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Atropellados pero con voluntad de ir a los tribunales para defender lo que consideran legal. Así se resume el estado de ánimo de muchos propietarios de un piso en las torres de Martiricos que lo explotan como vivienda turística. El pasado jueves, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, anunció en el patio de banderas del Ayuntamiento que ha pedido a la Junta de Andalucía que dé de baja un total de 121 licencias que figuran en el registro oficial de Turismo. El regidor entiende que los pisos que operan como turísticos en las torres violan la instrucción de la Gerencia de Urbanismo desarrollada en base al decreto de febrero de la Junta para regular las viviendas turísticas. El Ayuntamiento afirma que, al carecer las torres de accesos y suministros independientes, los pisos no se podrían explotar como vivienda turística.
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Este periódico ha podido confirmar que numerosos dueños de pisos con licencia turística se están movilizando y agrupando con la voluntad de llevar la retirada de estas licencias a juicio, al entender que la instrucción de la Gerencia de Urbanismo «está cogida con pinzas» y que se exime a los dueños de su derecho de explotar el piso según consideren, una vez que los estatutos de las torres de Martiricos no prohíben la existencia de pisos turísticos.
Señalan que ya hay jurisprudencia al respecto y adelantan que van a litigiar contra la Junta de Andalucía si ésta da el paso de dar de baja a las viviendas del registro de pisos turísticos.
Cabe recordar que se está ante una situación novedosa. El Ayuntamiento ha solicitado que se den de baja las licencias, pero es la Junta quien tiene que iniciar el correspondiente procedimiento de cancelación. Uno por uno, cuando se cuenta con un cuerpo de funcionarios reducido. Según han explicado fuentes de la Junta a este periódico, este proceso podría tardar unos tres meses.
A partir de aquí, lo que asoma en el horizonte es una telaraña burocrática que se puede multiplicar por mil si todo empieza a judicializarse. En un principio, una vez notificada la baja de la licencia turística, el dueño del piso cuenta con un periodo de alegación. Después el caso vuelve de nuevo a la Junta y se podría dar la baja de manera definitiva. Si los dueños recurren ante un juez, la baja de la licencia se podría paralizar hasta que haya una sentencia firme.
«Hemos consultado con numerosos abogados y todos nos confirman que tenemos la razón de nuestra parte. En todo caso, si empezamos a litigar, nos podemos ir a los tres o cuatro años hasta que se pueda dar de baja una licencia», afirma el dueño de un piso turístico en las torres de Martiricos a SUR. Por otra parte, añade que ya hay movimientos para crear una causa común: muchos propietarios defendidos por un mismo abogado.
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