Manuel Azuaga, presidente de Unicaja Banco

Manuel Azuaga: el valor del compromiso

El futuro presidente ejecutivo del grupo financiero, de 73 años, ha construido su perfil público en la constancia y el privado, en la familia

Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:39

Su trayectoria pública está repleta de logros que ahora culminan con la presidencia ejecutiva del nuevo grupo financiero que surgirá de la fusión de Unicaja Banco y Liberbank. Hombre comprometido, buen negociador y trabajador infatigable, Manuel Azuaga (Málaga, 1947) combina esos contornos biográficos, ... casi de titulares, con una historia personal y menos conocida que le ha permitido mantener el imprescindible equilibrio entre ambas facetas. Las dos se alimentan y complementan, porque los que lo conocen en la distancia corta dicen de él que, por encima de todo, es un «hombre de palabra». De los del apretón de manos de toda la vida.

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El valor de ese compromiso, añaden, es el que ha marcado sus ritmos en público y en privado. Desde niño con sus estudios, que cursó durante más de una década en el Seminario de Málaga –en aquella década de los oscuros 50, una garantía de formación–, y más tarde en la Universidad de Málaga, donde cursó la carrera de Filosofía y Letras. La de los números se cruzó en su camino casi por azar: «Donde surgía la oportunidad ponía el pie», dicen. Aquella de la banca, a la que lleva ligado más de 45 años, llegó con un anuncio del periódico, se sacó la plaza con el número 1 y, desde abajo, escaló cada peldaño hasta la cúspide de hoy; no sin antes preparar su entrada en el mundo financiero con un máster en Auditoría Interna y Planificación y Control de Gestión.

Esas tareas de control interno han ocupado la mayor parte de su carrera como ejecutivo con altas responsabilidades que empezaron en el Banco de Málaga, Caja Rural, Banco Atlántico, Caja de Antequera y, finalmente, en Unicaja. Las dos últimas son el resultado de una misma historia que arrancó a finales de los 80 y culminó en 1991 con la creación de la primera caja andaluza. Entonces, Azuaga se convertiría en el hombre de confianza de Braulio Medel. De su mano fue escalando por diferentes puestos de responsabilidad, como la subdirección y la secretaría general.

En el año 2004 abriría un paréntesis en esa proyección hacia la cúspide financiera cuando aceptó el encargo de la entonces ministra socialista (y paisana) Magdalena Álvarez, para integrarse en su círculo de colaboradores y asumir la presidencia ejecutiva de Aena. Cuatro años después aterrizaba de nuevo en Málaga y en Unicaja. En 2010 llegó su nombramiento como director general y en 2013 el de consejero delegado y vicepresidente. En junio de 2016, unos meses antes de soplar las 70 velas, relevó a Medel en la presidencia de Unicaja Banco, desde donde ha pilotado esta nueva operación.

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Ahora, a los 73, Azuaga asume un nuevo reto con el mismo espíritu de superación y, sobre todo, con el ánimo de una persona «que aún se siente joven». Así lo definen de puertas adentro: también como un padre de familia «cercano, con un gran sentido del humor y llano en el trato». Tiene dos hijos, María y Manuel, y al igual que todos los abuelos de la pandemia, él y su mujer, Pepa, esperan que escampe la tormenta para volver a abrazar a sus cinco nietos, con los que les gusta montar en bici. Apasionado del cine, de todo tipo de música –de los clásicos a las bandas de hoy, como Vetusta Morla– y de la lectura, tiene otras dos debilidades: el Unicaja de baloncesto y el Málaga CF, cuyos resultados sigue con devoción blanquiazul. No en vano, lo sentimental en este caso va más allá de los colores porque su padre fue jefe de taquillas de La Rosaleda. Y como hombre comprometido y leal en sus afectos, la herencia pesa. La de fuera y la de dentro.

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