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El Plan de Transporte Metropolitano del Área de Málaga incluye los intercambiadores de la Explanada de la Estación y la Plaza de la Marina, lo que se puede considerar un reconocimiento al proyecto del Plan Litoral que impulsa el alcalde de Málaga, Francisco de la ... Torre. Pero sólo a medias: el documento prevé la necesidad de hacer «estudios de viabilidad» de ambas infraestructuras, por lo que estas no tienen el horizonte completamente despejado, sino que estarán a lo que estos informes determinen.
Por tanto, de facto la Junta condiciona que se pueda llevar a efecto la iniciativa del equipo de gobierno municipal para soterrar el tráfico en el eje desde el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso hasta el Muelle de Heredia a que se estudien previamente todas las cuestiones en cuanto a costes y su impacto económico y social, para ver si es viable construir uno de los distribuidores, o los dos, o ninguno.
1,4
millones de euros ha presupuestado la Junta para el estudio de viabilidad y, si cabe, el proyecto de ejecución del intercambiador de la Explanada de la Estación; y otros 141.600 para el de la Plaza de la Marina.
También es cierto que hay una lectura positiva, en la medida en que, efectivamente, el Plan Metropolitano ha incluido, a petición del Ayuntamiento, estas infraestructuras entre las propuestas que se van a estudiar próximamente, dentro de una extensa batería de proyectos en la que se incluye el análisis del metro hasta El Palo y Rincón de la Victoria; el tren hasta el PTA y otras soluciones para maximizar el transporte público.
En el estudio de las opciones de transporte público, más allá de las cifras de inversión y de coste de cada alternativa (metro, tranvía, autobuses), no se puede perder de vista la convivencia con la ciudad. En su primera valoración del Plan Metropolitano de la Junta, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ya lo dejó claro: «Las propuestas en superficie habrá que ver en qué medida son compatibles con el funcionamiento de la ciudad, hay que profundizar más».
Valga como reflexión el hecho de que Málaga ya tuvo en 2017 una propuesta de BRT (metrobús, con plataforma reservada) que iba a estar financiado en un 80% con fondos europeos, y que se podrían haber extendido ahora con los fondos Next Generation que desarrolla el Ministerio de Transportes, y donde esta ha sido una de las acciones estrella, a la que se han apuntado varias ciudades españolas.
Ya antes de la pandemia la solución se veía como urgente, pero finalmente el equipo de gobierno renunció al mismo. De una parte, había que eliminar medio centenar de aparcamientos entre El Candado y la plaza de Torrijos, lo que generó críticas vecinales.
Aunque la razón de peso para descartarlo fue su interacción con el posible desarrrollo del proyecto estrella del alcalde, el Plan Málaga Litoral, que durante las obras debería descargar tráfico en el paseo de Sancha y el paseo de Reding, por donde estaba previsto el recorrido del BRT. Esta propuesta hubiese mejorado mucho la conexión actual con Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga, en la medida en que se había previsto junto al Candado y La Araña un gran intercambiador para aparcar los coches y entrar en la ciudad en el metrobús. Además, habría permitido agrupar y racionalizar las líneas de la EMT que recorren el litoral, gracias a la mayor capacidad del BRT, y generar circulares para dar servicio a barrios montañosos como El Limonar, Cerrado de Calderón y San Antón.
La experiencia fallida del BRT es un aviso a navegantes en el nuevo debate sobre el medio más adecuado para servir a la población del área metropolitana.
En uno de los anexos al Plan, incluso se refieren las cantidades necesarias para la «elaboración de un estudio de viabilidad sobre la implantación de una estación intermodal en la explanada de la Estación de autobuses de Málaga y (en caso positivo) licitación del proyecto de ejecución», cita literalmente el documento, con un presupuesto de 1,4 millones, a cargo de la Junta. Lo mismo ocurre con la «elaboración de un estudio de viabilidad sobre la implantación de una estación intermodal en la Plaza de la Marina», aunque en este caso el coste sería mucho menor, porque no incluye el proyecto constructivo (141.600 euros).
Consultado al respecto, el alcalde, Francisco de la Torre, considera una «buena noticia» que el el Plan de la Junta haya tenido en cuenta las alegaciones municipales, gracias a las que «se reconoce la importancia y el compromiso de impulsar esos proyectos en Vialia y la Plaza de la Marina».
Acerca del hecho de que los intercambiadores aparezcan en el Plan de Transporte como sujetos a estudios de viabilidad, el regidor afirma: «A lo mejor lo que plantea la Junta es la viabilidad desde el punto de vista de que la iniciativa privada pudiera abordarlo; nosotros la colaboración público-privada nunca la hemos descartado en el plan del eje litoral, incluso para abordarlo en su totalidad».
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«Tengo claro que los intercambiadores modales, como en otras ciudades de España son buenos y son útiles, son una forma de potenciar el transporte público y de crear una sinergia entre el metro, el Cercanías, los autobuses urbanos de Málaga y los interurbanos. Por lo tanto, nadie duda de la importancia de esos proyectos, y sobre este tema habrá que hablar y ver en qué sentido se dice lo de la viabilidad», añade De la Torre.
Y culmina: «Pero la necesidad creo que nadie la puede poner en cuestión, porque potencia los transportes interurbanos, que algún día podrían ser eléctricos, y que los usuarios de esos servicios puedan ir en bicis eléctricas desde sus casas hasta las paradas para poder llegar a Málaga de una manera plenamente sostenible».
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