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Salado, De la Torre, Pasqual, Espert, Morales Lomas y Sarría, en el Salón de los Espejos. -Francis Silva
El milagro de Nuria Espert

El milagro de Nuria Espert

La actriz recibe en Málaga el premio Erasmo de Rotterdam en reconocimiento a su defensa sobre el escenario del humanismo solidario

Martes, 18 de febrero 2020, 01:05

Como todos los lunes, Nuria Espert se bajó ayer del escenario. Pero se subió a otro. Del Teatro del Soho Caixabank se mudó por un día al Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga para recibir el Premio Internacional Humanismo Solidario Erasmo de Rotterdam. Cambió la escenografía pero ella fue la protagonista. Su sola presencia llena las tablas como pocos intérpretes en este país. Con su carisma, fuerza, fragilidad, tenacidad, curiosidad, templanza... o como lo denominó ayer el director teatral Lluís Pasqual: «Nuria Espert es un milagro y los milagros nos deslumbran, pero no podemos explicarlos». Un retrato que «conmovió» a la propia actriz, que recurrió a la memoria para tratar de aclararlo: «Él llama milagro a un trabajo que comenzó cuando yo tenía diez años recitando en la fábrica de mis padres».

Porque Espert recita, actúa e interpreta las vidas de otros. Pero las hace suyas con una naturalidad que la ha convertido en una actriz respetada y querida. «Interpretar, siendo una palabra demasiado larga, se nos queda corta para definirla», argumentó Lluís Pasqual, que pronunció la laudatio de la homenajeada, con la que ha compartido más de cuarenta años de trabajo y amistad. Nadie mejor que el director teatral para hablar de ella, aunque confesó que esa cercanía convertía este encargo aparentemente «sencillo» en un «difícil» propósito.

Por ello, trató de encontrar la palabra que definiera la dimensión múltiple de su actriz fetiche. De su amiga más allá de los focos. Dijo que si fiera gitana, dirían que tiene «duende». Recurrió a la Biblia para compararla con la «zarza que arde pero nunca se consume». Y propuso que la RAE incluyera el nombre de Nuria Espert en «el diccionario como sinónimo de teatro». Siguió buscando una explicación, la definición exacta de esta inmensa mujer, y no le quedó más remedio que reconocer que «nuestra cercanía fraterna no le ha servido para aclarar el misterio». Y se reafirmó en ese «milagro» que, pese a no poder explicarlo, sí que lo podía demostrar: «En el teatro ese milagro de Nuria Espert ocurre delante de los ojos».

Inquietante mundo

En un acto presidido por al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Diputación, Francisco Salado, el escritor y presidente de la Asociación Internacional Humanismo Solidario, Francisco Morales Lomas, destacó que el premio no solo reconocía la trayectoria de Nuria Espert, sino particularmente su condición de abanderada de los «valores éticos y humanos» al hacer de la palabra un estandarte «humanista» y de su vida un «referente intelectual». La propia actriz agradeció el galardón y lo comparó con la «felicidad» que experimentó cuando recibió el Premio Europa «no solo como una buena profesional del teatro, sino también por ser una persona ética que a veces ayuda».

Espert invocó al propio Erasmo de Rotterdam frente a «este mundo absurdo que vivimos en estos momentos» en el que predomina el «pesimismo». Por ello alertó de la tecnología que se impone precisamente a los valores humanistas con la «transformación robótica inquietante que se está adueñando de nuestras vidas». Una tendencia ante la reclamó el espíritu del pensador que da nombre al premio para transformar este tiempo de «paz y tranquilidad» en un espacio que invite al ser humano a «pensar y reflexionar». Un cambio social al que ella misma se alistó tras recibir un galardón muy especial que «me ha dado una inyección de vida y esperanza».

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