Sara L. Fernández, Manuel Borja-Villel, Rogelio López Cuenca y Elo Vega, este domingo en La Invisible. Marcos Álvarez

Rogelio López Cuenca en La Invisible: «Inaugurar es la única relación que los políticos tienen con la cultura»

El centro sociocultural presume de apoyo del Reina Sofía y del Centre Pompidou en la última jornada del congreso Multiplicity

Domingo, 27 de febrero 2022, 18:24

Reina un ambiente relajado, casi festivo, en el patio de La Casa Invisible, de hora del aperitivo con amigos un domingo cualquiera, antes de que la melancolía se apodere de los últimos compases de la semana. El centro sociocultural enfila el tramo final de su ... congreso Multiplicity y sus promotores saben que pocas veces como esta en sus casi 15 años de vida han podido presumir de un apoyo institucional tan potente como ahora, cuando sobre la iniciativa pesa una orden de desalojo municipal pendiente de concretarse.

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El director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Manuel Boja-Villel, regresa una vez más para dar su apoyo a La Invisible. Los problemas con la conexión telemática impiden la participación a distancia del director honorario del Museo Nacional de Arte Moderno adscrito al Centre Georges Pompidou, Bernard Blistène, cuyo texto lee el propio Borja-Villel junto al gestor cultural Kike España. La directora del IG Kultur Österreich de Viena, Gabriele Gerbasits, detalla el apoyo de la capital austriaca a las iniciativas autogestionadas. Y los artistas Elo Vega y Rogelio López Cuenca ponen sus dedos en algunas llagas, como ese instante en el que López Cuenca denuncia: «Inaugurar es la única relación que los políticos tienen con la cultura».

El patio interior de La Invisible está casi lleno para asistir a la jornada final del congreso internacional con el que el centro sociocultural malagueño ha respondido al, por ahora, último amago municipal de desalojar el inmueble cuya cesión en precario sigue pendiente de resolverse 15 años después del nacimiento de esta iniciativa autogestionada. «No es tolerable que un proyecto venga desde abajo», denuncia López Cuenca, al hilo de la respuesta de la administración local ante el desarrollo de La Invisible.

Cierra el artista malagueño una jornada final donde tanto él como Elo Vega repasan y denuncian una estrategia municipal que «entiende la cultura como un activo vinculado a la economía y, en particular, al sector servicios». Así, Elo Vega reivindica «la experiencia de La Invisible buscando un sentido a la cultura más allá del espectáculo».

Una iniciativa que la creadora enarbola en su vocación «horizontal» y en su capacidad de «generación de pensamiento crítico» que Vega y López Cuenca contraponen a la planificación municipal cuajada en la llamada 'ciudad de los museos'. Y de ese hilo tira López Cuenca para contraponer la crítica que su trabajo artístico o el de Borja-Villel en el Reina Sofía suelen recibir como arte «político» con otras propuestas: «No hay un museo más político que el Revello de Toro, sólo que ahí está vinculado al 'establishment'».

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La intervención conjunta de Elo Vega y Rogelio López Cuenca cierra una jornada que venía precedida por la fallida conexión telemática con el director honorario del Museo Nacional de Arte Moderno adscrito al Centre Georges Pompidou, Bernard Blistène. Ante los problemas técnicos, el representante de La Invisible Kike España y el director del Reina Sofía fueron traduciendo el texto de Blistène casi a modo de performance. «No puedo pensar que la historia del arte está muerta. Por supuesto no está muerta. pero el paradigma sobre el que vive ha colapsado», sostenía el director honorario de la institución francesa que cuenta con una delegación en Málaga desde marzo de 2015.

«Formamos parte de la crisis»

«Lo que está en cuestión más que nunca es el modelo conceptual de la historia del arte», seguía el exdirector del Pompidou galo antes de añadir, casi a modo de confesión: «Como director de museo e historiador del arte el problema es buscar otras formas de trabajar». Una forma de trabajar atenta a las «nuevas narrativas» para salir del atolladero en el que Blistène contempla a instituciones como el propio Pompidou: «Formamos parte de la crisis que el propio museo generó».

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Borja-Villel tiraba de humor para traducir sobre la marcha y, por el camino, comentar el largo y prolijo texto del gestor cultural galo. Antes, en su propia intervención, el director del Reina Sofía hacía una nueva defensa a ultranza de La Invisible. «Un espacio como este es absolutamente esencial para la salud cultural y democrática de una ciudad como Málaga», sostenía Borja-Villel. Minutos antes, el director del Reina Sofía saludaba el «extraordinario nivel» de los debates organizados estos días por La Invisible. Y apostillaba, al hilo de su participación en la feria de arte contemporáneo Arco que este domingo cierra sus puertas: «Una parte del sistema del arte se ha convertido en una burbuja que tiene muy poco contacto con la realidad y eso es un drama».

Ante eventos como Arco, Borja-Villel abogaba por iniciativas basadas en la interpelación con el público. «Interpelar significa cuestionar esta violencia estructural que tenemos todas las instituciones», compartía el director del Reina Sofía antes de romper una nueva lanza en favor de La Invisible: «La cultura es un ecosistema, una estructura donde todos dependemos de todos. Eso es fundamental para la supervivencia de la cultura y si ese ecosistema no se cuida, tenemos un problema».

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El ecosistema cultural vienés fue el objeto de la charla de Gabriele Gerbasits, quien se detenía en el caso del proyecto WUK, un centro autogestionado en una antigua fábrica de 12.000 metros cuadrados que recibe 1,24 millones de euros de subvención municipal del gobierno local vienés. «Viena es famosa por la Filarmónica, por sus grandes teatros, por la ópera y sus grandes museos de arte. Casi todos se financian por dinero público y presentan una gran dependencia del público turístico, que representan más del 80% de sus visitantes. Así, tenemos una colección de tesoros nacionales, pero no una función social, ya que no es su misión principal tener un impacto en la proyección social», sostenía Gerbasits en su conferencia telemática.

«Una vida cultural viva necesita variedad y si la política es lo suficientemente inteligente, la apoya en toda su amplitud», defendía Gerbasits en la charla inaugural de la última jornada de Multiplicity. Y en el patio interior de La Invisible todos asentían en silencio con la cabeza. Porque sabían que la gestora estaba hablando de Viena, pero el eco de esa sentencia llegaba con fuerza hasta el centro sociocultural malagueño, pendiente de la aplicación de una nueva orden de desalojo.

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Dora García, un Premio Nacional de Artes Plásticas en La Invisible

'Como una bola de nieve' es el título de la exposición colectiva que La Casa Invisible espera inaugurar en un par de semana y que contará con la participación, entre otros artistas, de Dora García, último Premio Nacional de Artes Plásticas. Lo anunciaba este domingo Libia Castro, que forma pareja artística con Olafur Olafsson, ambos presentes en la última jornada del congreso Multiplicity promovido por La Invisible. Junto a Dora García, Castro y Olafsson, 'Como una bola de nieve' también contará con piezas de Lara Almárcegui y Nuria Güell, como avanzó la propia Castro.

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