Los mercados funcionan de forma similar a una hilera de fichas de dominó. Basta con que falle un elemento para que todo el sistema se vea afectado, desestabilizado o en el peor de los casos, colapsado. A lo largo de las últimas semanas han llegado ... noticias desde el otro lado del Atlántico sobre las nuevas políticas proteccionistas del presidente norteamericano, Donald Trump, que pretende potenciar la mano de obra en su país gravando con aranceles e impuestos los productos que llegan procesados desde otros mercados.
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El primer gran afectado español de esta reforma a los impuestos –que todavía no ha sido aprobada de forma definitiva–, es el sector de la aceituna de mesa. Explicado de forma sencilla, la intención de Trump es que la mano de obra que procesa ese producto se quede en su territorio, por lo que las aceitunas que lleguen a granel no serán objeto de gravamen, pero sí las que ya están listas para ser consumidas (partidas, aliñadas y envasadas en función de la variedad). Así lo explica Paz Hurtado, presidenta de la Comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Málaga (además de copropietaria de la empresa de aceitunas de mesa Hutesa).
«La preocupación no sólo está con el olivar, sino que también hay miedo en el aceite de oliva», señala Hurtado, en contacto constante con diferentes agentes del sector. Asegura que desde la propia Cámara de Comercio, al igual que desde la mayoría de instituciones, están «en standby», esperando a que se desarrollen los acontecimientos, ya que ha sido un giro tan inesperado y repentino que «no ha habido tiempo de crear estadísticas reales ni hacer trabajo de campo».
Para comprender el impacto que podría tener en Málaga el resentimiento de las relaciones comerciales con América del Norte, conviene conocer el peso de este mercado en la provincia. Según los datos de Extenda (Agencia Andaluza de Promoción Exterior), las exportaciones de Málaga a EEUU alcanzaron los 144 millones de euros en 2017, lo que supone un crecimiento del 617%, (se multiplican por siete desde 2008). Este incremento es 512 puntos superior al que experimentaron las ventas de Andalucía en el mismo periodo, gracias al tirón del aceite de oliva, principal producto exportado. Le siguen la electrónica, las bebidas, los aparatos ópticos, la relojería y el sector textil. Estados Unidos es actualmente el sexto importador de productos malagueños.
Volviendo al sector que ya se está viendo afectado, el grueso de la producción de la aceituna de mesa está de Andalucía en Sevilla, aunque la empresa malagueña Dcoop forma parte de los procesos y parte de su superficie productiva tanto en la provincia como en otros puntos de Andalucía está vinculada a la oliva para el consumo directo. Esteban Carneros, portavoz de la cooperativa, asegura que los representantes políticos deben «tomar medidas» para evitar que la situación llegue a mayores.
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Desde Dcoop están tratando de prepararse para la entrada en vigor de la nueva ley. «Tenemos que pensar en cómo adaptarnos», indica Carneros, que recuerda que Estados Unidos no es «el principal» importador de la empresa, pero que gravar el producto puede afectar al resto de mercados por el excedente. «La situación es preocupante», concluye.
Fruto del temor generalizado, agricultores, cooperativistas, entamadores y envasadores de aceituna de mesa han convocado una concentración conjunta el próximo 5 de julio ante el Consulado de EEUU en Sevilla para pedir la retirada de los aranceles, según informó la unión de jóvenes agricultores (Asaja) de Sevilla. Esta manifestación, en la que participarán uniones de toda la región, tendrá lugar en los días previos a la reunión de la Comisión de Comercio Internacional del país norteamericano, organismo que tiene la última palabra para dar por válida la medida propuesta por Trump en respuesta a una denuncia interpuesta por varias empresas de California. «Desde Asaja-Sevilla consideramos que es fundamental que tanto el Gobierno de EEUU como la propia Unión Europea entiendan que con la imposición arbitraria de aranceles se están poniendo en riesgo más de dos millones de jornales y 8.000 empleos directo», reza el comunicado de convocatoria.
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Por países, Bulgaria es el país que más crece como importador de productos andaluces (un 44%). El país europeo se ha situado como el décimo destino de las ventas de la región, con 429 millones de euros (3,9% del total). El segundo en crecimiento y primero destino de las exportaciones es Alemania, con 1.481 millones de euros (13,3% del total) un 31,7% más que en el primer cuatrimestre de 2017. El tercer destino que más crece es China, un 13,2% hasta los 451 millones de euros (4% del total). Estados Unidos sigue siendo el primer mercado no comunitario, con 517 millones (4,6%).
La Unión Europea tiene un papel fundamental en la respuesta a esta situación. Paz Hurtado, de la Cámara de Comercio de Málaga, recuerda que existe una gran diferencia entre las medidas de control a los productos que llegan a Estados Unidos y los que se importan a Europa. «Los mecanismos son mucho más exigentes en América», señala, por lo que la Unión Europea tiene margen para responder a las medidas proteccionistas de Trump.
En Málaga, según apunta Hurtado, hay otro sector que se verá afectado si la política de aranceles sigue adelante, y es el del aluminio. «En la provincia hay muchas pymes que trabajan estos materiales mediante contratos de producción de vehículos que todavía no se han firmado a la espera de que se asiente la situación». De nuevo, dada la novedad de esta posible política, no existen datos ni estadísticas claras al respecto.
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La denuncia. Empresas californianas señalan intrusismo por las aceitunas que llegan procesadas de Europa, al haber sido tratadas con mano de obra subvencionada.
Los aranceles. La respuesta de Trump pasa por favorecer la mano de obra en su país gravando con aranceles especiales a la aceituna que ya llega procesada de fuera
Más sectores. Gravar la mano de obra externa también puede perjudicar a otros sectores, que ya están viendo mermados sus contratos, como el del aluminio, muy presente en Málaga.
Pese a que no les afecta directamente, algunas empresas exportadoras de la provincia mantienen la mirada fija al otro lado del Atlántico, por si la guerra comercial se expandiera a otros sectores. El fundador de la multinacional tecnológica Airzone, Antonio Mediato, destaca que las relaciones comerciales con Estados Unidos no siempre han sido fáciles. «A veces el arancel está en la parte técnica que exigen a los productos para estar certificados de acuerdo con su legislación». Pese a ello, Mediato descarta que los aranceles lleguen a su área de trabajo (sistemas de aire acondicionado y domótica): «La ingeniería europea está muy bien valorada».
Desde Mayoral, una de las principales empresas textiles de España con sede en Málaga, explican que por ahora no se han visto afectados por la situación, pero que se mantienen vigilantes. «Es obvio que estamos preocupados por la creciente tensión comercial entre ambos bloques, pero esperamos que las administraciones lleguen a un punto de encuentro que permita normalizar las relaciones», indicó a SUR un portavoz de la compañía.
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En el sector vitivinícola, la exportadora Bodegas Málaga Virgen (presente en 27 países) recuerda que los aranceles son «habituales» en los mercados internacionales y que «hay que trabajar» para evitar que tengan consecuencias negativas, según explica el gerente Didier Bricout.
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