Salva Reina reaparece con muleta en 'La Revuelta' tras ganar el Goya: «No quería ir a la gala como Manuel Fraga»

Pletórico, feliz y con esa satisfacción que da el trabajo bien hecho, con reconocimiento incluido. Así apareció anoche Salva Reina en el plató de 'La Revuelta'. Acompañado de un objeto que sorprendió al público: una muleta. El actor malagueño, uno de los triunfadores de la última gala de los Premios Goya -donde logró la estatuilla a mejor intérprete de reparto- regresó al programa de David Broncano. Esta vez como protagonista, no como acompañante de su pareja Kira Miró (como ocurrió hace poco más de un mes). Él mismo era consciente de que nadie lo daba como favorito, pero su sincera y valiente recreación del malagueño Felipín en 'El 47', uno de esos dos millones de emigrantes andaluces que salieron de su tierra para buscar un futuro en Cataluña en la segunda mitad del siglo XX, le ha valido el premio del cine español. «No se lo esperaba nadie», «pero tan malamente no lo he hecho», espetó entre risas en respuesta a quienes no confiaron en él.

El humorista malagueño no ocultó su sorpresa por lo ocurrido la noche del sábado. Su emoción al recibir el premio, también inesperado para él, y las emotivas palabras que dedicó tanto a su familia como a su pareja -Kira Miró- acabaron haciendo viral su discurso en Granada al recoger el Goya: «Hice bastante el ridículo, lloré», afirmó en 'La Revuelta'. La euforia -reveló- le llevó a abrazar a su paisano Antonio Banderas. «Lo vi con los brazos abiertos y dije 'A ti va a ser' y me abracé a él. Desde aquí le mando un beso», compartió entre risas.

Sobre su aparición con muleta, el malagueño contó que se hizo daño en el menisco antes de la celebración de los premios cinematográficos. «No quería ir como Fraga» indicó para acto seguido explicar que le hicieron una infiltración para que pudiera acudir sin dolor a la celebración. «Venía tocado del menisco, cosas de pureta. En la gala no me dolía pero por la mañana sí. Me he reinfiltrado para poder venir», reveló sobre su dolencia.

Con su sentido del humor por bandera, Salva Reina no dejó de hacer bromas ante Broncano. Para empezar, lo que parecía ser la estatuilla del Goya tapada con un trozo de tela oscuro acabó siendo una cabeza de buda. «Robado de la entrada de una casa de un futbolista» señaló entre risas el presentador al enseñársela al público.

Además, el actor malagueño aprovechó su visita para vengar a su pareja y le llevó «un mensaje especial» de parte de la actriz a Broncano, a quien acabó echándole agua a la cara con una jeringuilla gigante. «Traicionera. Estás sentenciada, novia traicionera», exclamó el presentador. «Ha enviado a sus esbirros. Todo esto era un complot», apostilló el intérprete. «Era un plan para que yo no me esperase el chorrazo en la cara. Enhorabuena», replicó David. «Además, es de su boca, hay un vídeo que lo atestigua», añadía de nuevo entre risas el ganador del Goya.

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