La mayor colección privada de terracotas fenicias se queda en Málaga

• Nombre: Ifergan Collection, galería de arqueología

• Fondos: 201 terracotas fenicias rescatadas del mar de Tiro en 1958 y con una antigüedad de hasta 3.000 años

• Precio: General, 7 euros; malagueños, estudiantes y jubilados, 3,5 euros

• Lugar: Calle Sebastián Souvirón, 9, Málaga

El propio especialista en la época fenicia y Jefe del Departamento de Difusión del Museo de Málaga explica a SUR la nueva etapa de la galería del coleccionista Vicente Jiménez Ifergan que, tras inaugurar este espacio expositivo arqueológico en 2018 con la exhibición de la mitad de las terracotas y el resto de sus fondos de arte mesopotámico, griego, egipcio, romano y árabe, propuso una cesión temporal de los dos centenares de esculturas fenicias al museo de la Aduana. Una operación que finalmente no fructificó en acuerdo. La llegada de la cuarentena y la pandemia puso en jaque la galería que permaneció cerrada varios años e, incluso, buena parte de sus piezas fueron puestas a la venta y vendidas. La exposición se reabrió el pasado verano con la exhibición exclusiva de la colección fenicia –que continuaba intacta– y, ahora, se ha optado por poner en valor estos tesoros con su catalogación y estudio.

Ampliar

Ante la ausencia de Jiménez Ifergan, que se encuentra en Ucrania desde el comienzo de la guerra con Rusia implicado en causas humanitarias, Eduardo García Alfonso explica, rodeado de las más de dos centenares estatuas fenicias como testigo, que el empresario y mecenas se ha comprometido «a no vender esta colección porque le tiene especial aprecio y cariño», ya que en caso de salir al mercado se tendrían que vender por separado y su actual propietario ha puesto «como única condición que tiene que permanecer unida mientras él viva».

Ampliar

Así que, mientras no aparezca un millonario dispuesto a pagar el precio al completo de esta colección única, Málaga seguirá siendo la sede de estas figuras votivas que vuelven a exponerse al público con todo su esplendor y mostrando uno de los aspectos más desconocidos de la cultura fenicia: sus dioses y su fervor religioso. Además, el estudio de García Alfonso aportada una mirada renovada a la procedencia de estas esculturas rescatadas del fondo del mar de Tiro, y que se creían que formaban parte de la carga de embarcaciones que, en un intento por salvar estas figuras divinas del asedio de la inexpugnable ciudad isleña por parte de Alejandro Magno en el siglo IV a. C., acabaron hundidas por los griegos.

Una visión romántica a la que el arqueólogo prefiere contraponer una versión más científica. «Los templos se llenaban de estos exvotos a los dioses y, cada cierto tiempo, se enterraban para liberar estos recintos sagrados, por lo que mi hipótesis es que en Tiro se arrojaban al mar, una idea que tiene más fuerza que la del barco hundido», explica el arqueólogo que añade que hay tres zonas en torno a la isla, en las que aparecieron estas esculturas religiosas, en algún caso más de 2.000 piezas rescatadas, lo que refuerza la teoría de que en realidad «fueron arrojadas al mar como ofrendas, como también ocurría en época fenicia en Cádiz». En el fondo del Mediterráneo permanecieron hasta la década de los 50 del pasado siglo, cuando los pescadores comenzaron a recuperar cientos de estas piezas al imponerse nuevas técnicas de capturas como el arrastre que atrapaba estas figuras votivas.

Ampliar

Noticia relacionada

La colección de terracotas fenicias de Ifergan se va de Málaga

201 de aquellas esculturas sagradas milenarias son las que se exhiben en la galería Ifergan, que cuenta con piezas absolutamente espectaculares como la terracota de un sacerdote de más de un metro de altura o un espectacular tritón que representa a Ponto, el dios del mar, al comienzo del recorrido expositivos. Ambos con las manos levantadas, como si dieran la bienvenida a la colección. Aunque cuando los visitantes se interna en la sala comprueban que este gesto de salutación es el habitual en las representaciones de los dioses Astarté, Melqart o Tanit. «Las manos levantadas son un signo de protección que ya se usaba en el arte egipcio», ilustra García Alfonso, que destaca la evolución artística desde las formas rígidas y estereotipadas de las piezas más arcaicas a las obras ya más expresivas y ricas ornamentalmente de la época de influencia helenística.

Ampliar

Entre ellas llama la atención una cabeza de un sacerdote con un detallado peinado, que está hermanada con otro valioso ejemplar que se exhibe en el Museo del Louvre. Esta última se encuentra en la segunda sala, en la que se reproduce la situación que tendrán en un templo estas esculturas votivas que imploran protección, salud y agradecimiento a los dioses, pero que también eran signo de estatus social. Cuanto más grandes, más influencia. Algunas continúan teniendo sedimentos y restos marinos adheridos, lo que muestra su inequívoca procedencia del fondo del mar, de donde fueron rescatadas y vueltas a reunir en este santuario malagueño de la época fenicia. Donde aspiran a seguir unidas.