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Son los líderes de los dos proyectos deportivos más importantes de la provincia. En torno a sus decisiones se generan cada día cientos de opiniones, valoraciones, noticias y, por supuesto, emociones. No se conocían personalmente y eso que cada día trabajan a sólo unos metros de distancia. La calle Miguel de Mérida Nicolich separa el Palacio de los Deportes y el estadio de atletismo, los cuarteles generales del Unicaja y el Málaga, respectivamente, y donde Luis Casimiro y Juan Ramón Muñiz dirigen cada día al Unicaja y al Málaga para que consigan sus objetivos. Uno busca volver a la Euroliga o ganar un título; el otro, el soñado regreso a Primera División. SUR los reunió por primera vez para analizar una primera parte de la temporada muy positiva para sus equipos. Sin saberlo, los dos entrenadores tenían mucho más en común de lo que se pensaba, empezando por ser dos tipos normales fuera de las estridencias que presiden el perfil de un entrenador de élite.
Ambos tuvieron una primera etapa positiva en Málaga, los dos han regresado a la ciudad y viven un momento dulce en lo deportivo. Muñiz es aficionado al baloncesto, Casimiro está pendiente del fútbol y, casi sin saberlo, tienen hasta amigos comunes. Ambos se han emplazado para invitar al otro a partidos del Málaga y del Unicaja.
El encuentro se produjo el pasado jueves, al día siguiente del partido del Unicaja en la Eurocup frente al Fiat Turín. Muñiz aguarda la llegada de Casimiro. Acaba de dar la rueda de prensa previa al viaje a Oviedo. Son dos mundos distintos, el baloncesto y el fútbol, que se encuentran en un metro cuadrado y que se saludan como los que se conocen de toda la vida. Enseguida conectan. Hablan de Gijón, donde tienen lazos familiares; también de Valencia, donde los dos trabajaron años atrás; de lo bien que van las cosas, y, por supuesto, de fútbol... Intercambian impresiones de Gijón, ciudad que conocen bastante bien. Muñiz, obviamente, porque es de allí. Casimiro, porque dirigió al equipo de baloncesto. «¿Cuando era Lagisa Gijón?», pregunta Muñiz. «No, era Gijón Baloncesto. Hace ya demasiado tiempo...», bromea sonriente Casimiro. Habla de la temporada 1996-97, cuando Muñiz aún jugaba en el Rayo Vallecano.
Quizá la buena sintonía obedece a ese perfil tan parecido que tienen. Casimiro tiene una merecida fama de tipo normal, algo que incluso ha llamado la atención dentro del propio Unicaja. Muñiz, por su parte, es una personal aparentemente más seria, pero de un trato excelente con su círculo de confianza. Quizá por eso nunca perdió la conexión con Málaga y el Málaga durante los años que estuvo en otros equipos.
Juan Ramón Muñiz, Entrenador del Málaga
Juan Ramón Muñiz, Entrenador del Málaga
Casimiro llega al estadio de atletismo acompañado de su hija, aficionada al fútbol y que se hace una foto con ambos para inmortalizar el encuentro. El manchego rápidamente felicita a Muñiz por el trabajo que está haciendo: «Estáis que os salís». El técnico del Unicaja acudió hace dos fines de semana al partido contra el Cádiz y le impresionó la complejidad de la Segunda División. «Los dos equipos estaban apretados en treinta metros, en un cuarto del campo... La conclusión que saqué es que el entrenador es muy importante en Segunda División. Ves cómo el equipo corre en bloque, presiona en bloque, achica los espacios, juega muy junto... Eso en Primera es difícil de ver, donde hay más espacio, y por eso creo que el entrenador es clave para los equipos que lo quieren hacer bien», explicaba Casimiro, lanzándole un guiño a Muñiz, mientras se realizaba la sesión de fotos que ilustra este reportaje y la portada de hoy de SUR.
Ambos se interesan por la zona en la que se residen y Casimiro recuerda la evolución de Málaga: «Cuando vinimos para jugar la Copa en Málaga con el Pamesa recuerdo que para no meternos en el Centro nos llevaron del hotel Málaga Palacio al Martín Carpena por la calle Pacífico y todo era un camino de tierra, con un montón de edificios que comenzaban a construirse. Yfíjate cómo está ahora...»
Ninguno vive ajeno a lo que le sucede a su vecino, a pesar de que no se conocían hasta que coincidieron por iniciativa de este periódico. Muñiz es un aficionado a cualquier tipo de deporte, pero de forma especial al baloncesto. Durante su etapa en el Levante solía acudir a los partidos del Valencia Basket –«coincidí con el que era su entrenador, Pedro Martínez, en algunos actos», aclara el gijonés– y entabló una buena amistad con Chechu Mulero, director deportivo del conjunto naranja y en su día asistente e incluso entrenador interino en el club de Los Guindos, que también es muy amigo de Casimiro. «¡Uf! ¿Chechu? Ese es muy 'colchonero'...», le interrumpe el entrenador del Unicaja, que segundos más tarde confiesa que también comparte afición por el Atlético de Madrid.
Luis Casimiro, Entrenador del Unicaja
Luis Casimiro, Entrenador del Unicaja
«Sigo bastante el baloncesto, me gusta. Es un deporte que genera un espectáculo muy interesante. Esperemos que este periodo positivo sea largo, que podamos disfrutar mucho tiempo en la ciudad y de los dos clubes. Ojalá consigamos lo dos lo mejor para estar en la mejor categoría posible y que Málaga sea una referencia por tener a dos equipos en la élite. Es algo que es muy beneficioso para la ciudad», dice Muñiz sobre el objetivo final de cada equipo.
Como se puede comprobar, el entrenador del Málaga no menciona la palabra 'ascenso' en ningún momento. La realidad es que no lo ha hecho en lo que va de temporada. Ni el clima distendido de la entrevista le hace perder el norte, y regatea bien ante una segunda intentona del periodista. «Los dos equipos estamos bien situados para afrontar la segunda parte de la temporada. Estamos ilusionados, tenemos grandes retos por delante y estamos en el camino. La ilusión está intacta», insiste Muñiz.
Valencia es el nexo de unión de Casimiro con el fútbol. Allí coincidió con su paisano, el exguardameta internacional Santiago Cañizares. «Me gusta el fútbol. Tengo un amigo mío, mi hermano Cañizares, y por él lo viví mucho más de cerca cuando estaba en activo como portero. No entiendo mucho, pero sí me gusta ver los buenos partidos. Y en la ciudad en la que estoy, pues si hay un buen encuentro, me gusta ir a verlo, como el otro día hice cuando el Málaga jugó en La Rosaleda contra el Cádiz», explica Casimiro, que aborda el futuro con más normalidad, quizá sin la presión que rodea al mundo del fútbol y desde la perspectiva más abierta del baloncesto en lo que a la relación con los medios de comunicación se refiere. «Ojalá volvamos a cruzar las copas por los éxitos conseguidos durante la temporada y podamos hacer la misma foto celebrando algo», explica sobre su deseo deportivo para 2019. El brindis de la normalidad y ojalá que del éxito futuro.
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