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Antonio Cañete es un asiduo del gimnasio de la Universidad. Francis Silva
Mayores que se sienten jóvenes

Mayores que se sienten jóvenes

Cuatro personas que tienen entre 67 y 80 años explican su receta para estar saludables

Ángel Escalera

Málaga

Domingo, 18 de noviembre 2018, 01:37

La edad cronológica de una persona (la que aparece en el DNI) no siempre coincide con la edad biológica (el estado de salud). El paso del tiempo es imparable, pero es posible envejecer de forma saludable. Eso es algo que comparten José Antonio Fernández Aragón, Pilar Cortés, Antonio Cañete y Susana Geraldo. Los cuatro, que forman parte de los más de 285.000 mayores de 65 años que viven en la de la provincia de Málaga, explican en este reportaje la receta que siguen para mantenerse activos y con una gran vitalidad.

En la provincia de Málaga viven más de 285.000 personas de más de 65 años

José A. Fernández Aragón, 67 años. «Hacer teatro me gusta y se me da bien, según dicen»

José Antonio Fernández es actor aficionado. Francis Silva

Después de 40 años en la Guardia Civil, una vez que le llegó el retiro como cabo primero, José Antonio Fernández Aragón, tuvo claro que era el momento de llevar a cabo un cambio de vida. Tras cuatro décadas de servicio en la Benemérita, se le presentaba la oportunidad de fomentar actividades que le atraían. Una de ellas, el teatro. Así que tras colgar el uniforme verde se ha embutido en el de los personajes que le toca interpretar con afición y pasión. «Hacer teatro me gusta y, según dicen, se me da bien», asegura con convicción. Fernández Aragón, de 67 años, forma parte del elenco de Eventos con Historia.

Los dos últimos papeles que ha sacado adelante han sido el de un fraile cartujo enterrador en 'Don Juan Tenorio', de Zorrilla, obra que se representó en el cementerio de San Miguel a principios de noviembre, y el de Domingo El Tallista, en 'Historia de una carta', un montaje sobre la figura del imaginero y escultor malagueño Francisco Palma Burgos.

La actividad teatral la compagina con el ejercicio físico. «Desde que me retiré, doy frecuentes caminatas por el paseo marítimo y las playas de San Andrés», afirma Fernández Aragón, que en su juventud practicó judo y taekwondo.

Además de cuidar el físico, este guardia civil retirado presta mucha atención a las relaciones sociales. Para ello, le sirve de ayuda su cargo de vicepresidente de la Asociación de Vecinos del Perchel. La sede de la asociación, situada en la calle La Serna, es punto de reunión. Allí atiende las obligaciones del colectivo vecinal al que representa y participa en las actividades que se organizan, entre las que destacan los talleres y el grupo de teatro.

Su labor de relaciones públicas se extiende también al mundo de las cofradías, sobre todo como auxiliar de protocolo de la Hermandad de las Penas. Su vinculación cofrade va más allá, porque a sus 67 años sigue portando el trono de Jesús El Rico. Lleva medio siglo sacando esa imagen y espera mantenerse en los varales (ahora va debajo de la mesa del trono) al menos un par de años más, porque, como manifiesta, se encuentra muy bien físicamente y quiere mantenerse compartiendo el peso del trono con su hijo y su nieto. Aparte, también porta, cada último domingo de septiembre, las andas de la Virgen de la Cabeza.

Pilar Cortés, 71 años. «Soy una persona muy activa; no puedo estar sentada»

Pilar Cortés tiene varias aficiones. Hugo Cortés

Inquieta por naturaleza –«No puedo estar sentada»–, a sus 71 años, la vida de Pilar Cortés gira alrededor de dos pilares fundamentales: su familia y sus aficiones, entre las que sobresalen la pasión por los toros, la pertenencia a la Cofradía de Jesús Cautivo y María Santísima de la Trinidad, la colaboración con el economato de la Fundación Corinto (en el que las cofradías ayudan a personas sin recursos) y las horas que le dedica a la costura –«Me encanta coser; me hago mi ropa»–.

En el día a día de esta malagueña de pura cepa no hay tiempo para el aburrimiento, tal como ella refiere con el gracejo que la caracteriza, con el que demuestra que todo lo que guarda relación con su ciudad natal le interesa. «Soy una persona muy activa. Creo que eso es muy importante para sentirse bien», señala y recuerda que ha estado cinco años haciendo radio y que se encarga en solitario de llevar su casa adelante, sin que le pesen los más de cien metros cuadrados que debe limpiar. Una vez acabadas las labores domésticas y de dedicar varias horas a la costura, Pilar Cortés se toma un respiro y sale a caminar por las tardes. Unas veces va al Centro y otras se dirige al economato de Corinto o al barrio de la Trinidad, a la casa hermandad del Cautivo, su cofradía de toda la vida, con la que colabora en las tareas de caridad. «Para mí, el Cautivo y la Virgen de la Trinidad lo son todo», dice a boca llena.

