Málaga y el cine, esa pareja feliz

Las galas de festivales, premios y otras hierbas tienen algo de celebración, pero también de peaje, de trámite necesario para disfrutar de algo que está por venir, aunque sólo sea la promesa de una polémica compartida o el simple despelleje colectivo. Al fin y al cabo, casi todo el mundo lleva dentro un entrenador de fútbol, un epidemiólogo, un experto en comunicación política y un guionista de gala de cine. Y quizá por eso, en el delicado balance entre la expectativa y la experiencia, cabe defender que la ceremonia inaugural del 24 Festival de Málaga fue una de las mejores que se recuerdan en la historia reciente del certamen y, también, una cita muy por encima de la media en este tipo de trances.

Capitaneada por la luminosa pareja de presentadoras compuesta por Toni Acosta y Silvia Abril, apuntalada por un guión solvente –y por momentos, brillante–, espoleada por una banda sonora tan potente como ecléctica y entregada a la maravillosa espontaneidad de la actriz Petra Martínez y su Biznaga Ciudad del Paraíso, la gala de apertura fue de más a menos, lastrada en su ecuador por el peaje de los contenidos institucionales y protocolarios, para terminar bien arriba de nuevo con las presentadoras y con la música.

Porque el reparto musical marcó buena parte de la velada, empezando por Miguel Ríos y Black Betty Trio; siguiendo por Mäbu y Estíbaliz Uranga, Niño de Elche y Kiko Veneno para rematar con Sidonie. Fue el propio Miguel Ríos, después de abrir escenario, quien daba paso a un «grandísimo actor y grandísimo amigo»: Juan Echanove.

«Cada vez que piso un escenario, me acuerdo de Gerardo Vera», compartía Echanove en el homenaje que el certamen quiso rendir al cineasta fallecido el pasado mes de septiembre, uno de los encargados de «construir las galas» del festival durante años. Pero el derrotero no iba por la melancolía, sino por la alegría. Y así, Echanove anunciaba: «Va a ser un festival optimista, luminoso, de risas, que buena falta nos hace. Y de comedia».

Y «las reinas de la comedia», Acosta y Abril, se pusieron a los mandos de la gala para despuntar bien alto con brillantez, soltura y naturalidad, sin olvidar las puyas pertinentes a los dirigentes políticos, representados ayer por el ministro de Cultura y Deporte José Manuel Rodríguez Uribes, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico del Pozo y el alcalde de Málaga Francisco de la Torre compartiendo uno de los palcos del Cervantes.

Las presentadoras llegaron «vacunadas contra el virus del pesimismo y contra el bicho». Bueno, sólo Abril, porque Acosta matizó que ella todavía «es joven». Tras las risas, ambas fantasearon con protagonizar una nueva versión de 'Esa pareja feliz', la Película de Oro de esta edición del festival. Claro que después pensaron en el cartel de «una película protagonizada por dos cómicas de más de 45 años»... Y vieron que iba a ser que no. Eso sí, la alusión a la película de Luis García Berlanga rodada en 1953 y restaurada para su proyección en el festival bien servía para destilar una de las esencias de la gala: la pareja feliz formada por Málaga y el cine con el lazo estrechado por el festival.

El guión solventaba con acierto el tránsito desde la reflexión sobre la dificultosa conciliación familiar durante el confinamiento hasta los nombres de las películas de la concurrida sección oficial del certamen este año, segundo con mascarillas. Acosta y Abril reivindicaron el «esfuerzo titánico» de poner en pie un festival en medio de la incertidumbre marcada por la actual crisis sanitaria. Pero, al fin y al cabo, «la cabra tira al monte… y la profesión a la fiesta», como esgrimía Acosta en alusión a las múltiples tentaciones que la ciudad despliega ante quienes acuden aquí al calor del Festival de Málaga.

Repasaban Abril y Acosta las secciones del certamen cuando le tocaba el turno a los documentales que se proyectan en el Echegaray. Justo allí pudo verse en la edición del año pasado 'Niños somos todos', protagonizado por Niño de Elche, que acto seguido se subía a las tablas para rematar su imponente 'Caña por pasodoble de Rafael Romero 'El Gallina', incluida en su 'Antología del cante flamenco heterodoxo'.

Como heterodoxa se expandía Petra Martínez para meterse al público en el bolsillo al recibir su Biznaga en un escenario que había quedado, eso sí, un poco 'ensuciado' por los avíos necesarios para que Kiko Veneno enfilara su 'Luna nueva' tras la entrega del galardón a la veterana actriz de cine, teatro y televisión.

Celia Bermejo y Noemí Ruiz tomaban el testigo en la presentación para dar paso al equipo de 'El cover', ópera prima como director del actor Secun de la Rosa, presentada en la sección oficial fuera de concurso y encargada de abrir diez días de proyecciones de la mano del festival. Un certamen cuyo jurado está presidido este año por Nora Navas, quien quiso destacar cómo el cine en Málaga va a permitir «juntarnos por fin» en una sala que, como el Cervantes anoche, mantiene entre los espectadores la escrupulosa butaca de separación marcada por las autoridades sanitarias.

Pero anoche la norma era la vocación para la alegría, desde las narices de payaso con la que empezaron sus intervenciones Echanove, Acosta y Abril, en alusión al tema que abría escenario de Miguel Ríos 'Que salgan los clowns', hasta el desparrame final de Sidonie y su 'Verano del amor' sonando casi festivalero. Porque ya lo avisó el vocalista de la banda, Marc Ros, antes de empezar: «Esto es el Festival de Málaga y hemos venido a darlo todo». Cómo lo sabe.

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