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El ambiente del festejo de ayer en La Malagueta fue propio de las grandes tardes en una plaza de toros. Los aficionados no quisieron perderse el adiós de Enrique Ponce en la temporada de su despedida de los ruedos, además de la búsqueda de ... algún atisbo de Morante de la Puebla y el disfrute con la maestría, la lentitud y el buen hacer de Juan Ortega. Entre otras caras conocidas estaba el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Pese a irse de vacío, Ponce denotaba en el callejón una sensación de rabia por no haber conseguido al menos un trofeo con el primero de su lote, el torero mostraba a su vez su cara amable que reflejaba un sabor de emoción de cómo la afición se volcó con él en el momento de abandonar el ruedo, en el que llegó a besar la arena.
Aunque, como decimos, Enrique Ponce reconoció a este periódico en el callejón que le hubiera gustado salir del coso del Paseo de Reding de otra manera, explicó que «ha sido una despedida muy emotiva y cómo la gente me ha despedido con esta vuelta al ruedo. Me voy contento porque yo se cómo he estado ya que creo que he dado una dimensión importante, aunque sin triunfo, con dos toros que no eran fáciles».
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Concretamente, sobre los astados de su lote consideró que fue merecedor de un apéndice. «Los toros no han ayudado demasiado. El primer toro creo que le ha pillado a la gente un poco friota porque pienso que era para una oreja, he matado muy bien además, y esperaba una oreja. En cuanto al segundo he hecho un esfuerzo con él y midiéndolo mucho porque se descomponía mucho en cuanto tocaba la muleta, aunque ha entregado la cuchara y no había más que hacer», dijo.
Como recuerdo de su paso por la plaza malagueña a lo largo de su dilatada carrera como matador de toros, destacó la tarde en la que se indultó al toro 'Jaraiz'. «No cabe duda que aquello fue un hito. Una de las faenas grandes de mi vida fue aquella, sin duda. Una de las faenas que pasarán a la historia de La Malagueta, aunque también ha habido otras. Y es que ha sido una plaza muy bonita para mi», afirmó.
En la memoria de los aficionados quedarán grandes tardes de gloria, de triunfo, de emoción, de manos de esta figura de la tauromaquia.
Por otro lado, durante la mañana, JuanOrtega visitó la exposición 'Paquirri, siempre en la memoria', que permanecerá abierta hasta el próximo sábado 24 de agosto en los interiores de la plaza, en homenaje al diestro gaditano en el 40º aniversario de su muerte. El torero sevillano pudo contemplar la muestra, que está compuesta por 42 fotografías captadas por las cámaras de algunos de los mejores fotógrafos taurinos, y declaró a SUR que «tenía mucho interés en venir porque precisamente tomé la alternativa en Pozoblanco y además en una fecha en la que se conmemoraba el 30 aniversario de la muerte de Paquirri. Aquella corrida, aquella alternativa estuvo muy condicionada por la fecha que era y el homenaje que se le dio allí al maestro, y cuando me enteré de la exposición en Málaga me sentía en la obligación de conocerla y de profundizar en la figura del maestro».
Juan Ortega se encontraba horas antes de iniciar el paseíllo en el coso del Paseo de Reding muy contento de volver a reencontrarse con la afición taurina malagueña. «Málaga es de las ferias importantes de la temporada. Cuando uno está en estas fechas a mediados de agosto, cuando la temporada está bastante avanzada, estas corridas te las tomas con un interés especial porque tienes que hacer un esfuerzo para llegar aquí y por ver ese toro, esa presencia, esa exigencia del público... Pero dentro de todo eso, de toda esa responsabilidad, en mi caso, desde que debute aquí de novillero, siempre he tenido un vínculo con esta plaza. He tenido grandes faenas aquí, siempre me he sentido querido y entendido y entonces viene uno tranquilo, a gusto, a disfrutar de Málaga. Es de las plazas que he sentido con sensibilidad», afirmó.
También, el diestro hispalense reconoció que la actual temporada «es la que más estoy toreando en mi vida, cumpliendo muchos de los sueños que tenía desde niño, pisando muchas ferias, haciendo muchos viajes... porque yo veía las figuras del toreo cuando era niño y me daba mucha envidia. Feliz de andar el camino, de compartirlo con la gente, de estar haciendo lo que me gusta, que es torear y sentirme torero cada día. Y noto mucho la afluencia de público, la cantidad de gente que está yendo a las plazas, y me sorprende que haya tanta gente joven porque, pese a que pueda parecer que es un espectáculo para mayores, caro, que dura mucho tiempo... pero, sin embargo, ha generado una atracción en la gente joven tremendo y eso te da un gusto grande».
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