Su buen estado físico le permite, cuando llega la feria taurina, subir hasta la segunda planta de la plaza de toros de La Malagueta, donde está su localidad. «No tengo problemas para subir escaleras; lo que me da algo de miedo es bajarlas, pero me han enseñando que el modo más seguro de descender es poner el pie de lado en los escalones», indica y añade que está ágil para recorrer las empinadas escaleras que conducen a la terraza de su vivienda cuando va a tender la ropa.

Actuar en el teatro, colaborar en acciones sociales, practicar deporte y usar las nuevas tecnologías les ayuda a mantenerse en forma

Su vitalidad le permitió recuperarse de una caída que sufrió, al cumplir 65 años, junto al museo del Cautivo. «No vi un escalón, tropecé y me desplomé. Me di un golpe en la columna. Tras unas semanas en silla de ruedas, comencé a anda poco a poco hasta que me recuperé», recuerda con alegría.

En un reciente viaje a León, que realizó con motivo de su santo, el pasado 12 de octubre, hizo gala de que sus piernas resistieron las caminatas y el ascenso a los castillos medievales que visitó. «Andar, ando mucho, eso desde luego. Y me viene muy bien. Hay que cuidarse», lanza como consejo antes de contar que otra de sus aficiones preferidas es bailar.

Antonio Cañete, 73 años. «Camino y corro dos horas cinco o seis días a la semana»

Madrugador y deportista. Así es Antonio Cañete. Este jubilado de artes gráficas, de 73 años, se levanta temprano para salir a caminar a paso rápido y correr en torno a dos horas, tiempo en el que hace de 10 a 12 kilómetros, cinco o seis días a la semana. La práctica de ejercicio físico no se queda en carreras y caminatas, ya que también acude a un gimnasio donde hace pesas, remo y bicicleta estática para mantener un buen tono muscular. Por si eso no fuese poco, los sábados suele jugar al tenis.

Entre sus costumbres saludables, Antonio Cañete sale al campo a coger espárragos. Abandona su casa sobre las ocho de la mañana y regresa a la una de la tarde. «Me gusta estar en contacto con la naturaleza y, encima, me traigo comida. Llevo una vida muy sana. Los médicos dicen que tengo buena salud», cuenta para, inmediatamente, indicar que los lunes y miércoles, de 17.00 a 18.30 horas, va a la Universidad del Mayor, donde recibe clases de materias como mitología, arte contemporáneo, historia de España y psicología. «Me gusta mantener la cabeza activa y aprender. Por eso, voy a clase». Además, ejercita la mente haciendo un par de sudokus diarios y leyendo novelas de corte histórico y amenas.

Otra faceta que Antonio Cañete no descuida es la familiar, especialmente cuando se queda al cuidado de sus cuatro nietos: Alba, Carmen, Antonio y Javier. Igualmente, fomenta el contacto con sus amigos, con los que, sobre todo en verano en Rincón de la Victoria, echa partidas de cartas y comparte cenas.

Susana Geraldo, 80 años. «Me manejo bastante bien con las nuevas tecnologías»

Susana Geraldo se lleva bien con las nuevas tecnologías. Migue Fernández

Nacida en Buenos Aires hace 80 años, Susana Geraldo se siente muy malagueña y muy andaluza. Fiel seguidora de River Plate, admiradora de Federer, Nadal y Martín del Potro, vive en Málaga desde el 1 de febrero de 1988. Tras enviudar, tuvo que afrontar un cambio de vida. Entre otras cuestiones, se mudó a una casa más céntrica y se olvidó del coche para caminar mucho. «Ando todo lo que puedo», subraya.

«Siempre he sido una mujer muy activa. Me ha gustado, y me gusta, aprender. Ahora me manejo bastante bien con las nuevas tecnologías», explica con un dulce acento bonaerense. Pone como ejemplo que utiliza WhatsApp con soltura y le sirve para comunicarse con sus familiares. «Haber practicado mecanografía de joven me ayuda a la hora de teclear en el ordenador. Hace unos días, mi hija me envió una foto. Del teléfono móvil la pasé a la tablet y luego la puse en la televisión», indica para puntualizar que sabe cómo utilizar esos dispositivos.

Practicar ejercicio físico y tener metas que cumplir favorecen el envejecimiento activo

Una degeneración macular hace que su visión ya no sea la que fue, pero no por ello da de lado a su afán de atrapar nuevos conocimientos. Las enseñanzas que recibe en el centro informático de la Asociación Incide le son de gran utilidad, así como los ejercicios de memoria que realiza. La cultura siempre ha estado presente en la trayectoria vital de Susana Geraldo, que estudió peritaje mercantil, inglés, taquigrafía y mecanografía, aunque lo que realmente le habría encantado es haberse licenciado en filosofía. «Me gusta estar bien informada; yo he leído siempre mucho. También soy una apasionada de la arqueología y de los vestigios antiguos», señala. El deporte es otra de sus grandes aficiones. En especial, el fútbol, el tenis y el rugby. «Reconozco que soy muy futbolera», confiesa y sonríe.

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