La garra de Lavado y un buen novillo destacan en Málaga

Cabe reseñar en el apartado ganadero que Tejada cuidó y mandó a Málaga una seria y cuajada novillada, donde, como en botica, hubo de todo. Desde el novillo encastado a tres animales muy flojos, pasando por el manso que cerró el encierro o el interesante y noble primero, aunque áspero en su embestida.

Desde niño, cuando su padre lo traía desde su Benamocarra natal a Málaga para formarse en la Escuela Taurina Provincial, José Antonio Lavado tuvo muy claro que quería ser torero. A pesar de que tiene pocas oportunidades, no desaprovecha aquellas que le dan, donde lo entrega todo. Este sábado lo dejó patente en el ruedo de La Malagueta con una actuación en la que mostró que, pese a las adversidades y los obstáculos, no ceja en su empeño de ser matador de toros.

Como se dice en el argot, José Antonio Lavado estuvo 'en novillero' toda la tarde dando lo mejor de sí mismo, no dejando de entrar a los quites y sobreponiéndose a las volteretas y a las dificultades que presentaron sus oponentes. A todo ello se unió que toreó durante todo el festejo con los puntos abiertos y sangrando (la mancha era evidente en su taleguilla) por la herida en el muslo derecho que le provocó la cornada sufrida el pasado 31 de julio en la plaza de la localidad francesa de Beaucaire.

Abrió el abono 'Humorista', un novillo serio con el que Lavado, que reaparecía tras su cornada, no pudo estirarse con el capote. Sí lo hizo en el ajustado quite por chicuelinas tras el primer encuentro con el picador. Brindó a su apoderado, José Germán, una faena donde mostró disposición y entrega ante un animal noble, pero de embestida áspera. Comenzó con unos ayudados por alto y dos trincherillas abrochadas con un pase de pecho para llevar al burel hacia los medios. Allí logró algunos muletazos a base de aguantar la reservona embetida del 'reservatauro'. Concluyó con unas ajustadas manoletinas. Mató de una estocada contraria y un descabello. El público pidió la oreja pero el palco, con buen criterio, entendió que la petición no era mayoritaria.

Sí se la llevó al esportón en el quinto. La movilidad fue la principal cualidad que desarrolló 'Extremeño', un novillo negro burraco que en el recibimiento con el capote propinó una voltereta, sin consecuencias, al torero de Benamocarra. Aunque igual que sus hermanos lidiado en segundo y tercer lugar dio síntomas de flojedad, sobre todo a la salida del encuentro con los picadores, aguantó en la faena de muleta. Un trasteo que José Antonio Lavado brindó al público y donde aprovechó la nobleza del burel para lograr unas buenas tandas con la mano derecha y donde sobresalió un trincherazo con empaque y sabor. Sufrió un golpe en el pecho sin consecuencias en un arranque del novillo, al que pasaportó con un estoconazo. Los tendidos se llenaron de pañuelos y el presidente no dudó en conceder una oreja con mucha fuerza y de gran peso (una parte del respetable incluso pidió el segundo trofeo).

Alguno podría haberse llevado Pablo Páez si hubiera redondeado la faena al quinto de la tarde. Desde que saltó al ruedo 'Jilguero II' ya cantó que era uno de esos novillos que pide el carnet a quien se pone delante. Tras una buena actuación de su cuadrilla en el tercio de banderillas, el novillero de Ronda instrumentó dos buenas tandas por el pitón bajando la mano aprovechando la embestida humillada del burel y ligando. Cuando se echó la muleta a la izquierda, el trasteo decayó y a partir de ese momento la faena ya no remontó, yendo cada vez a menos y sin que el novillero encontrara las teclas para remontar. Dejó un pinchazo y necesitó ocho descabellos.

Ninguna opción tuvo Páez ante el primero de su lote, un novillo muy flojo que terminó muy apagado y aplomado. Lo intentó el novillero con voluntad y estuvo desacertado con los aceros: dejó cuatro pinchazos y un descabello.

Discreto fue el paso por La Malagueta del novillero de Guadalajara Jesús Romero, quien se ganó su inclusión en el cartel tras ganar en 2019 el Certamen de Escuelas Taurinas de Málaga. El alcarreño estuvo voluntarioso ante el flojo tercero de la tarde y ante el rajado sexto. Romero quedó inédito y no estuvo muy acertado con la espada.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de La Malagueta.

Ganadería. Se lidiaron seis novillos de Reservatauro, bien presentados y serios de juego desigual. Destacó el encastado quinto; primero, noble; segundo, tercero y cuarto, flojos y manso y rajado el sexto.

Novilleros: José Antonio Lavado (rosa palo y plata): vuelta al ruedo tras aviso y petición; oreja con petición de la segunda; Pablo Páez (berenjena y oro): silencio tras aviso y ovación; Jesús Romero (purísima y oro): silencio y silencio tras aviso.

Incidencias: Media entrada en tarde calurosa. Presidió Carlos Bueno, que fue pitado por el público en el primero por no conceder la oreja. Saludaron Raúl Cervantes tras banderillear al quinto y Cándido Ruiz por la lidia a este novillo. Al finalizar el festejo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manolo Ortiz.