Fue un visto y no visto. Pero el tiempo suficiente para que tanto el coche de Rafael Torre como el de su hijo quedaran cubiertos de agua. Por fuera, y también por dentro hasta situarse a ras de los asientos. Y, para colmo, de aguas fecales. «Estuve tres cuartos de hora con la mierda pegada a la cintura tratando de salvar los coches», relata este vecino de Sacaba Beach, la urbanización de Málaga que la tarde-noche del lunes quedó anegada por un vertido de aguas residuales por la rotura de una tubería durante los trabajos de unas obras de reurbanización que se están acometiendo en la nueva zona residencial que se está levantando en la finca El Pato.
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Pero 'nadar' entre excrementos y toallitas es «prácticamente lo de menos» para Rafael. Lo que le tiene «muy fastidiado» es el estado en el que han quedado ambos vehículos. El suyo, un Ford Fiesta de 12 años «pero casi nuevo porque apenas tiene 65.000 kilómetros», y el de su hijo, un Citroën Xsara de 20 años, «aunque funcionaba perfectamente». Ahora no, al igual que la decena de coches que han corrido la misma suerte. Otros consiguieron sacarlos del aparcamiento antes.
El alcance de la avería aún está por valorar, pero la empresa que causó el daño en la tubería de la estación de bombeo de aguas residuales de Sacaba, Construcciones Verosa, ya ha dado parte a su seguro para que contacte con el de los propietarios afectados.
«La constructora está reaccionando, ahora mismo no puedo decir nada malo de ellos», reconoce Rafael, que está desempleado y necesita una solución cuanto antes. «Si cubren la reparación, vale; pero como decidan que no tienen arreglo y la indemnización la valoren por los años de cada coche va a ser mi ruina total», advierte.
A la espera de lo que ocurra con los coches de los afectados, es la propia constructora la que está asumiendo tanto las tareas de limpieza de la zona como el arreglo de las canalizaciones afectadas bajo la supervisión de los técnicos de Emasa. Según la empresa municipal de aguas, el incidente se originó por el desplazamiento de una arqueta debido al aumento del nivel freático durante los trabajos de instalación de una tubería a la altura de la glorieta de la calle Pacífico.
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La actuación consistía en la colocación de una nueva conducción que canalizará las aguas de la zona residencial de la finca El Pato y que se ubicaría bajo la que conecta con la estación de bombeo que resultó dañada. Como suele ser habitual en estos casos, la empresa encargada de las obras, Construcciones Verosa, disponía de los planos con la ubicación exacta de todas las canalizaciones. Según el informe elaborado por Emasa, la labor de sujeción de la tubería fue correcta y lo achacan a «un accidente».
¿A qué se debió? Tras la apertura de la zanja y las tareas de sujeción se produjo una fuerte entrada de agua procedente del freático, que generó un movimiento de tierras y acabó desplazando una arqueta próxima, que a su vez descuadró la tubería del sistema de impulsión de la estación de bombeo de aguas residuales que recoge la carga contaminante procedente de los hogares del extremo occidental de Carretera de Cádiz que pasan por este punto para ser derivadas hasta la depuradora del Guadalhorce.
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