Oreja para Ortega en el emotivo adiós de Ponce a Málaga
Toros. ·
El valenciano dio una vuelta al ruedo como reconocimiento a su trayectoria en La Malagueta en una tarde donde lo más artístico con capote y muleta lo firmó el sevillano, mientras que Morante dejó retazos
El reloj de La Malagueta marcaba las 20.40 horas del viernes 16 de agosto cuando el publico que llenó los tendidos tributó, en pie, una cerrada y sentida ovación a Enrique Ponce, quien la recogió en el centro del ruedo con emocionado gesto y ... agachándose para coger albero y besarlo en gesto de agradecimiento. Fue la manera en la que Málaga dijo adiós a un torero que esta temporada se despide de los ruedos y es parte fundamental de la historia de esta plaza, donde ha cuajado grandes actuaciones y ha dejado inscrito su nombre al protagonizar los dos únicos indultos en los 148 años de historia del coso: 'Guisante', del hierro de Buenavista, en 2000 y 'Jaráiz', de la ganadería de Juan Pedro Domecq en la Corrida Crisol de 2017. Es cierto que no fue la despedida soñada por el torero de Chiva ya que no consiguió un gran triunfo en una tarde «especial» para él como había reconocido en declaraciones previas al festejo. Y es que el mal juego de los toros llegados desde la finca de 'Lo Álvaro' echó por tierra las ilusiones de la terna y donde lo más artístico del festejo lo firmó Juan Ortega, mientras que Morante dejó retazos.
Con ganas salió Ponce en su primero, un toro que atesoraba las mismas dosis de gran nobleza que de falta de fuerzas. El de Chiva lo lanceó con templadas verónicas en el recibimiento. A la salida del primer puyazo 'Melopea' sufrió un costalazo que mermó sus ya escasas fuerzas. Sin embargo, en la plaza había confianza en que la poderosa técnica y las muñecas de Enrique Ponce, como en tantas otras ocasiones ante reses de similares características, obrase la proeza de lograr una buena faena. Eso mismo debió pensar el diestro cuando brindó al público un trasteo marcado por tandas a media altura, templadas y con elegancia, donde sobresalieron algunos naturales ligados con el pase de pecho. Concluyó con unos vistosos muletazos con la rodilla genuflexa. En esos momentos parecía que tenía la oreja en la mano. Mató de una estocada trasera y desprendida y el burel tardó en caer, lo que enfrió los ánimos del público, dejando el premio en una ovación.
Un público que estuvo toda la tarde con Enrique Ponce y que empujó para que pudiera triunfar en su segundo. Para la historia quedará que el último toro que estoqueó en La Malagueta llevó por nombre 'Visigodo', un animal sin clase ni raza que imposibilitó que pudiera cerrar con brillo su trayectoria en Málaga, donde ha actuado en un total de 53 festejos desde que debutó en el coso del Paseo de Reding el 12 de agosto de 1991. Ponce recibió con voluntariosas verónicas a un burel que no se entregó en ningún momento. Brindó su última faena en Málaga al torero local Javier Conde, su compadre y con quien le une una estrecha amistad. Con la muleta, el valenciano lo intentó por ambos pitones en los terrenos fronterizos de los tendidos dos y tres ante un burel sin recorrido y con una embestida sosa, aún así le arrancó algunos muletazos estimables y dos jaleados cambios de manos, tan característicos de su toreo, presididos por la templanza. Dejó un pinchazo sin soltar antes de cobrar una estocada baja. Cuando el 'juanpedro' fue arrastrado el público le tributó una ovación que el diestro recogió desde el centro de la arena y se mostró remiso a dar la vuelta al ruedo; fue la insistencia del respetable y de su cuadrilla la que llevó a recorrer por última vez el anillo malagueño en lo que fue el reconocimiento a la trayectoria de un torero, que guste más o menos su tauromaquia, hay que reconocerle su grandeza dentro y fuera de la plaza y que ha marcado una época en la fiesta nacional.
Junto a la despedida de Ponce, la tarde de la segunda de las corrida de toros del abono malagueño quedó marcada por el monumento que Juan Ortega, una vez más, hizo al toreo de capote a base de temple, lentitud y empaque.
Majestuoso fue el ramillete de verónicas mecidas con despaciosidad y la media al ralentí con las que recibió al primero de su lote, un toro anovillado y que desde el inicio mostró su falta de raza. Ortega lo llevó al caballo con primorosas chicuelinas abrochadas con una verónica con la rodilla genuflexa preñada de sabor. A la salida del peto 'Surrealista' blandeó y dio síntomas de tener algún problema en sus manos. En la muleta el sevillano lo intentó infructuosamente ya que en aquel pozo no había ni una gota de raza ni de casta. Mató de estocada casi entera.
Ortega volvió a encandilar con el recibimiento capotero al último de festejo. Sublimes por su temple fueron las verónicas con la rodilla genuflexa, rematadas con dos medias que fueron dos auténticos carteles de toros por su perfecta ejecución y su plasticidad. No se le pegó mucho en el caballo a 'Lacerado', que llegó con cierta movilidad a la muleta. El diestro sevillano brindó la faena al director de Asuntos Taurinos de la Diputación de Málaga, Borja Ortiz, y comenzó su trasteo con unos soberbios ayudados por alto con sabor rematados con un molinete y un pase de pecho. Las tandas por ambas manos, ante un animal ya más parado, estuvieron marcadas por la torería y la suavidad, destacando los buenos naturales que instrumentó al burel. Mató de estocada casi entera desprendida y cortó una oreja pedida mayoritariamente.
De vacío se fue un año más de Málaga Morante de la Puebla, quien no termina de cuajar una tarde redonda en el coso del Paseo de Reding. En el primero de su lote dejó un buen ramillete de verónicas. Con pinturería comenzó la faena con ayudados por bajo, a los que siguieron tandas sin ligazón y con algunos muletazos con el empaque que atesora el sevillano, aunque también hubo algunos enganchones. Mató de una estocada baja. El público pidió la oreja y el palco, con buen criterio, la denegó.
En el quinto, un animal que salió con una embestida muy rebrincada Morante no pudo estirarse con el capote; con la muleta el sevillano lo intentó pero en el momento en que 'Iracundo' le hizo un extraño se fue a por la espada. Dejó una estocada casi entera perpendicular trasera.
FICHA DEL FESTEJO
Lugar: Plaza de toros de Málaga
Ganadería: Se lidiaron seis toros de Juan Pedro Domecq, de desigual presentación y desrazados; primero y segundo fueron nobles pero sin fuerza. El quinto, pitado en el arrastre.
Toreros: Enrique Ponce (verde esperanza y oro): ovación tras aviso y vuelta; Morante de la Puebla (caldera y oro): ovación tras petición minoriaria y silencio; Juan Ortega (buganvilla y oro): ovacion y oreja.
Incidencias: Lleno en tarde calurosa. Joao Ferreira se desmonteró tras banderillear al segundo del festejo. Presidió Antonio Roche, que fue pitado por no conceder, con buen criterio ya que la petición no era mayoritaria, la oreja en el segundo de la tarde. Al finalizar el paseíllo, el público obligó a Ponce a saludar con una cerrada ovación.
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