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El brote de coronavirus del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación de Cruz Roja de Málaga ha llegado ya a casi 90 contagios desde que el pasado domingo se tuvo constancia del primero: el de una mujer migrante que fue llevada a las urgencias de un hospital al presentar fiebre. La PCR que se le hizo, que es la prueba más fiable que hay para diagnosticar el Covid-19, confirmó que tenía el virus. Hasta ayer por la mañana, se habían registrado 83 casos de SARS-CoV-2, de los que 74 afectaban a migrantes y nueve a trabajadores de Cruz Roja, pero por la tarde el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dijo que había 89 contagiados. Hasta el momento, ninguno ha necesitado ser hospitalizado, pero deberán estar en cuarentena durante 14 días. Simón indicó que el brote le preocupaba, aunque matizó que la población afectada «es definible y confinable». Asimismo, destacó que el hecho de esté por medio Cruz Roja ayuda.
El edificio, situado en la avenida Ortega y Gasset, ha sido sectorizado y se han suspendido las salidas y entradas de usuarios. Asimismo, se ha aislado a más de un centenar de individuos para impedir la transmisión del virus. A todos los contactos de los contagiados se les está realizado una PCR para saber si han contraído o no el Covid-19. Entre los infectados, que son en su mayoría gente joven, hay tanto usuarios (migrantes que reciben atención de Cruz Roja tras ser rescatados en patera) como trabajadores del centro de acogida. Todos están en aislamiento. El inmueble lo vigilan efectivos de la Policía Nacional para impedir que nadie salga ni entre sin la pertinente autorización y provisto de un equipos de protección individual para impedir contagios.
Cuando se declara un brote de coronavirus es clave rastrear con celeridad los contactos que han podido tener los afectados por el Covid-19 para aislarlos y hacerles una PCR, el test más eficaz para confirmar la presencia del SARS-CoV-2 y, de ese modo, frenar la cadena de transmisión del virus. Esto es lo que se está haciendo en el brote registrado en el Centro de Acogida de Cruz Roja de Málaga.
Hasta el momento, hay unos 130 individuos en aislamiento y se siguen buscando a más contactos. Profesionales del distrito sanitario Málaga se encargan de esas labores de búsqueda, que en muchas ocasiones no son fáciles. Se trata de conseguir localizar a todas las personas que han podido haber estado con los contagiados. Enfermeros del distrito sanitario Málaga han tomando muestras a una serie de contactos de los afectados para hacerles una prueba PCR. Se estima que de cada caso positivo hay que efectuar de media otras cuatro PCR a gente que ha tenido contacto con el contagiado.
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Para atajar la propagación del virus, se cerró el centro de Cruz Roja y se aisló a más de un centenar de individuos, a los que se separó en función de su estado. En una parte se situó a los sanos; en otra a los que habían estado en contacto con los infectados, pero que no presentan síntomas, y en otra zona se alojó a los que tenían síntomas y habían enfermado.
Fuentes consultadas por SUR destacaron la celeridad con que se ha actuado para diagnosticar los positivos y llevar a cabo el aislamiento de los contactos de los contagiados. «Estamos preparado para hacer frente los brotes», aseguraron las fuentes, que remarcaron que Andalucía ha reforzado la vigilancia para descubrir con prontitud posibles repuntes del SARS-CoV-2.
En ese sentido, la delegada del Gobierno andaluz en Málaga, Patricia Navarro, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad a la población y aseguró: «Estamos preparados para la nueva realidad».
El Centro de Acogida de Emergencia y Derivación de Cruz Roja de Málaga fue inaugurado el pasado mes de agosto. Las instalaciones tienen 230 plazas, de las que 60 están reservadas para familias con menores y otras 170 son para hombres.
La Consejería de Salud impuso, al comienzo de esta crisis, la ley del silencio a sus profesionales, de forma que no pueden hablar con periodistas si no es con autorización previa. Esto deriva en conversaciones con sanitarios en las que se obtiene información relevante sobre el Covid-19 que luego tiene que ser contrastada con las fuentes oficiales, que unas veces no contestan y otras lo hacen tarde, cuando esos datos ya están desfasados. Es evidente que los esfuerzos tienen que estar encaminados a la gestión de la crisis con prudencia, pero también es imprescindible informar desde la perspectiva independiente y plural que ofrecen los medios para que los ciudadanos sepan lo que está pasando y sean copartícipes de la estrategia en la que todos estamos embarcados: mantener las medidas necesarias que frenen la evolución del virus. Al igual que se le exige al Gobierno central, la Junta de Andalucía debe terminar con estos cortafuegos que sólo provocan desconfianza en la ciudadanía. La prudencia no está reñida con más transparencia.
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