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Los vemos en algunos puntos de la red vial. Son dispositivos luminosos, actualmente ya con tecnología LED y en los que se puede leer un mensaje en el sentido de aminorar la velocidad o cualquier criterio de seguridad vial. El objetivo es el de disuadir ... a los conductores de pisar en exceso el acelerador. Son los llamados radares pedagógicos. Y el Ayuntamiento de Málaga quiere instalar hasta 22 en el casco urbano en su cruzada por bajar la velocidad. El plan, aprobado por la Junta de Gobierno Local este viernes, se suma al de calmado de tráfico, con obras ya en marcha, y a los nuevos radares del distrito de Puerto de la Torre.
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Los radares pedagógicos forman parte de un nuevo contrato: el mantenimiento, renovación, modificación, suministro y nuevas instalaciones de la señalización de tráfico y balizamiento de la ciudad durante cuatro años. El importe, 8,2 millones de euros.
En el pliego, de 100 puntos, 30 corresponden a los pasos luminosos y a los radares pedagógicos. Estos últimos se instalarán de forma progresiva atendiendo a los resultados de estudios de movilidad que se realicen en determinadas zonas, aumentar la seguridad vial en entornos escolares, así como en vías donde el índice de siniestralidad sea alto.
Por su parte, las obras del plan de calmado de tráfico ya están en marcha. En estos días, por ejemplo, pueden verse los trabajos de señalización y de elevación de un paso de peatones en la calle Sierra de Grazalema, en el Limonar. Es una de las 70 intervenciones que hay repartidas por los 11 distritos de la ciudad y que suman un presupuesto de 1 millón de euros.
Estas actuaciones se desarrollan de manera coordinada entre Urbanismo y Movilidad y suponen también la adaptación a la normativa vigente de los elementos (mesetas, lomos y bandas transversales de alerta) de reducción de velocidad existentes. La seguridad y la accesibilidad son las principales motivaciones de los trabajos.
Entre las medidas que se van a implantar destacan los pasos peatonales sobreelevados, que deben tener una altura por el centro de 10 centímetros y tienen diferentes longitudes de rampa en función de la velocidad de la vía. Los lomos de asno son el segundo tipo. Están confeccionados en material plástico resistente y no se utilizan nunca como paso de peatones. La zona sobreelevada es de 6 centímetros con respecto al asfalto y 4 metros de largo. Zigzags y retranqueos, una suerte de pequeñas isletas, completan el plan, que dispone además de un completo dossier de señalizaciones de estos obstáculos a la circulación.
Además de estas medidas, se encuentra también la instalación de radares convencionales, los que sancionan. Los conductores se han familiarizado con ellos y, en 2023, se redujeron un 24,8% las multas con respecto al anterior ejercicio. Es probable que durante 2024 las cifras varíen sustancialmente, dada la puesta en servicio de dos nuevos medidores en el distrito de Puerto de la Torre, que aún no computaron en la estadística oficial. Hablamos siempre de controles de velocidad fijos en casco urbano.
Así las cosas, según los datos aportados a SUR por la Policía Local, se interpusieron 11.029 multas por radar en la capital malagueña el año pasado. El radar más 'multón' es el situado en la Avenida de Andalucía en sentido Centro, en el entorno del Puente de las Américas. Le 'tomó la matrícula' a 4.108 vehículos (5.010 el año anterior). Le sigue, el del Paseo de Poniente-Pacífico, en sentido Oeste, con 3.971 infracciones (3.983). El tercero es el la Avenida Valle Inclán en sentido Torremolinos, en el entorno del desvío de Carlinda, con 2.373 multas (4.767). El más 'benévolo', por último, es el de los Baños del Carmen, en sentido El Palo, con 577 sanciones (920 el año anterior).
De los dos radares nuevos en Puerto de la Torre, uno de ellos, está en un vial que comunica el núcleo de Puerto de la Torre con El Cónsul y la autovía del Guadalhorce, en la Avenida Pintor Rodrigo Vivar, y el otro, en Lope de Vega. Son seis con estos los radares fijos de la ciudad.
En el entorno del 7% de los accidentes corresponden a atropellos a personas, según los datos extraídos del estudio para la implantación de la zona de bajas emisiones. Dicho de otro modo, casi un atropello al día en nuestras calles.
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