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El 'holding' Al Alfia, la sociedad financiera que administra el conjunto de empresas de la familia real de Catar, dará garantías a la ciudad de Málaga y al Puerto de que dispone de todo el capital necesario para acometer el proyecto del hotel y el ... centro de convenciones del Dique de Levante, y que lo hará «a pulmón», esto es, sin necesidad alguna de financiación bancaria o de otros fondos. Así lo han transmitido fuentes de la compañía catarí consultadas por SUR, que cifran en unos 150 millones de euros la inversión necesaria. De estos, entre 90 y 120 millones serían para construir el edificio, y entre 20 y 30 millones para el equipamiento hotelero y su entrega «llave en mano» a la cadena internacional que se encargará de su explotación.
Aunque no quisieron entrar en los detalles de la operación, que se presentarán cuando culmine la tramitación urbanística, los responsables consultados indicaron que existe un acuerdo con la sociedad instrumental española Andalusian Hospitality II –constituida ya con fondos cataríes– por el cual Al Alfia tomará el control societario de esta, y la dotará con el capital social necesario para culminar la tramitación con garantías. Consultados sobre la futura operativa del hotel, se limitaron a informar que están en conversaciones con las principales cadenas de lujo a nivel mundial.
Como informó SUR en exclusiva en su edición de ayer, el mayor proyecto hotelero de la ciudad ha dado un giro en las últimas semanas. Ramón Calderón, expresidente del Real Madrid y abogado conocido por sus vínculos con el Gobierno de Catar, mantuvo el jueves una reunión con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en el Ayuntamiento. Aunque no trascendieron detalles de la conversación (el empresario y el regidor reconocieron el encuentro pero declinaron hacer declaraciones al respecto del contenido) este periódico pudo saber que el motivo principal de la cita era anunciar oficialmente que Al Alfia ha asumido la inversión. Se trata de uno de los principales conglomerados empresariales del emir de Catar, con líneas de negocio diversificadas en el sector de la inversión inmobiliaria y hotelera, pero también en los productos petrolíferos y derivados, entre otras muchas facetas. En España ya es propietaria de Ecisa, la principal constructora alicantina, desde 2018 (aunque con vínculos accionariales desde 2014).
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Este periódico intentó ayer sin éxito recabar las reacciones del alcalde, Francisco de la Torre; y del presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio. Sí lo hicieron los representantes del resto de los grupos municipales. Así, Daniel Pérez, portavoz del PSOE, valoró que este anuncio «genera certidumbre frente a las dudas que suscitaba la sociedad instrumental» a la que se le adjudicó. «Que la familia real catarí asuma el proyecto supone una solvencia mayor, para un proyecto que requiere de la mayor certeza y que tiene que estar respaldada por un gran promotor, con una potencia importante; las críticas a la sociedad instrumental se caen al tener el respaldo de una sociedad solvente que no genere dudas sobre la construcción».
Sin embargo, el líder socialista consideró excesiva la altura prevista actualmente –de 135 metros– y defenderá que se rebaje sustancialmente el número de plantas tanto de la torre como del basamento. «Quiero que el proyecto se reconcilie con la ciudad y tenga un mejor encaje en la fachada portuaria», afirmó. Al tiempo, reivindicó que la inversión revierta con una acción positiva hacia la ciudad, y puso como ejemplo la creación de balcones hacia el mar para los ciudadanos y mejores comunicaciones en la zona. «Si fuera alcalde, la ciudad ganaría también», apostilló.
Noelia Losada, portavoz de Ciudadanos, puso de relieve que, a pesar de las novedades, su posición sobre el hotel del Puerto no ha cambiado y está reflejada en el acuerdo de cogobierno en el Ayuntamiento. «Seguimos viéndolo como una gran oportunidad económica y para el fomento del segmento turístico de lujo, y seguiremos pendientes de que cada trámite que se vaya dando sea con todas las garantías».
En contra, Eduardo Zorrilla, portavoz de Adelante Málaga, valoró que este movimiento no cambia nada en cuanto al impacto medioambiental y paisajístico; ni a los inconvenientes para la movilidad, el uso del espacio público y en cuanto a la viabilidad económica a medio y largo plazo. «El que la familia real tome las riendas puede eliminar la opacidad sobre quién estaba detrás o las dudas sobre la solvencia económica de los promotores anteriores, pero no desaparece todo lo mencionado anteriormente», y añade: «Nos seguimos oponiendo porque supone hipotecar para futuras generaciones un suelo de primera categoría de la ciudad, atacar el paisaje y una de las estampas mas emblemáticas para tener un hotel que se podría hacer en muchos otros sitios o que a la larga, como en otros casos conocidos, se convierta en apartamentos de lujo para quienes los puedan pagar». A ello, suma la «irracionalidad» de construir un edificio de esa envergadura dentro del mar, «cuando estamos viendo los efectos del cambio climático».
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