transportes para la implantación de zonas de bajas emisiones (ZBE). Su ubicación abarcará medio centenar de localizaciones con 97 cámaras, una por cada carril de circulación de entrada y salida desde esta zona blindada para poder verificar la clasificación de emisiones de cada vehículo.

En total, conformarán una envolvente de 437 hectáreas. Aunque las restricciones se irán endureciendo a medida que se acercan al casco histórico, la superficie va más allá de la 'almendra' y se extiende a toda la zona de La Malagueta y Monte Sancha, el barrio de la Victoria, El Ejido, Capuchinos, Segalerva, la Trinidad, El Perchel y el entorno de la avenida de Andalucía. Por tanto, la ubicación más próxima a la seleccionada para las citadas pruebas será la intersección del paseo Antonio Machado con Ingeniero José María Garnica.

¿Cuándo estarán operativas? El 1 de enero de 2024 es la fecha definitiva, justo un año después del límite fijado por la Ley de Cambio Climático que establece que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes debían aplicar estas restricciones antes de que expirase 2022. Lo cierto es que salvo grandes capitales como Madrid o Barcelona, pocas lo han hecho con el argumento de que faltaba el decreto estatal que diera más seguridad jurídica al desarrollo de esas zonas, que no vio la luz hasta el pasado 27 de diciembre de 2022.

Para saber en qué consistirán esas limitaciones y qué vehículos se verán afectados en Málaga habrá a la ordenanza municipal, pero desde el Ayuntamiento ya han procurado dejar claro que el veto no será total. De esta forma, se permitirá la entrada a esta área restringida a todos los vehículos que se dirijan a un 'parking' público o tenga una plaza privada. Lo que estará prohibido será circular por la ZBE dando rodeos en busca de aparcamiento, por ejemplo.

En cualquier caso, el proyecto del Ayuntamiento contempla diferentes niveles de acceso para las distintas áreas de la zonas de bajas emisiones. La primera de ellas y la que tiene restricciones más férreas será la zona interior, que comprende la 'almendra' del Centro Histórico y la zona del Soho. A estos espacios sólo podrán acceder los vehículos autorizados, con excepciones como las que se puedan conceder para las tareas de carga y descarga o los permisos temporales. También se permitirá el acceso a 'parkings' públicos, para lo que luego se cotejará el listado de matrículas con el de los aparcamientos.

En la segunda zona, la exterior, se podrá acceder dependiendo de la etiqueta de emisiones del vehículo (pegatina de la DGT), unido a los criterios ya existentes en la zona interior. Para este ámbito se estudia que las medidas sean menos permisivas con los vehículos contaminantes según vayan avanzando los años. A los residentes se les permitirá enviar invitaciones en momentos puntuales y delimitados en el tiempo, de manera que puedan recibir visitas. Esta excepción se gestionará mediante una 'app'.

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