El Cristo de la Victoria regresa a la Catedral de Málaga tras su restauración

El Cristo de la Victoria, una de las más valiosas obras escultóricas que atesora la Catedral de Málaga, luce desde este jueves en su capilla tras la restauración a la que ha sido sometido por parte de los profesionales de la empresa Quibla Restaura en los últimos meses. Como informó este periódico (ver SUR 10/10/2020), se trata de un Crucificado atribuido por el historiador José Luis Romero a Alonso de Mena, padre del escultor Pedro de Mena, en torno a 1630. La imagen, que en ocasiones también ha sido denominada como Cristo de las Victorias, si bien desde el Obispado han aclarado que es en singular, se venera en una de las capillas más próximas a la fachada principal del templo, sobre una de las Dolorosas de medio busto que consagraron al hijo de su autor como uno de los principales exponentes de la imaginería barroca. Es un Cristo expirante que procede de la hoy parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús, en el barrio de Capuchinos de la capital, donde era custodiado por las monjas clarisas.

La restauración ha subsanado los problemas de estructura que presentaba la talla y ha recuperado la riqueza de su policromía y sus rasgos más característicos, como el paño de pureza o la corona de espinas, con la colaboración del taller de Trillo y Llamas.

El deán de la Catedral, Antonio Aguilera, ha destacado que esta restauración de una imagen de Cristo Crucificado del templo se suma a las que han llevado a cabo el restaurador Francisco Naranjo a la imagen del Cristo del Perdón, obra de Pedro de Mena, y el imaginero hispalense Juan Manuel Miñarro a la talla del Cristo de la Clemencia, conocido hasta ahora como Santísimo Cristo Mutilado.