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A poco más de 48 horas para las trascendentales elecciones municipales de este domingo, Francisco de la Torre y Daniel Pérez protagonizaron anoche su primer y único cara a cara de una campaña electoral que hoy toca a su fin. Un debate decisivo para el futuro de Málaga, donde los malagueños pudieron ver y analizar los divergentes modelos de ciudad propuestos por los candidatos del PP y el PSOE a la Alcaldía de la capital y donde los momentos de mayor tensión se vivieron cuando se abordaron asuntos como la limpieza, el impuesto de plusvalías o el proyecto de instalación de la Universidad Católica de Murcia –de carácter privado– en la ciudad.
El escenario de este particular duelo de algo menos de tres horas de duración y para el que se realizó un gran despliegue técnico y humano (con una treintena de profesionales) fue el plató de 101 Televisión, que organizó este debate junto al diario SUR, cuyo director, Manuel Castillo, fue el encargado de moderar un debate estructurado en tres grandes bloques, donde se abordaron hasta 17 temas que fueron desde la situación de los barrios a los proyectos estrellas y la política de pactos, pasando por asuntos como el metro, el ruido, el Guadalmedina o el modelo turístico de ciudad.
En un símil futbolístico, el aspirante a recuperar para el PSOE la Alcaldía perdida hace 24 años enfocó el cara a cara con un planteamiento ofensivo, como corresponde a quien ejerce el papel de oposición, con continuos ataques a la gestión del actual alcalde y candidato del PP a la reelección y los ejes de su discurso fueron la reivindicación de la necesidad de un cambio en la Casona del Parque tras casi un cuarto de siglo de gobiernos populares, acusó al actual regidor de «no cumplir su palabra» y de ser «dócil» con el nuevo Gobierno de la Junta, y alertó de los riesgos de que la ciudad «retroceda» si pactan PP, Ciudadanos y Vox.
Francisco de la Torre, por su parte, afrontó este trascendental cara a cara con una estrategia más conservadora en la que se defendió bien y con solvencia de las arremetidas de su oponente; puso en valor la gestión realizada bajo los mandatos del PP para transformar Málaga y que han situado a la ciudad como «un espejo» en el que se miran otros municipios españoles; defendió la necesidad de continuar en la línea trazada; se presentó como un candidato fiable – «ustedes me conocen», repitió en dos ocasiones en el minuto de oro final–; atacó a Pérez acusándole en varias ocasiones de «mentir»; y utilizó el recurso de acusar al anterior gobierno socialista en la Junta de paralizar proyectos y no apostar por la ciudad; es más, en algunos momentos se valió de un arma de confrontación, utilizado en otras ocasiones años atrás, como el agravio comparativo con Sevilla.
El primer momento de alto voltaje entre ambos se produjo cuando se abordó el estado de limpieza de la ciudad y el futuro de Limasa. De la Torre defendió que la ciudad está «más limpia que antes aunque queremos que mañana sea más limpia», mientras que Pérez reiteró que Málaga está «muy sucia». Aunque ambos coincidieron en la municipalización de la empresa de limpieza, el aspirante popular lo vinculó a un criterio de productividad de los trabajadores, mientras que el candidato socialista no puso ningún condicionante. Fue el único momento de sintonía, aunque fuera leve, ya que en ese punto, el candidato socialista acusó a su homólogo popular de haber «engañado» a quien fue su socio de investidura, Juan Cassá, de Ciudadanos, defensor de la privatización del servicio, y le acusó de «no cumplir lo que firma; no es de fiar». El aspirante a la reelección como alcalde replicó argumentando que no hubo engaño y sugiriendo posibles pactos ocultos de los socialistas con la formación naranja.
La tensión volvió a elevarse cuando se abordaron las plusvalías mortis causa. Daniel Pérez insistió en que su primera medida como alcalde será quitar este impuesto, mientras que Francisco de la Torre defendió que no se pagaría en tanto en cuanto no se venda la vivienda. Dos modelos diferentes que llevó al aspirante socialista a acusar a su homólogo popular de «no ser sensible» con la ciudadanía en esta materia, mientras que el regidor le reprochó que «desarme» presupuestariamente al Ayuntamiento sin aclarar cómo se financiaría el dinero que se dejaría de ingresar.
Aunque no era un asunto incluido en los que se debían abordar, en el cara a cara surgió el proyecto de la UCAM para instalarse en Málaga, donde el Ayuntamiento le cedería una parcela municipal a cambio del pago de un canon. Francisco de la Torre defendió el proyecto y las ventajas de que en la ciudad se instale una universidad privada, mientras que Daniel Pérez criticó que se le dé suelo público a una institución donde uno de sus dirigentes ha realizado «declaraciones homófobas» y lamentó que no se potencie la universidad pública.
Las encuestas apuntan a que no habrá mayoría absoluta en el Ayuntamiento, lo que obligará a hacer pactos que garanticen la gobernabilidad. Sobre la política de alianzas, De la Torre reclamó un amplio apoyo para «hacer menos necesarios los pactos» para lo que reclamó el apoyo de votantes del centroderecha que en comicios como las generales apoyaron a formaciones como Ciudadanos y Vox recordando que las municipales son unas elecciones diferentes en la que se valora la gestión y no los partidos. Sí admitió que en caso de tener que hacerlos se harían «con sentido común», abiertos a todos y que sean pactos de gobierno no de investidura.
Por su parte, Pérez subrayó que el PSOE aspira a gobernar en solitario con acuerdo puntuales con otras formaciones y que en caso de pactos hablarían con todos los partidos excepto con el PPy con Vox ya que considera que este último «va en contra de los valores socialistas». Por ello, el aspirante de la izquierda reclamó el voto de quienes «quieren el cambio» en Málaga.
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Los dos candidatos coincidieron en integrar más la ciudad con el puerto mediante proyectos de peatonalización, aunque difirieron sobre la envergadura del mismo ya que el popular defendió un soterramiento del tráfico de casi dos kilómetros entre Alameda de Colón y La Malagueta y el socialista abogó por una actuación más pequeña de apenas 300 metros. Ambos apostaron por ampliar el Centro. Sobre los barrios, De la Torre puso encima de la mesa la inversión de 2.200 millones en los últimos años, mientras Pérez denunció que han sido «los grandes olvidados». Ambos también tuvieron visiones contrapuestas sobre el ruido en la ciudad y respecto al modelo turístico, los accesos al PTA, la política cultural y de museos y el proyecto sobre la integración del Guadalmedina en la ciudad.
Respecto al metro, Daniel Pérez abogó por llevarlo al PTA, donde coincidió con Francisco de la Torre, y que llegue en superficie al Civil, punto en el que se opuso el alcalde. Mientras que sobre la torre del puerto, el candidato del PP dijo que es un proyecto al que le ve «más ventajas que inconvenientes», mientras que el socialista dijo que necesita bajar en altura y que sometería su ejecución a una consulta ciudadana. Un ejemplo de las posturas tan alejadas que ambos mantienen sobre la ciudad.
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