La mínima paralímpica conseguida en el Maratón de Málaga

En la línea de salida del grupo 'élite', el que marcaba los tiempos en el Zurich Maratón de Málaga, hubo un corredor que llamaba especialmente la atención. Y es que no es habitual encontrarse con un paratleta internacional en este selecto grupo de profesionales. Pero no existen barreras cuando la motivación es la que lleva las riendas. Y es que su meta no sólo era debutar en un maratón, sino buscar la mínima paralímpica para Tokio 2020. Y lo consiguió.

El peruano Carlos Sangama, con un tiempo de 2 horas y 39 minutos (fue el 44º de la clasificación general) rompió sus propios esquemas y consiguió el pasaporte para el sueño que esperó toda su vida. «Ha ido mejor de lo esperado. He conseguido la mínima paralímpica para Tokio. La organización me dio la facilidad de salir desde el grupo 'élite', me he pegado al grupo hasta el final y ya en el tramo final me he separado, pero estoy muy contento», explicó el internacional. No le bastó más que un brazo y todo su ímpetu para reescribir su propia historia.

Además de esto, cuenta con una peculiaridad más el profesional peruano y es que, hasta hace dos meses, era mediofondista. «Yo hacía 1.500 y he pasado a maratón, este es mi primer maratón. Entrenamos con el grupo de Rodolfo Gómez (mexicano), vivo en Cali, en altura y este circuito en Málaga es bastante plano y a la altura del mar, por eso apostamos por venir a Málaga», explicó sobre el por qué se decantó por la capital costasoleña para buscar la anisada mínima. Le será difícil ahora deshacerse de la sonrisa con la que cruzó la meta: «Los Juegos siempre han sido mi sueño, no tengo palabras ahora para explicar esto. Para ser mi primer maratón, lo he hecho bien».