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Unicaja Banco ha renovado su consejo de administración dos años después de la fusión con Liberbank. La junta de accionistas ha ratificado este jueves el nombramiento de los cuatro consejeros dominicales que representan a la Fundación Unicaja, principal accionista de la entidad con más de ... un 30 por ciento del capital: Miguel González, Juan Antonio Izaguirre, Natalia Sánchez y José Ramón Sánchez. Estos nuevos consejeros sustituyen a Juan Fraile, Petra Mateos, Manuel Muela y Teresa Sáez, que ya no contaban con la confianza del nuevo Patronato de la Fundación Unicaja después de la salida de Braulio Medel.
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Cristina Vallejo
Estos nombramientos ponen fin por tanto a una de las etapas más convulsas de Unicaja Banco, marcada por las polémicas que sobrevolaron la gestión de Medel, acusado de subvertir el canje acordado en la fusión, que establecía un reparto de capital del 60 por ciento para la antigua Unicaja y el 40 por ciento restante para Liberbank, que quedaba absorbida. En la práctica, sin embargo, los votos de los ya exconsejeros afines a Medel permitieron una escalada de poder del bloque asturiano que llegó a amenazar la identidad malagueña del banco.
El relevo de los consejeros dominicales de la Fundación Unicaja, ya nombrados de manera oficial, reorienta la correlación de fuerzas y devuelve el grueso de poder al bloque malagueño. La junta de accionistas ha rechazado además los nombramientos de dos consejeros independientes, Isidoro Unda y Maite Costa, sobre cuya independencia el Patronato de la Fundación Unicaja había expresado tener dudas razonables. Ambos mantienen una buena relación con el consejero delegado de Unicaja Banco, Manuel Menéndez, antiguo CEO de Liberbank y objeto de crítica este jueves por parte de varios accionistas.
Menéndez ha sido acusado de haberse aliado con Braulio Medel para hacerse con el poder de Unicaja. Los sindicatos han arremetido duramente contra la gestión de Menéndez en materia de recursos humanos. María Isabel Casquet, representante de Comisiones Obreras, ha denunciado «la liberbankización» del modelo de negocio, que «ha introducido incertidumbre entre la plantilla y zozobra comercial» en la entidad: «No es un pulso entre dos territorios, sino entre una forma de gestión tóxica y conflictiva y otra de consenso».
Otros sindicatos como Cesica, Suma-T y CSI han culpado a Menéndez de romper la histórica paz social «y el modelo de banca honesta» que había caracterizado a Unicaja y sustituirlas por «un modelo abusivo de relaciones laborales irrespetuoso con los trabajadores y con los clientes», además de pedir que se mantenga la vinculación territorial, que se cumplan los acuerdos de la fusión, que se rebajen los tipos de interés de los préstamos concedidos a los empleados y que se mejore el clima laboral. Menéndez, cuya dimisión han llegado a solicitar estos accionistas, ha preferido no responder a las acusaciones de los sindicatos.
Por parte de la Fundación Unicaja, principal accionista, ha tomado la palabra Sergio Corral, director de la institución, que ha invitado a la entidad a «orientar su actividad a una gestión sana y prudente» para seguir «al servicio de la economía real, de las familias y las pequeñas y medianas empresas». Para eso, ha incidido Corral, «es fundamental que haya un clima laboral que respete los derechos de los trabajadores».
Desde la Fundación, ha detallado su director, defienden que Unicaja Banco no pierda su perfil corporativo tradicional basado en los principios de orientación al negocio minorista, «vinculación al territorio, la rentabilidad, la gestión prudente del riesgo y la responsabilidad social, y que adopte sus decisiones considerando, igualmente, los conocidos como criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza)».
En su respuesta a las intervenciones de los accionistas, el presidente ejecutivo de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, ha evitado contestar a las intervenciones que no han comportado preguntas, pero ha destacado el trabajo del equipo del banco para afrontar el complejo entorno macrofinanciero, así como las soluciones y medidas para gestionar el riesgo climático y la exclusión financiera. Con respecto a las relaciones laborales, Azuaga ha explicado que cualquier proceso de fusión, cuando además lleva aparejado una reestructuración de oficinas y empleados, «produce desajustes» en su funcionamiento: «Se están tomando medidas y van a seguir tomándose, hasta completar el normal funcionamiento de la entidad. Espero contar con el esfuerzo y sacrificio de todos y espero que las relaciones laborales se desenvuelvan en un clima de diálogo, consenso y acuerdo con los representantes de los trabajadores».
Tanto el nombramiento de los consejeros propuestos por la Fundación Unicaja como la salida de los independientes afines a Menéndez han sido aprobados con mayoría suficiente por la junta de accionistas y renuevan el consejo de administración, que queda con tres vacantes y doce sillones ocupados, devolviendo el control de la entidad al bloque malagueño. Buena parte del Patronato de la Fundación fue reemplazada recientemente, ya bajo el mandato de José Manuel Domínguez, que ha abierto una etapa menos personalista y de mayor transparencia que Medel.
La junta de accionistas ha contado con un quórum representativo del 86 por ciento del capital social, de los que casi el 13 por ciento ha asistido personalmente, mientras que el 73 por ciento restante ha asistido representados. Tras las decisiones adoptadas en esta sesión, el consejo de administración de Unicaja Banco refleja por primera vez en dos años el reparto de poder acordado en la fusión.
La participación de accionistas como Tomás Olivo ha sido clave para el cambio en el consejo de administración de Unicaja. Olivo ha comprado en los últimos años varios paquetes de acciones que le han permitido posicionarse como cuarto mayor accionista de la entidad. El empresario pasó en noviembre a tener el 6,8 por ciento del capital del banco. También votaron en contra de los independientes afines a Menéndez y a favor de los dominicales de la Fundación Unicaja los dueños del grupo Mayoral, que poseen un 8,5 por ciento y tienen a Rafael Domínguez de la Maza en el consejo.
Ahora Unicaja Banco tendrá que fichar lo antes posible a tres consejeros independientes para ocupar las vacantes y aumentar el porcentaje de mujeres para evitar problemas con el Banco Central Europeo (BCE), que supervisa cualquier cambio en la entidad.
Antes de la junta de accionistas de Unicaja Banco, varios sindicatos como Comisiones Obreras han convocado una protesta para criticar «el modelo de negocio caótico» y la «conflictividad» de las relaciones laborales. Y el centro de sus críticas ha sido Manuel Menéndez, consejero delegado de la entidad (número dos tras el presidente) y antiguo CEO de Liberbank. Los sindicatos acusan a Menéndez de haber trasladado al banco malagueño «el mal clima laboral» que reinaba en la ya extinta entidad asturiana. Algunos manifestantes han acudido con camisetas donde podía leerse «¡Dirección culpable!» y hojas donde habían impreso: «Menéndez liquidó Cajastur y ahora va a por Unicaja».
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