cristina pinto
Jueves, 16 de diciembre 2021, 00:06
Cristina García Rodero llegaba, pisaba el escenario del Centro Cultural La Malagueta y se ponía junto a Txema Rodríguez, que sería el encargado de charlar con la fotógrafa durante la penúltima cita del Aula de Cultura de SUR de este año. No necesitaba presentación. Ella, ... primera española en ingresar en la agencia Magnum y Premio Nacional de Fotografía y otras tantas distinciones, tomaba la palabra mientras se ajustaban los últimos retoques de luz y vídeo en la sala. «Mira que llevo viviendo en Málaga desde que tenía 10 años, o sea, hace ya 62. Por aquel entonces había policía paseando por la playa para multar a las que veían con bikini y a los que se daban besitos. Esa es la Málaga que yo conocí, la de los Baños del Carmen con las mujeres bañándose por un lado, los hombres por otro... Vinimos a Pedregalejo y nos enamoramos de esta tierra», comentaba García Rodero antes de arrancar con la cita del Aula de Cultura.
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«¿Qué pasa por tu cabeza cuando te dicen que eres historia de viva de España?», le decía Txema Rodríguez entre sus primeras palabras de la conversación. El fotógrafo, periodista y editor gráfico de 'Las Provincias' era en este caso el encargado de llevar la cita desde el escenario, pero desde la primera fila presentaron y despidieron el acto los directores del Aula de Cultura Antonio Javier López y Alberto Gómez. A esa pregunta del fotógrafo y editor le contestaba García Rodero: «No me gusta porque viva no sé hasta cuándo voy a estar y de historia pues no, no. Que digan que soy una buena persona que hace fotos y lo intenta hacer lo mejor posible, que ha creído en sí misma a pesar de que pocos lo hacían», matizaba.
La charla con Cristina García Rodero dio para muchas risas entre los que casi llenaron la sala del CC La Malagueta. «Está sembrá'», decían por las últimas filas al escucharla. Desde el inicio, cuando confesaba que no le gustaban las entrevistas: «Porque me aburro de mí misma, siempre cuento lo mismo. Mi vida es como la de Tamara 'No cambié, no cambié'. Nunca sé por dónde voy a salir, pero bueno, a lo mejor hoy me desahogo», introducía García Rodero.
Siempre con humor, pero la conversación en el Aula de Cultura dio para mucha reflexión. «¿Crees que es necesario ser buena persona para ser buen fotógrafo?», preguntaba Txema Rodríguez. Entre la respuesta de la fotógrafa: «Lo que creo es que tienes que respetar a los otros. Me han mirado por encima del hombro, que es fácil, -bromeaba-. Pero sí, han cuchicheado, se han reído... Pero yo siempre he creído en mí», profundizaba. Aunque pronto comenzaba a hablar de «la misión de un fotógrafo». Comunicar, contar historias, ser testigo y dejar documentos. Así los enumeraba para luego añadir su visión en el momento: «Necesito estar cerca de la gente, sentir cómo respiran... A veces los veo llorar y me dan ganas de secarles las lágrimas. Dejo que la vida fluya porque tiene que ser así, no tienes que intervenir», concretaba.
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Y ahí llegaba el momento de hablar de la gente, los protagonistas de sus fotografías, los protagonistas de la mirada de García Rodero que va mucho más allá del objetivo. «'¿No te da miedo de la gente?', me dicen. No. A mí las personas no me dan miedo, me dan miedo los animales, que no pueden pensar. A mí no me dan miedo las personas, por eso me acerco tanto... La cámara me da mucha fuerza porque sé que estoy cumpliendo una misión, muchas veces he ido a sitios que jamás hubiese estado si no hubiese sido por la cámara», confesaba Cristina García Rodero.
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El movimiento, la vida, los instantes. Como esas imágenes que esta fotógrafa capturó para 'España oculta': fiestas y tradiciones de todo un país que cuentan y van mucho más allá de las tradiciones. Ante la pregunta de Txema Rodríguez, «¿Existe esa España que fotografiaste?», ella contestaba: «Ha cambiado porque todo en la vida cambia. Pero lo que más ha cambiado en España es la carretera y la educación sexual. Menos mal que no nacisteis en mi época.... Se hacía en el 600, en el campo, donde se podía... Y la pobre que se quedaba embarazada era la puta del pueblo», recordaba la fotógrafa.
Después del rato de charla llegó el momento de disfrutar de las fotografías de García Rodero. El disfrute de 'España oculta' hacía sumergir al público en imágenes históricas para que luego, con 'María Lionza' se mostrase todo el ritual del culto en Venezuela Y, para terminar, el color inundaba la sala con las imágenes de 'Holi, la celebración del amor', la fiesta india que se vive al llegar la primavera. «Estoy más contenta de lo que fui capaz de descubrir que de mis fotos», confesaba García Rodero.
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