Un pletórico Emilio de Justo pone cara la feria taurina de Málaga

Con su triunfo de ayer, Emilio de Justo confirma su idilio con La Malagueta, una plaza donde en sus dos actuaciones a lo largo de su carrera ha salido a hombros. A pesar de ser un torero con una dilatada trayectoria desde que tomó la alternativa en 2007 no fue hasta el pasado año cuando debutó en el coso del Paseo de Reding y lo hizo abriendo la puerta grande 'Manolo Segura'. Dintel que volvió a cruzar este jueves cuando la noche se cernía sobre Málaga y su nombre, no conocido por el gran público, estaba en boca de todos los que asistieron a los tendidos de La Malagueta para asistir a una Corrida Picassiana que no se pudo celebrar el Sábado Santo por la lluvia.

Con ganas de repetir el triunfo del pasado año salió De Justo en el segundo de la tarde, al que lanceó con gusto y sabor en las verónicas del recibimiento. Tras dos puyazos en los que 'Bellotero' salió suelto dando síntomas de mansedumbre, los banderilleros no estuvieron acertados en el tercio, donde el 'torrealta' esperó. Con la muleta en la mano, el extremeño se sacó al burel a los medios con muletazos por alto y dos trincherillas con sabor. A partir de ahí y ante un toro que pedía unas muñecas poderosas, el cacereño impuso su mando y su firmeza para domeñar la encastada y exigente embestida del animal, componiendo una faena compacta y redonda por ambos pitones, brotando muletazos templados, ligados y de mano baja. Unos toreros doblones fueron el epílogo a un trasteo que hizo vibrar a los tendidos y donde el torero tuvo el mérito de sacarle el máximo partido al toro. Emilio de Justo cobró un estoconazo haciendo la suerte a la perfección tanto en la ejecución a la hora de marcar los tiempos como en la colocación de la espada. Al rodar el toro, el público pidió con fuerza las dos orejas que el palco concedió.

Con la puerta grande ya asegurada, De Justo no bajó el pistón de su actuación y, en una demostración de ambición y entrega, salió a por más en el cuarto, el que tuvo que matar por la lesión de Cayetano. Volvió a estirarse a la verónica ante la rebrincada embestida de 'Cizanero'. Tras el primer puyazo, dejó un quite por chicuelinas de manos muy bajas, rematado con una media y una revolera. En su preceptivo turno también intervino en el quite Pablo Aguado por chicuelinas. Tras brindar al público, el torero extremeño fue poco a poco fijando a un burel que miraba y medía y que no tenía la acometividad de su anterior oponente. Por el derecho, el mejor pitón de toro, logró unas lucidas tandas, que bajaron algo cuando se echó la muleta a la izquierda. Concluyó el trasteo dando naturales con la mano derecha con la figura desmayada, transmitiendo una imagen de dominio y de estar a gusto y confiado. Volvió a matar de una buena estocada. Aunque el público pidió las dos orejas, el palco, con buen criterio, sólo dio una.

Otra más lograría en el último del festejo, al que enjaretó en el recibimiento tres verónicas muy templadas abrochadas con una media. Con torería y sabor llevó a 'Algarrobito' al caballo por delantales. En un gesto muy torero y que le honra, Emilio de Justo brindó la muerte de este animal al diestro malagueño Saúl Jiménez Fortes, al que hizo salir al ruedo de La Malagueta. Una faena iniciada con doblones con la rodilla genuflexa a la que siguieron tandas con mando y largura por ambos pitones en un trasteo que fue de menos a más y terminó, quedándose siempre en el sitio, formándole un auténtico lío al toro y poniendo a parte del público en pie. Cerró con unos pintureros ayudados por alto. Con la espada estuvo bien en la ejecución de la suerte pero no en la colocación, ya que la estocada casi entera cayó algo desprendida y tuvo que utilizar el descabello.

No será recordada la actuación de Pablo Aguado en esta Feria de Málaga y es que al diestro sevillano se le vio muy alejado del nivel que hace un par de años le encumbró como torero. En su primero dejó en el recibimiento un par de buenas verónicas. En la muleta 'Gargantillo' llevó la cara alta y le faltó acometividad. Aguado lo intentó por ambos pitones con tandas a media altura, pero fue un trasteo muy deslavazado. Sí destacó, mientras sonaba la marcha 'María Santísima del Amparo', un templado cambio de mano. Mató de estocada casi entera.

En el quinto, un toro que ofreció opciones, Aguado no logró el lucimiento ni con el capote ni con la muleta, donde faltó temple y acople con 'Paciente'. No estuvo muy acertado con los aceros.

Abrió plaza un toro noble con poca fuerza al que Cayetano lanceó con verónicas más voluntariosas que lucidas. Brindó al público una faena iniciada sentado en el estribo con pases por alto, a la que siguieron tandas a media altura y sin apreturas, donde destacó una por la derecha con más temple y acople. Tras dos pinchazos cuando iba a entrar a matar por tercera vez, el toro le dio un derrote en el brazo izquierdo; con evidentes gestos de dolor se volvió a perfilar para deja una estocada. Pasó a la enfermería poniendo fin a una feria especial para él ya que en ella se homenajea a su padre, Paquirri, cuando se cumple cuatro décadas de su muerte tras la cogida sufrida en Pozoblanco.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de Málaga.

Ganadería: Se lidiaron seis toros de Torrealta muy bien presentados y que dieron buen juego en su conjunto, destacó el exigente y encastado segundo.

Toreros: Cayetano (traje con motivos picassianos): silencio en el único que estoqueó; Emilio de Justo (negro y azabache): dos orejas, oreja con petición de la segunda y oreja tras aviso; Pablo Aguado (sangre de toro y azabache): silencio y silencio tras aviso.

Incidencias: Casi tres cuartos de entrada en tarde calurosa. Corrida Picassiana, por lo que la plaza lució en sus tablas una decoración especial realizada por el artista venezolano Pedro Sandoval y la parte musical corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica de Málaga bajo la dirección de Ángel López Carreño que interpretó pasodobles, marchas de procesión y piezas clásicas mientras que los solistas fueron Luis Pacetti y Lourdes Martín Leiva. Destacaron en banderillas Ramón Jiménez en el tercero y Juan Sierra y Sánchez Araújo en el quinto. Cayetano fue atendido en la enfermería de un «traumatismo en el codo izquierdo con hematoma» y las posteriores pruebas radiológicas reflejaron una fractura de radio. Presidió Carlos Bueno, que estuvo bien.